El Banco de España ha publicado este miércoles un informe donde analiza el impacto de la Covid-19 en el mercado nacional de la vivienda, un sector marcado por una fuerte contracción inicial y una lenta recuperación, si bien los precios han aguantado mejor que en la crisis de 2008 aunque lograr financiación se ha complicado.
Pese a que la política de tipos de interés del BCE mantiene el euríbor en cotas históricamente bajas, otro cantar es que el banco apruebe las operaciones hipotecarias para la compra de una vivienda.
De acuerdo con la Encuesta sobre Préstamos Bancarios10 (EPB), los criterios de
aprobación de préstamos se habrían endurecido tras el estallido de la crisis sanitaria, como resultado de un aumento de los riesgos percibidos por las entidades financieras.
Los precios aguantan
El análisis de los precios muestra que estos han aguantado mucho mejor que en la anterior crisis ya que no vivimos en un momento con sobreoferta de la vivienda en España.
El informe también apunta a un menor endeudamiento de los agentes implicados y a unos criterios de concesión de crédito más rigurosos que en aquellos años. Asimismo, añade, "el despliegue temprano de las distintas políticas económicas por parte de las autoridades europeas y nacionales ha evitado una destrucción mayor del tejido productivo y del empleo, y ha permitido un sostenimiento de las rentas de las familias".
Así, los precios de la vivienda continuaron con la senda de desaceleración previa a la pandemia, concentrada en el segmento de vivienda usada. Por su parte, el precio medio de la vivienda nueva se aceleró en el segundo semestre de 2020, hasta alcanzar un nuevo máximo en términos nominales (un 2% superior a su máximo previo, registrado en el tercer trimestre de 2008), coincidiendo con una alta demanda y una reducida oferta en esta modalidad.
No obstante, el Banco de España recuerda que en términos reales el precio de la
vivienda nueva se sitúa casi un 10% por debajo de su nivel máximo alcanzado en 2007. Eso sí, la información de las escrituras públicas correspondiente a los últimos meses apunta a un posible agotamiento de esta aceleración de los precios de la vivienda nueva.
Aunque la desaceleración de los precios es generalizada por regiones, la pérdida de dinamismo es mayor en zonas de la costa mediterránea y en las islas, que han presentado, tradicionalmente, un mayor porcentaje de compraventas por parte de ciudadanos extranjeros por su mayor atractivo turístico.
Nuevas preferencias
Los principales efectos asociados a la crisis sanitaria se han mostrado en las preferencias de los compradores de vivienda. "Desde el estallido de la crisis sanitaria se han observado un aumento del porcentaje de las compras de viviendas unifamiliares y un incremento de la superficie media de la vivienda, que han alcanzado máximos históricos en casi todas las modalidades de vivienda y de manera generalizada por regiones", destaca el informe del Banco de España.
Además, ha podido acelerar alguna tendencia previa en la demanda de vivienda, como su reorientación desde los municipios más poblados hacia otros con menor densidad poblacional. "Este desarrollo ya estaba condicionado por una mayor escasez en la oferta de vivienda nueva y un precio medio más elevado en las grandes ciudades, pero se ha exacerbado debido a las nuevas preferencias de la demanda hacia espacios abiertos y más amplios por la mayor presencia en el hogar a raíz de los confinamientos y el aumento del teletrabajo", señala el texto.