Buenos Aires, 3 sep (EFECOM).- En el segundo día de las medidas de control de cambio que decretó el Gobierno de Argentina, el país amaneció este martes con una calma cambiaria que da continuidad al resultado del lunes, y el dólar, que tuvo la víspera una jornada volátil al arrancar en 63 pesos y cerrar a 57, subió una unidad en su apertura.

Con este aumento del 1,75 % en su cotización, la divisa estadounidense recuperó un poco del valor que perdió este lunes, mientras el riesgo país argentino se mantiene estable, aunque alto, alrededor de los 2.500 puntos, tras escalar la semana pasada desde los 1.900 puntos.

En el estatal Banco Nación, el dólar se cambia a 58 pesos para la venta y se compra a 53, en ambos casos un peso más que al cierre del lunes.

El único indicador negativo en los primeros movimientos del día es la Bolsa, que caía un 4,86 % a las 11.11 hora local (14.11 GMT), y que, de seguir con esa tendencia, neutralizará el fuerte ascenso en el 6,45 % de la víspera.

El alza de este lunes se dio en una jornada en la que Wall Street no operó, mientras que este martes la plaza neoyorquina sí se encuentra activa.

El Gobierno y el Banco Central (BCRA) defendieron en la tarde del lunes las medidas en materia cambiaria, adoptadas ante las severas tensiones financieras tras el revés en las primarias del 11 de agosto del presidente argentino, Mauricio Macri, que buscará la reelección en octubre próximo.

El objetivo del Ejecutivo con estas medidas es frenar la escalada del precio del dólar y la fuga de divisas.

Las restricciones incluyen un límite de 10.000 dólares al mes para comprar divisas sin autorización para las personas físicas, y obligan a los exportadores a liquidar divisas en el mercado local.

El presidente del BCRA, Guido Sandleris, aseguró estar "convencido" de que las nuevas medidas permitirán estabilizar el tipo de cambio y reducirán la volatilidad.

Por su parte, el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, dijo que el patrimonio individual de los ciudadanos es "intocable", y negó que el país austral vaya a enfrentarse a un nuevo 'corralito' como el de 2001, cuando los ahorros de los argentinos quedaron atrapados en los bancos.