El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha rebajado este martes las previsiones de crecimiento para España al 2,2% este año y al 1,8% en 2020, en ambos casos una décima menos de lo anticipado en julio, y confirma así la tendencia de desaceleración económica tras el 2,6% registrado en 2018. Hace tres meses, el Fondo había elevado su previsión para este año en dos décimas, hasta el 2,3%.
España sigue, no obstante, a la cabeza del crecimiento en la zona euro, que se prevé se expanda un 1,2% en 2019 y un 1,4% en 2020, en medio del empeoramiento de las previsiones en Alemania (0,5% y 1,2%, respectivamente) e Italia (0% y 0,5%). De hecho, esa previsión del 2,2% supera en una décima el nuevo pronóstico del Gobierno en funciones de Pedro Sánchez, que este martes ha reducido su estimación del 2,2% al 2,1%.
La tasa de desempleo en España también se prevé que prosiga su reducción, y después del 15,9% registrado en 2018 se ubicará en un 13,9% este año y en el 13,2% en 2020.
"En la zona euro la debilidad en la demanda extranjera y una reducción en los inventarios (como reflejo de una floja producción industrial) han puesto un freno en la expansión desde mediados de 2018", señaló el Fondo en su informe sobre 'Perspectivas Económicas Globales', presentado este martes. "La actividad se espera que repunte solo de manera modesta en lo que queda de año", agrega.
El Fondo da a su vez el visto bueno a la expansión monetaria puesta en marcha por parte del Banco Central Europeo (BCE), aunque asegura que debería ir acompañado de una política fiscal de más respaldo, especialmente en el caso de Alemania y Holanda, que cuentan con margen. "En países con alto endeudamiento, incluidos Francia, Italia y España, los amortiguadores fiscales deberían ser reconstruidos gradualmente mientras se protege la inversión", apuntó el documento.
La asamblea anual del FMI reunirá esta semana a los líderes económicos de sus 189 países miembros, y supone el inicio del mandato de la búlgara Kristalina Georgieva como directora gerente de la institución.