El campo andaluz quiere ser la despensa de Europa: pide una PAC justa ante el Covid-19
Reclaman medidas a nivel europeo, español y andaluz para un sector "tocado y hundido" por el cierre del canal Horeca y la pérdida de turistas por la pandemia
23 junio, 2020 17:52Noticias relacionadas
De las cosechas al Parlamento andaluz. Los principales representantes del sector agroalimentario de Andalucía han dejado hoy sus cultivos en pausa para poner nombres y apellidos a sus problemas actuales. El objetivo es claro: ser la despensa de Europa. Se trata de un panorama que requiere, entre otras medidas, de una PAC “justa y social” y de un cambio de mentalidad tanto a nivel económico como ciudadano.
Así lo han puesto de manifiesto los comparecientes de las organizaciones agrarias y cooperativas que han protagonizado la primera jornada de trabajo de la Subcomisión de reactivación económica dentro de la Comisión de estudio sobre la recuperación económica y social de Andalucía a causa de la pandemia del Covid-19.
La Cámara andaluza ha reunido a representantes del sector agrario, concretamente a Asaja, UPA, Coag y Dcoop. Estos colectivos han alzado su voz con un mismo objetivo: una PAC alejada de recortes para el sector andaluz y que recoja sus necesidades tras el impacto del coronavirus en la comunidad.
Calificados como los ‘héroes anónimos’ de la crisis sanitaria, al abastecer a la población pese a las limitaciones comerciales, las organizaciones han coincidido en que el cambio no pasa por el Parlamento andaluz, sino también por medidas a nivel europeo y nacional. “Queremos y podemos ser la despensa de Europa”, meta que pasa por “priorizar nuestras prioridades”.
"El sector agrario ha seguido produciendo, recolectando, cuidando al ganado y manteniendo los ciclos naturales de cultivos y animales a pesar de la pandemia”, ha recordado el secretario general de UPA, Miguel Cobos. “El buen funcionamiento del sector agrario ha servido para recordar su importancia como actividad esencial y estratégica”, aspecto que han puesto de relieve las necesidades del sector antes y después del Covid-19.
La mejora del sector, a juicio de Asaja Andalucía, pasa por una acción conjunta entre administraciones y su colaboración para fortalecer la capacidad de respuesta del colectivo ante futuras incidencias. Antes del estado de alarma, la industria agroalimentaria estaba “tocada” y ahora “hundida” ante la caída del canal Horeca y el turismo, que ha dejado en la bancarrota a la flor cortada y a los sectores cárnicos, según ha resaltado el líder de la organización, Ricardo Serra.
Pese a que la realidad andaluza ha cambiado, si se echa la mirada atrás, la situación del campo andaluz no ha sido así. “Los precios en origen continúan hundidos, los cambios en la PAC generan más incertidumbre y las nuevas barreras comerciales limitan aún más nuestras exportaciones”, han coincidido las organizaciones.
“¿Y si el desabastecimiento hubiera llegado a la alimentación?”
Más crítico ha sido el secretario general de COAG, Miguel López, quien ha puesto en valor el trabajo del sector durante la pandemia. "¿Qué hubiera pasado si el desabastecimiento hubiera llegado a la alimentación?”, se ha preguntado poniendo el acento en el agravio que ha supuesto la crisis sanitaria para el sector.
“Necesitamos propuestas que solucionen los problemas y que no manden mensajes falsos a la sociedad”, ha incidido Cobos quien ha lamentado que se estén “capitalizando” las producciones de Andalucía. “Nuestra agricultura es la mejor en el marco de seguridad y calidad alimentaria”, un factor que, según el sector, se debe poner en valor.
En la importancia del sector agroalimentario ha coincidido el Rafael Sánchez, secretario general de Dcoop, quien ha demandado medidas que aporten prestigio al sector, creador de riqueza y trabajo en la región. Para ello es necesario, según ha incidido, potenciar un modelo agroindustrial y el cooperativismo andaluz apostando por modelos empresariales eficientes que permitan la internacionalización de los productos.
Precios justos y más jóvenes en el sector
Entre las medidas que se han propuesto, los comparecientes han coincidido en reclamar precios justos en origen que cubran los costes de producción, así como reprogramar los fondos europeos del Programa de Desarrollo Rural, de las líneas no convocadas o las ya ejecutadas pero no en su totalidad. A todo ello se sumaría una mayor apuesta para que los jóvenes se incorporaran a la actividad agraria.
Las organizaciones también han reclamado la mejora de las infraestructuras en el ámbito rural incorporando, entre otras cuestiones, el 5G en ámbitos rurales. Han solicitado iniciativas de comercio local o ayudas directas para los sectores más afectados por las consecuencias de la crisis sanitaria.
También han puesto sobre la mesa la importancia de conseguir en el regadío andaluz una mejor satisfacción de las demandas de agua y equilibrar el desarrollo regional y sectorial. “Hay que incrementar las disponibilidades del recurso, protegiendo su calidad, economizando y racionalizando sus usos, así como respetando el medio ambiente y los demás recursos naturales”, han comentado.
La Junta, "preocupada" por la PAC
La consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta, Carmen Crespo, ya trasladó su “preocupación” respecto al presupuesto de la Unión Europea para el Marco Financiero 2021-2027. “Las posibles consecuencias de esta disminución de los fondos de la PAC supondrían que los agricultores y ganaderos andaluces dejarían de percibir 1.160 millones de euros en un periodo de siete años, casi un 10% menos del montante actual”.
En su opinión, se debe defender ante la UE “una PAC fuerte, justa y sin recortes, con el objetivo de afrontar con fortaleza y recursos suficientes un periodo tan complejo como el que se avecina a raíz del impacto del Covid-19”. Desde el Gobierno andaluz creen que el sector ha de verse recompensado y no perjudicado por su esfuerzo durante el estado de alarma.
Andalucía es la primera región agraria de España, ya que cuenta con más superficie agraria útil y con mayor número de productores, más de 232.000 agricultores y ganaderos que con su actividad aportan el 10% del empleo de la comunidad y generan el 11% del PIB.