Sao Paulo, 18 sep (EFECOM).- La bolsa de Sao Paulo perdió este miércoles un 0,08 % y su índice Ibovespa, referencia del parqué, se situó en 104.531 puntos, en una jornada en la que la Reserva Federal (Fed, banco central) de EE.UU. decidió rebajar los tipos de interés.

La Fed redujo los tipos en un cuarto de punto, hasta el rango de entre 1,75 y el 2 %, ante la ralentización del crecimiento global, la "incertidumbre" comercial y el acoso del presidente Donald Trump.

La caída de los intereses en Estados Unidos le convierte en un país menos atractivo para los inversores, por lo que la expectativa es que los recursos puedan migrar a países emergentes, como Brasil.

No obstante, la decisión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, en inglés), que dirige la política monetaria, mostró las divisiones internas y contó con siete votos a favor y tres en contra.

El corro paulista también espera la decisión del Banco Central brasileño, que hoy anuncia si reduce nuevamente los tipos de interés en el país, los cuales se encuentran en mínimos históricos.

La expectativa del mercado es que el emisor brasileño mantenga el ciclo de reducción y realice un corte de 0,5 puntos porcentuales, hasta el 6 % con el fin de estimular la economía, la cual se recupera a ritmo lento.

En el corro, los papeles que más subieron este miércoles fueron los ordinarios de la operadora de tarjeta de débito y crédito Cielo, que se dispararon un 9 %, en medio de los rumores sobre una posible negociación con la también operadora Stone.

En el lado opuesto se situaron los ordinarios de la constructora MRV, que bajaron un 2,25 %.

Los papeles más negociados de la sesión fueron los de la propia bolsa, que escalaron un 3,86 %, seguidos de los preferenciales de la petrolera estatal Petrobras, que se dejaron 1,70 % lastradas por la caída del precio del petróleo en el mercado internacional después del anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de que incrementará de forma sustancial las sanciones a Irán.

El anuncio de Trump es una reacción a los ataques del fin de semana pasado a la planta de procesamiento de crudo y el campo petrolero más grande del mundo en Arabia Saudí, que obligaron al reino a reducir su producción a la mitad.