Endesa suplirá casi toda la potencia de Andorra y Compostilla con renovables
Endesa sustituirá con renovables prácticamente la misma cantidad de potencia instalada que se clausurará con los cierres el próximo año de las centrales de Andorra (Teruel) y Compostilla, en León, mediante la instalación de 2.115 megavatios (MW) renovables frente a los 2.153 MW que se cerrarán.
El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha detallado este jueves, durante su participación en un panel sobre transición justa dentro de la Conferencia de la ONU por el Clima, la COP25, los planes para compensar los cierres de estas dos centrales térmicas, que se clausurarán a mediados de 2020.
Ha recordado que, en la última actualización del plan estratégico de Endesa, la compañía prevé reducir un 70 % de sus emisiones en 2030 respecto a las que tenía en 2017, con lo que se situarían por debajo de los 140 gramos por kilovatio.
Una reducción a la que contribuirán significativamente los cierres de las centrales de Compostilla y Andorra, ya solicitados, y los de As Pontes (A Coruña) y Litoral, en Almería, cuya discontinuidad en la operación ya se ha anunciado como paso previo a la solicitud de su cierre.
Bogas ha explicado que Endesa quiere mitigar el impacto de los cierres en el empleo y la economía de las zonas donde están las centrales para que haya una transición energética inclusiva.
Los cierres de las cuatro centrales de carbón de Endesa suponen la clausura de más de 4.600 MW de potencia y afectan a unos mil empleos directos en total.
En Andorra y Compostilla, se cerrarán 2.153 MW en total y entre las centrales de carbón de As Pontes y Litoral alrededor de 2.500 MW.
Bogas ha explicado que, en el caso de las dos primeras centrales, está previsto sustituir la potencia que se cierre con 2.115 MW de renovables, prácticamente la misma que se va a clausurar, aunque la distribución entre los dos emplazamientos no va a ser homogénea.
En la central leonesa, dada su situación geográfica y las condiciones meteorológicas, sólo son viables unos 290 MW de renovables, mientras que en la turolense se puede llegar hasta 1.700 MW, la mayoría de ellos solares y una pequeña cantidad de eólicos.
Además, Bogas ha explicado que los planes de Endesa incluyen la búsqueda de empleo para el personal afectado, de otras actividades económicas para la zona, formación para mejorar la empleabilidad, así como procurar la sostenibilidad de los municipios, en algunos de los cuales la actividad de la central supone entre el 80 % y el 90 % de los ingresos municipales.
En cuanto al empleo, ha indicado que se ha dado garantía de empleo a todos los trabajadores directos, pero el desmantelamiento de las centrales y la instalación de nueva potencia renovable también creará puestos de trabajo.
En Andorra, las previsiones son que se generen unos 700 empleos al año durante los cinco en que se desmantelará la central y se construirán los nuevos parques renovables, mientras que en Compostilla, donde trabajan unos 250 trabajadores, durante el periodo de desmantelamiento y construcción de nuevas instalaciones se superará el empleo que ahora existe.
Los impuestos que percibirán los ayuntamientos de la zona donde están esas centrales se estiman en 36 millones en el caso de Andorra y en 10 millones en el de Compostilla, superiores incluso a los que reciben ahora mismo.
En el caso de Compostilla, donde no se podrá instalar tanta renovable como en Andorra, se lanzó en octubre un concurso a más de 200 empresas, a 17 Cámaras de Comercio de España, así como a las embajadas estadounidense y china, para seleccionar proyectos para el emplazamiento de la central, que estará abierto hasta el 31 de enero, tras lo cual se seleccionarán y adjudicarán.