Madrid, 18 feb (EFECOM).- El presidente de Enagás, Antonio Llardén, ha dicho este martes que está convencido de que en los seis años del periodo 2020-2026 encontrarán "oportunidades de inversión nuevas interesantes" a las que dedicar los entre 1.000 y 1.500 millones de euros que esperan tener para inversiones con el flujo de caja previsto.
Llardén, en una rueda de prensa en que ha presentado los resultados de la compañía para 2019 -año en que Enagás compró un 30 % de la estadounidense Tallgrass Energy, y la revisión de las perspectivas estratégicas para el periodo 2020-2026, ha manifestado que "si hay oportunidades, invertiremos".
Ha explicado que la previsión de flujo de caja para el periodo 2020-2026 no tiene en consideración inversiones nuevas, sino que siplemente con lo que la compañía tiene hoy la proyección es que sobren entre 1.000 y 1.500 millones para inversiones.
Además, dentro de esa cantidad, unos 300 millones se dedicarán a inversiones en gases renovables, un campo en el que Enagás, que se ha marcado el objetivo de ser neutra en carbono en 2050, tiene gran interés.
Llardén ha explicado que la compañía ha reducido su huella de carbono en un 47 % en el periodo 2014-2018, casi la mitad de sus emisiones, y para 2039 es reducirlo en un 25 % sobre el que hay, en 2040 un 61 % sobre el que haya entonces para llegar a las cero emisiones en 2050.
Enagás no prevé que este proceso de descarbonización tenga impacto en sus cuentas, ha dicho su presidente, quien ha señalado que la transición energética va a conllevar un mayor uso de gas natural y de las infraestructuras gasistas, y además, en el futuro para transportar gases renovables e hidrógeno.
Además, ha dicho que la transición energética requerirá de flexibilidad en la gestión del consumo eléctrico y para ello serán necesarias infraestructuras como las de Enagás, que Llardén ha augurado que van a ser "clave".
Preguntado acerca de que el dividendo de la compañía a partir de 2023 no vaya a crecer, Llardén ha dicho que tiene la ruta que ya anunciaron y ha explicado que no es que de 2023 a 2026 no vaya a subir, sino que "va a haber una sostenibilidad".
Ha indicado que, a lo mejor, se podría subir, pero, en su opinión, hacer previsiones de ese tipo a cuatro años vista en el mundo actual, "es gratuito", pero lo que sí están seguros es de que pueden mantener el dividendo que haya a partir de esa fecha "sin ningún tipo de problemas".
Además, ha dicho que el dividendo que paga Enagás un dividendo razonables y al tipo de inversor institucional que tiene la compañía le gusta la estabilidad y que no les den sorpresas con la retribución.
Respecto a la entrada de Ponte Gadea, vehículo inversor del fundador de Zara, Amancio Ortega, que adquirió un 5 % de Enagás en la ampliación de capital por 500 millones de euros que la compañía gasista realizó el año pasado, en el consejo de administración, Llardén ha dicho que si lo pide, estarán encantados de darle representación.
No obstante, ha señalado que eso no se ha producido, pero Ponte Gadea, al igual que otros fondos de inversión que no han pedido sentarse en el consejo, están perfectamente informados de lo que hace la compañía.
Respecto a las previsiones de demanda de gas para 2020, después de que en 2019 creciera un 14 %, hasta los 398 teravatios hora (TWh), ha dicho que es difícil que vuelva a subir así, entre otras cosas porque los ciclos combinados de gas han tenido que cubrir el hueco dejado por la generación con carbón, y la estimación es que se mantendrá.
Preguntado si Enagás acudirá a la relicitación que se va a hacer del gasoducto del Magreb, Llardén ha respondido que sólo van a operaciones de ese tipo cuando los propietarios de la infraestructura les invitan, como hizo Naturgy en su día con el gasoducto argelino Medgaz, aunque al final los propietarios de esa infraestructura cambiaran de opinión.