La crisis del Covid-19 puede llevar el déficit por encima del 10%, como resultado del alza del gasto y la fuerte caída de los ingresos, según señalan expertos consultados por Efe, que subrayan la incertidumbre que rodea las estimaciones y las diferencias frente a la anterior recesión.
A la hora de hacer previsiones se trabaja sobre dos datos clave: el incremento del gasto que va a conllevar esta crisis, tanto desde el lado sanitario como por el paquete de medidas de protección social y económica adoptadas, y la caída de la economía fruto del fuerte parón de la actividad y el consumo.
Se trata de cifras que los economistas manejan con mucha cautela ante el escenario de elevada incertidumbre y la dificultad de medir la magnitud y duración de la pandemia no sólo en España sino en todo el mundo.
Del lado del gasto, la CEOE ha cifrado en un informe esta semana entre 25.000 y 30.000 millones las necesidades de gasto público adicional que suponen las medidas tomadas hasta ahora.
Del lado de los ingresos, la patronal calcula una reducción de la recaudación de impuestos de hasta 60.000 millones.
"En un escenario muy optimista las medidas podrían aumentar el déficit público durante 2020 en 3,5 puntos del PIB", explica a EFE el profesor de la Universidad de Valencia (Instituto Economía Internacional) e investigador asociado de Fedea Javier Ferri, coautor de uno de los primeros informes sobre el impacto de la crisis del COVID-19.
Sin embargo, explica Ferri, en un escenario menos optimista la ratio de déficit sobre PIB aumentaría, más aunque sólo sea por la caída del denominador: es decir si el PIB se contrae en el entorno del 5 % este año, apunta, el déficit aumentaría un 8,5 % del PIB.
En los cálculos de la CEOE, con un escenario más optimista de caída del PIB del 5% y otro más duro del 9%, el déficit público se sitúa entre 80.000 y 120.000 millones, lo que es lo mismo una horquilla del 7,5 % y el 11 %, frente al 2,64 % de 2019. España registró su mayor déficit en 2009 con un 11,3 % del PIB.
"Supone volver a los picos más duros de la crisis", añade Ferri, que apunta, no obstante, que la situación es diferente por varios motivos.
Por un lado, no es descartable una recuperación rápida a partir probablemente del año que viene con un incremento del PIB que ayudaría a enjugar parte de ese déficit y a dibujar una imagen del problema algo menos alarmista.
La CEOE apunta, en su mejor escenario, a un repunte del PIB del 5,2 % en 2021.
"Son unas cifras de déficit transitorias y puntuales", asegura el director del Instituto de Estudios Económicos (IEE) y del departamento de Economía de la CEOE, Gregorio Izquierdo, que explica que responde, sobre todo, a una caída de los ingresos por el parón económico.
El incremento se debe a "estabilizadores automáticos" de la economía, expone Izquierdo, es decir variaciones en rentas, consumo, recaudación de impuestos o más gasto en prestaciones, y se ajustará con la recuperación.
"Lo que no estaría justificado sería tomar medidas adicionales de incremento de gasto público más allá del COVID-19", advierte Izquierdo, que pide "eficiencia en el gasto".
Junto a esto, los expertos miran a las medidas que pueda adoptar Europa y a un contexto internacional completamente diferente al de la anterior crisis.
En su informe, la CEOE apuntaba que la deuda pública puede ascender en España hasta el 108 % o el 115 % del PIB frente al 95,5 % actual.
"Las cifras de déficit y deuda que se manejan son terribles, fruto de mayores gastos y una caída de los ingresos, pero no es un problema de España, sino global (...) es una locura pero en todo el mundo", reflexiona a EFE el presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich.
Pich señala así a posibles acuerdos de mutualización de la deuda que se puedan alcanzar en Europa, recuerda que la prima de riesgo está contenida e insiste en la necesidad de que el Gobierno tome las medida adecuadas para reactivar la economía.
"Hace falta un acuerdo europeo para apoyar las medidas de cada uno de los países de modo que no descanse el esfuerzo exclusivamente en la emisión de deuda nacional", declara a EFE el director de Coyuntura de Funcas, Raymond Torres.
Torres también recuerda que se han contenido las primas de riesgo, lo que dispararía la financiación de la deuda generada, gracias a que el BCE ha desplegado un arsenal "muy potente" para asegurar suficiente liquidez monetaria en los mercados financieros.
El debate, además de a Europa, mira también a generaciones futuras.
Así, desde el Gobierno ya han señalado que la factura que dejará esta crisis para las próximas generaciones a las que se les deberá compensar de algún modo con compromisos de mejora medioambiental o de otro tipo.
"Se lo debemos", ha subrayado en varias ocasiones la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.