La demanda de crédito para vivienda registró la mayor caída desde 2013
Madrid, 21 ene (EFECOM).- La demanda de fondos para adquisición de vivienda se redujo con intensidad de octubre a diciembre de 2019, cuando se registró la mayor caída desde 2013, debido sobre todo al empeoramiento de las perspectivas sobre el mercado inmobiliario y a la caída de la confianza de los consumidores.
En el cuarto trimestre de 2019 la demanda de crédito cayó por sexto periodo consecutivo, especialmente en crédito hipotecario, al tiempo que los criterios de concesión de créditos se endurecieron tanto para hogares como para empresas debido al aumento de la morosidad.
El Banco de España ha publicado este martes la Encuesta sobre Préstamos Bancarios, elaborada a partir de las respuestas de diez instituciones financieras españolas, que, con carácter general, refleja que los requisitos para conceder préstamos son más exigentes pero las condiciones son algo más suaves.
Para el trimestre actual las entidades anticipan que habrá un nuevo descenso de las solicitudes de préstamos de las empresas y no habrá variaciones significativas en financiación a hogares en sus dos modalidades (consumo y compra de vivienda) y los criterios de concesión de créditos se mantendrán estables para las compañías y para compra de vivienda y se endurecerán para el consumo.
Al tiempo, las condiciones generales de los nuevos préstamos se suavizaron en el cuarto trimestre salvo en el caso del destinado a compra de vivienda, segmento que observó también un endurecimiento de los criterios de aprobación por el deterioro de las expectativas sobre la situación económica general, aunque fue más limitado por el efecto de la presión competitiva.
En consumo, la demanda se redujo ligeramente y los criterios de concesión se endurecieron -como viene ocurriendo desde el último trimestre de 2018- por el deterioro de las perspectivas y por la menor solvencia de los prestatarios.
Sin embargo, las condiciones generales en este segmento se suavizaron ligeramente por la mayor competencia, lo que se tradujo en menores márgenes aplicados a los préstamos ordinarios, en tanto que en los créditos de mayor riesgo los márgenes subieron.
Entre las empresas, la caída de la demanda se extiende tanto a los préstamos a corto como a los concedidos a largo así como a pymes y grandes empresas, por las menores inversiones y por el mayor uso de otras fuentes de financiación (renta fija, préstamos de otras instituciones y emisión de acciones).
El endurecimiento de los criterios de concesión de crédito a las empresas se dio tanto en grandes como en pymes y, sobre todo, en los préstamos a largo plazo, y las entidades financieras lo atribuyen a los mayores costes que soportan en relación con el nivel de capital y a la mayor percepción de riesgos.
Sin embargo, las condiciones generales de las nuevas operaciones se mantuvieron prácticamente estables en pymes y se relajaron algo para grandes empresas, porque la presión de la competencia neutralizó el aumento de la percepción del riesgo.
Los bancos consultados -que representan aproximadamente un 80 % del sistema financiero español- percibieron un cierto deterioro en las condiciones de acceso a los mercados minoristas y se mantuvieron sin cambios o mejoraron algo las de los mercados mayoristas, salvo en los mercados monetarios.
Las medidas regulatorias y supervisoras de capital, apalancamiento o liquidez han contribuido a un aumento de los activos ponderados por riesgo y de los niveles de capital y a una ligera relajación de las condiciones de financiación de las entidades y no han tenido incidencia en los criterios y márgenes aplicados a los préstamos.
Las entidades españolas que acudieron a la subasta de liquidez del BCE (conocida por sus siglas en ingles TLTRO III) en el trimestre - especialmente en la de diciembre porque en la primera tras su lanzamiento en septiembre no participaron- acudieron atraídas por la rentabilidad pero su efecto se limitó a una leve relajación de las condiciones aplicadas a los créditos para compra de vivienda.