La mutua aseguradora Pelayo obtuvo un beneficio neto de 5,3 millones de euros en 2019, un 34,4 % más que en 2018 debido al control de los costes y a la política de selección de los riesgos y a pesar de la reducción de la facturación.

Según explica la entidad, los ingresos por primas de Pelayo, matriz del Grupo, se redujeron un 1,3 % y quedaron en 362,4 millones de euros.

La cartera total de pólizas se situó en 1,3 millones, frente a los 1,4 millones del año anterior, en tanto que la cifra de clientes se aproximó al millón, también algo más baja que en 2018.

La Mutua mantiene un nivel de solvencia 2,8 veces superior al mínimo exigido y el capital disponible se ha situado en 367,8 millones de euros.

La facturación de autos, la más importante para Pelayo, que tiene una cuota de mercado del 2,7 % en ese ramo, sumó 298,7 millones de euros, un 1,6 % menos que en 2018, con 851.738 pólizas.

El ratio de siniestralidad -que mide el porcentaje destinado a indemnizaciones de cada 100 euros de ingresos- mejoró hasta el 68,5 %, frente al 70,8 % de 2018, debido, como el año anterior, al esfuerzo realizado en el control de costes, así como a "la apuesta por una cartera de calidad".

Agropelayo, sociedad constituida con los negocios agrarios de Pelayo y Agromutua, obtuvo un beneficio neto de 2,1 millones de euros, frente a las pérdidas de 5,3 millones registradas el año anterior, marcado por las catástrofes meteorológicas.

La facturación de Agropelayo se redujo, no obstante, hasta los 140,8 millones, desde los 149,2 millones de un año antes.

La compañía de vida, de la que Pelayo es socio al 50 % con Santa Lucía, logró un beneficio neto de 300.000 frente a los 1,7 millones de 2018, debido a que la entidad ha preferido dotar con antelación parte de la provisión que le correspondería poner en 2021 "por el ajuste de la cartera de ahorro a los bajos tipos de interés actuales".