El comercio exterior en España se ha visto muy afectado tras la entrada en vigor del Brexit y la crisis derivada de la pandemia. La recuperación económica, que se vincula en todo momento al avance de la vacunación, supone para los Estados una revisión de la solidez de su modelo económico.
La salida de Reino Unido, un país con unos estrechos lazos comerciales con España, lleva a replantear también la búsqueda de nuevos mercados comerciales que pueden verse potenciados.
La crisis del coronavirus ha lastrado la economía de los países del Mediterráneo, que tienen una importante dependencia del turismo y el sector servicios. Así, una de las cuestiones más repetidas al hablar sobre reconstrucción pasa por abordar la crisis como una oportunidad expandirla.
Más allá de la Unión Europea
La región mediterránea desempeña un peso significativo dentro del mercado común de la Unión Europea. Desde la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria del Mediterráneo (ASCAME, por sus siglas en inglés) estiman que el 70% de las importaciones proviene de la UE, mientras que el 12% de las exportaciones comunitarias se dirige a los 12 países que conforman el Mediterráneo sur y Oriental.
"España tiene que potenciar su presencia económica y comercial en la parte sur y oriental del Mediterráneo así como en África, el continente ha creado la Área de Libre Comercio Continental (CFTA), dando un paso de gigante hacia la integración económica", señala Anwar Zibaoui, coordinador General de ASCAME.
Aunque también se ha hablado de la posibilidad de tender nuevos puentes comerciales con China, la oportunidad de la región mediterránea es doble, ya que permite acortar los circuitos logísticos con la Unión y, además, reducir la huella de carbono, que a día de hoy es una pieza clave para la construcción de la denominada 'Europa verde'.
La relación estratégica con Marruecos
Uno de los primeros socios de España fuera de la UE y dentro de la zona del Mediterráneo es el Magreb. Se trata de un acuerdo de cooperación que, a pesar de los contratiempos, presenta un modelo que puede exportarse como prueba de dinamismo.
Por otro lado, en Marruecos las relaciones comerciales de España han logrado desplazar a Francia, primer socio de este país magrebí desde su independencia. Con todo, las tensiones que se vivieron a ambos lados del Mediterráneo hace unas semanas empañan de alguna forma la relación entre los países. Sin embargo, Zibaoui subraya que la evolución es positiva en materias de cooperación y en cualquier caso se trata de una relación estratégica por ambas partes.
De esta manera, calculan que más de 22.000 empresas españolas exportan a Marruecos, aproximadamente 1.500 están presentes en múltiples sectores. "La realidad es que se trata de socios naturales por cercanía y complementariedad", detallan, por lo que defienden que "con Marruecos se debe aspirar a construir una relación parecida a la que se mantiene con Francia y Portugal".
Liderazgo español
En este sentido, analiza que esta área será la catalizadora de inversiones y, por extensión, la que hará posible el estímulo con vistas al crecimiento económico. Por ello, Zibaoui apunta a "hacer una apuesta estratégica para diversificar socios comerciales y no depender solo del mercado interior europeo".
Zibaoi analiza que este es un ejemplo de "liderazgo español". Por ello propone aprovechar la situación de crisis actual, que ha obligado a abordar el debate sobre el ecosistema industrial de España, para "diseñar una política industrial europea con una dimensión geográfica que se expanda hacia el Mediterráneo y África".
Un proyecto común en el que España podría asumir una posición de liderazgo ya que, en su opinión, "el futuro tanto de Europa como de España está en el sur". En este sentido, España es el primer cliente de Argelia y su cuarto proveedor con intercambios que superan los 15.000 euros, el 50% del gas que consume España viene de Argelia, según las estimaciones de ASCAME.
Una posición de referencia que también avanza en materia energética. Las estimaciones de ASCAME analizan que España "se ha postulado como alternativa para suministrar al resto de Europa el 50% del gas que recibe de Rusia a través de los dos gasoductos que le unen con Argelia".