Orcel denuncia que el Santander incumplió un contrato que el banco no admite
El banquero Andrea Orcel considera que el Banco Santander incumplió un contrato presuntamente suscrito entre ambas partes al cancelar su fichaje como consejero delegado de la entidad, tal como denuncia en la demanda en la que pide o bien cerca de 110 millones de euros o su nombramiento en firme.
El principal desencuentro entre Orcel y el Santander se encuentra en la interpretación del supuesto acuerdo, que para el grupo financiero no es más que una propuesta o carta de intenciones supeditada a otras condiciones que precederían a la firma última del contrato, según han informado a Efe fuentes jurídicas.
En virtud del preacuerdo, que no obstante fue comunicado mediante hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores aunque sin entrar detalles, el Santander ofrecía a Orcel una prima de fichaje de 17 millones de euros y un sueldo similar al del actual consejero delegado, José Antonio Álvarez, unos 10 millones al año.
Asimismo, a fin de compensar el "bonus" pendiente del banquero de inversión italiano en su anterior puesto como ejecutivo de UBS, Santander estaba dispuesto a entregarle acciones de la propia entidad por un importe máximo de 35 millones, si bien la idea es que esta cuantía se redujera en el marco de la negociación con el banco suizo.
Fuentes próximas al proceso explican que, en su demanda, Orcel reclama por varios conceptos, pasa por alto la prima de fichaje que el Santander estaba dispuesto a pagarle, y la suma que reclama ascendería a entre 110 y 112 millones de euros.
A finales del pasado septiembre, el Santander anunció que el italiano, banquero de confianza de la familia Botín, sustituiría como consejero delegado a Álvarez, designado vicepresidente ejecutivo.
La noticia se hizo pública para que Orcel abandonara su puesto en el banco de inversión y comenzara un periodo de desconexión antes de incorporarse al Santander; sin embargo, acumulaba un bonus diferido equivalente a siete años del sueldo millonario que percibía en UBS y del que la entidad española estaba dispuesta a asumir una parte.
A finales de 2018, UBS aclaró que no haría frente a bonus alguno, lo que elevaba hasta los 55 millones de euros la cantidad a abonar por el Santander para formalizar el fichaje del italiano.
Un precio "inaceptable" para el grupo español, que el 15 de enero renunció oficialmente al nombramiento y acordó mantener como número dos a Álvarez.
Casi medio año después, UBS habría reculado en su decisión y estaría ahora dispuesto a pagar los 52 millones de euros del bonus porque Orcel no ha seguido trabajando en un banco, como ha avanzado este lunes El Confidencial.