Los inversores esperan un largo periodo de incertidumbre tras el Brexit
Madrid, 2 feb (EFECOM).- Los inversores consideran que el Brexit no tendrá de momento un impacto relevante en los mercados -más pendientes de la evolución del coronavirus chino-, pero creen que se abre ahora un largo periodo de incertidumbre en el que el foco se pondrá en las negociaciones comerciales del Reino Unido con la Unión Europea (UE).
Los mercados han señalado varias fechas en el calendario, entre ellas el 11 de febrero, día en el que se conocerá el PIB del Reino Unido en el cuarto trimestre de 2019; el 11 de marzo, cuando el primer ministro británico, Boris Johnson, presentará los presupuestos; y el 26 de marzo, fecha de la primera reunión del Banco de Inglaterra con su nuevo gobernador, Andrew Bailey, al frente.
"El culebrón está lejos de terminar", apunta en un informe el economista y estratega sénior de la gestora británica de activos Schroders. "Las preguntas sobre el Brexit no han terminado; muchas solo están empezando a aparecer", añade Donny Kranson, gestor de renta variable de Vontobel AM.
Según Joaquín Robles, analista de XTB, tras las elecciones celebradas en diciembre en Reino Unido, el impacto en los mercados del Brexit se había relajado, pero ahora "resurgirá la incertidumbre por las negociaciones comerciales que van a emprender los británicos con la UE".
"En función de cómo vayan esas negociaciones los mercados tendrán una respuesta u otra, la libra se apreciará o se depreciará, y las compañías con fuerte exposición al mercado británico se verán afectadas en un sentido u otro. Va a ser una negociación contrarreloj que irá afectando a los mercados en función de su evolución", apunta Juan Carlos Martínez Lázaro, del IE Business School.
En la misma dirección apunta Gonzalo de Cadenas-Santiago, director de análisis macroeconómico y financiero del servicio de estudios de Mapfre: "Se termina una larga etapa de incertidumbre, pero se abre otro periodo también muy exigente para diseñar las relaciones comerciales, de seguridad o migratorias".
La incertidumbre es, en opinión de los analistas, el motivo por el que el Banco de Inglaterra decidió el jueves mantener los tipos de interés en el 0,75 % pese a rebajar simultáneamente sus previsiones de crecimiento para la economía británica en 2020, 2021 y 2022.
Según Bank of America Global Research, el Banco de Inglaterra ha preferido esperar a la presentación de los presupuestos para comprobar si incluye medidas expansivas.
"Al mantener los tipos de interés intactos, el Banco de Inglaterra tiene margen para ser proactivo y reforzar la actividad con medidas de flexibilización monetaria si fuera necesario", apunta Bethany Payne, de Janus Henderson.
En su opinión, "la hoja de ruta para la economía británica pronto será más clara" teniendo en cuenta la decisión de Boris Johnson de no ampliar el periodo de transición más allá de final de año.
Para algunos analistas, el periodo de transición deja escaso margen para negociar un acuerdo comercial con la UE, lo que abre la puerta de nuevo a un Brexit duro.
"El Reino Unido tiene que establecer un acuerdo comercial con su mayor socio comercial, la UE, antes de que termine el periodo de transición. Normalmente esto lleva años de negociación. Si el acuerdo no se alcanza, o se extiende, aún podríamos enfrentarnos a un Brexit duro", explica Donny Kranson, de Vontobel AM.
Como contrapartida, los analistas destacan que Johnson cuenta con una amplia mayoría en el Parlamento británico para impulsar políticas expansivas.
Londres y Bruselas tienen de plazo hasta finales de noviembre para remitir al Parlamento Europeo un nuevo acuerdo comercial, a fin de que pueda ser ratificado antes de que termine el año.
Schroders aprovechó una serie de conferencias con inversores celebradas recientemente en Reino Unido e Irlanda para preguntarles por el escenario que creían más probable a partir de 2021.
La mayoría, un 52 %, apostaba por un "Brexit en el limbo", es decir, por una prolongación del periodo de transición; el 33 % veía más probable un "Brexit duro"; y solo un 10 % confiaba en un acuerdo que permitiera al Reino Unido seguir en el mercado único, es decir un "Brexit suave".