La facturación del fabricante automovilístico francés PSA, que comercializa las marcas Peugeot, Citroen, DS y Opel, creció un 1 % en el tercer trimestre, con respecto al mismo periodo de 2018, pese al descenso de los vehículos vendidos.
El volumen de negocios rondó los 15.600 millones de euros, lo que situó los ingresos en los nueve primeros meses del año en 53.920 millones de euros, similares a los registrados en los tres primeros trimestres de 2018.
La mejora de un 4,4 % de la rentabilidad y el incremento del 1 % de los precios compensaron la caída de las ventas, pero también los efectos negativos de las ventas a los socios (-3,2 %) y del cambio de divisas (-0,8 %), indicó el fabricante en un comunicado.
Entre julio y septiembre pasado, PSA vendió 674.500 vehículos, un 4 % menos, con caídas del 8,3 % en los comercializados bajo la marca Peugeot, frente a la subida del 3,5 % de Citroen y del 33 % de DS.
Las ventas de Opel-Vauxhall, por su parte, retrocedieron un 6,2 %.
PSA disminuyó el 40,1 % sus ventas en China y Asia del sureste, una bajada esperada y que llevó al fabricante a anunciar en septiembre pasado una nueva estrategia para la filial conjunta que tiene en ese país con el local Dongfeng.
En Europa el retroceso fue del 2,7 %; en América Latina, del 7,2 %, y en la región Medio Oriente y África registró una progresión del 41,2 %.
Pese a que PSA prevé que el mercado automovilístico en Europa retroceda un 1 % en 2019, un 5 % en América Latina, un 7 % en China y un 2 % en Rusia, mantiene sus previsiones para el conjunto del año, a diferencia de su rival Renault, que la pasada semana las revisó a la baja, lo que provocó una fuerte caída en la Bolsa.