Expertos dudan del efecto de la rebaja de tipos y piden un impulso fiscal
Madrid, 11 sep (EFECOM).- La política monetaria articulada por el Banco Central Europeo (BCE) ha agotado su margen de maniobra en la zona euro, que debe introducir estímulos fiscales para tratar de impulsar una economía declinante, con una tasa de inflación que no consigue despegarse mucho más allá del 1 %.
El Consejo de Gobierno del BCE, el penúltimo que presidirá el italiano Mario Draghi, aprobará mañana, previsiblemente, la rebaja en una o dos décimas del tipo de depósito desde el -0,5 % actual, podría concretar el lanzamiento del próximo programa de préstamo a largo plazo (TLTRO por sus siglas en inglés) y anunciar nuevas compras de deuda.
Estados Unidos (EEUU) está inmersa en la misma dinámica de recorte de tipos y de hecho los bajó en su última reunión de julio en un cuarto de punto, la primera rebaja en más de una década, pero tiene más margen de maniobra porque allí los intereses están entre el 2 y el 2,5 % (en Europa están entre 0 y 0,25 %).
Los analistas consultados por Efe defienden que tanto Europa como EEUU afrontan riesgos de calado -como la guerra comercial o, en el caso de la Unión Europea (UE), el "brexit"- pero la economía americana aguanta por el momento razonablemente bien, por lo que el recorte de tipos de julio se interpretó como una "flexibilización preventiva".
No ocurre lo mismo en Europa, donde los expertos creen que las tres líneas de actuación que se manejan (tipos, TLTRO y compras de deuda) tendrán un efecto muy limitado y más si se mantienen en los términos anunciados por Draghi en junio, cuando los riesgos para el crecimiento eran menores.
A la petición de medidas fiscales se ha sumado incluso la presidenta del BCE a partir del 1 de noviembre, la francesa Christine Lagarde quien, en las respuestas a un cuestionario del Parlamento Europeo, consideró que tanto la política monetaria como la fiscal están justificadas para fortalecer la economía de la región.
Los analistas de Credit Suisse argumentan que el BCE debería ser más ambicioso porque la nueva ronda de TLTRO que comenzará este mismo mes y finalizará en marzo de 2021 es poco generosa (solo dura dos años frente a los cuatro de las dos anteriores, de 2014 y 2016) y la rebaja del tipo de depósito es mínima, pero valoran la posibilidad de que contemple un mecanismo de compensación para evitar más perdidas a los bancos.
Yves Bonzon de Julius Baer incide en que la ralentización en Europa es cada vez más evidente además de que los precios siguen lejos del objetivo del BCE (cerca pero por debajo del 2 %), pero duda de la efectividad de los estímulos monetarios, por lo que las medidas fiscales serían "un paso en la dirección correcta".
También desde PIMCO, Andrew Bosomworth, gestor de carteras, advierte de que la política monetaria está perdiendo su efectividad y alerta de que nuevos recortes por debajo del cero podrían poner en peligro la estabilidad del sistema financiero.
Gilles Moec, de Axa, entiende que el BCE tiene que mover ficha algo más allá de lo esperado, porque hay muchas expectativas y por el deterioro de los datos, al tiempo que no descarta que finalmente no active las compras de deuda.
Paul Brain, responsable de renta fija en Newton, dice que continuará el proceso de "japonificación" de Europa por el escenario de tipos más bajos, pero advierte de que la persistencia de intereses negativos plantea dudas sobre la estabilidad económica, por lo que cada vez más las voces que reclaman aumentos del gasto público.