Madrid, 2 dic (EFECOM).- El consejo de administración de Repsol se ha fijado un objetivo de cero emisiones netas en carbono para 2050 y en esa línea presentará en el primer semestre de 2020 su plan estratégico 2020-2025, una reorientación que le llevará a revisar el valor contable de algunos activos, e implicará un ajuste en sus cuentas de 4.800 millones de euros después de impuestos.
La petrolera ha informado este lunes de que la asunción de un nuevo escenario de precios de crudo y gas consistente con los objetivos climáticos del Acuerdo de París le llevará a corregir el valor contable de algunos activos del grupo, con un impacto de unos 4.800 millones de euros después de impuestos, lo que reducirá el resultado del ejercicio de 2019, aunque no afectará ni a la generación de caja ni a la retribución a los accionistas.
Repsol se ha planteado unos nuevos objetivos de reducción de su indicador de intensidad de carbono sobre la base de 2016, que pasará del 10 % en 2025 al 20% en 2030 y al 40 % en 2040.
La petrolera ha señalado que con los avances tecnológicos que se pueden prever en estos momentos se podrá alcanzar al menos el 70 % de la reducción de emisiones netas para 2050, pero, si no lo consigue, compensará las emisiones a través de la reforestación y otras soluciones climáticas naturales para alcanzar las cero emisiones netas en 2050.
Estos objetivos de descarbonización son la base de su plan estratégico 2021-2025, en el que la compañía ha revisado sus inversiones asumiendo un escenario compatible con los objetivos climáticos del Acuerdo de París y de Naciones Unidas.
Como consecuencia de ello, ajustará el valor contable de algunos de sus activos en los estados financieros de 2019, lo que minorará los resultados de ese ejercicio, que no repercutirá ni en la generación de caja ni en la propuesta de aumento de retribución a los accionistas.
Repsol, que con cargo a 2018 aprobó un dividendo de 95 céntimos por acción, tiene previsto que el dividendo de la compañía alcance el euro por acción en 2020.
La compañía asegura que la generación de caja de las operaciones en 2019, que aumentó un 22 % a septiembre respecto al mismo periodo de 2018, permitirá alcanzar esa retribución a los accionistas de un euro por acción, así como proponer a la próxima junta general de accionistas la amortización de un 5 % del capital social adicional a las amortizaciones de las acciones emitidas en los programas de dividendo flexible.
Además, ha señalado que esa generación de caja también permitirá plantear más recompras y amortizaciones de acciones propias cuando los excesos de caja no se apliquen a corto plazo a inversiones que cumplan con la rentabilidad que la compañía exige, como la que ya aprobó someter en julio pasado a la junta de accionistas que se celebrará en 2020.
Para reforzar el cumplimiento de los objetivos, Repsol vinculará también al menos el 40 % de la retribución variable a largo plazo de los directivos a objetivos que dirijan a la compañía a cumplir el Acuerdo de París.
La nueva estrategia de Repsol también contempla un incremento de 3.000 MW en capacidad de generación de electricidad baja en carbono, con lo que alcanzaría los 7.500 MW en 2025, así como la expansión en otros mercados con la intención de convertirse en un actor internacional en energías renovables.
Actualmente, Repsol tiene 2.952 MW en operación y 1.083 MW en desarrollo.