Las cuentas no cuadran, no han cuadrado y, según la Comisión Europea o el FMI, no cuadrarán. La "inflación coyuntural" que en otoño aseguraba el Gobierno que empezaría a remitir en 2022 y que en Navidad ya advertían las fuentes del ala económica del Gobierno que "empezaremos a ver relajarse en primavera", ya parece instalada para quedarse.
Sobre todo porque, según ha podido saber este periódico, el Ministerio de Nadia Calviño ya trabaja en que el IPC no frenará su curva ascendente "hasta la segunda mitad del año". Así consta en sus borradores de cuadros macroeconómicos.
Los Presupuestos Generales del Estado de 2021 preveían un crecimiento en uve del 9,8% en el PIB y una inflación del 2%. Finalmente, según el dato adelantado del Instituto Nacional de Estadística (INE), crecimos la mitad, un 5%, y los precios ramparon más del triple, al 6,5% en diciembre.
Ni este desfase hizo que la vicepresidenta primera ni la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, retocaran el cuadro macroeconómico. Entre otras cosas, porque "esas previsiones se hacen con un solo objetivo, que se ha cumplido más que de sobra". O así lo expresan fuentes oficiales de Economía: "La deuda y el déficit se han reducido en el ejercicio recién acabado más de lo previsto".
Revisar previsiones en abril
Y por esta razón, aunque la base de cálculo de las cuentas públicas de 2022 no encaje con el cierre real de 2021, Calviño no tiene previsto revisar sus previsiones "hasta abril", según las mismas fuentes.
¿Incluso con estas tensiones inflacionarias? "Sí". ¿A pesar de la amenaza de vuelta de las reglas fiscales del plan de estabilidad de la UE, el año que viene? "Eso aún está a debate, pero nuestra senda de consolidación va por buen camino".
¿Y no importa el fin del programa de compra de deuda pública del Banco Central Europeo, ni el anuncio de subida de tipos en Estados Unidos para controlar su IPC, del 7,5%, que no se recuerda desde la herencia que Jimmy Carter le dejó a Ronald Reagan hace 40 años?
Ni guerra ni sueldos
"Nada hace presagiar esos nubarrones", salvo si no se logra evitar que las tensiones geopolíticas lleven a un alza adicional de los precios energéticos en los mercados internacionales, como el conflicto de Ucrania. "Y si logramos que no se consolide esa inflación con efectos de segunda ronda".
Es decir, que los sueldos no suban en consonancia con los precios. Aunque las fuentes oficiales de Economía aseguran que en ese capítulo "no entra este Ministerio", lo cierto es que piden que "ningún convenio colectivo, por lo que sabemos, está consolidando en sus sueldos" subidas mayores a las asumibles, según el comité de expertos del departamento.
Lo curioso es que al Ejecutivo de Pedro Sánchez le parece "una buena noticia" que los precios vayan a subir este año (3,6% de inflación media) aún más que en 2021 (3%).
"Bruselas nos pone en la misma línea que el resto de la zona euro, para la que prevé un 3,5%", explican una portavoz de Calviño a este diario, "y eso demuestra que la subida de precios es un fenómeno común".
También llama la atención que la previsión con la que se contenta Moncloa sea ésta, que supone una subida de precios un 20% superior a la de 2021. Y todo, a la vista de que otros organismos aún prevén un IPC más moderado.
Por ejemplo, si en Economía ya no ven la relajación de precios hasta la vuelta de verano, la estimación del Banco de España es que la inflación se "desacelere intensamente" a partir de primavera. De hecho, la misma Calviño ya admite que es probable que este año se sitúe entre el 3% y el 4%.
Bruselas enmienda los PGE
Dice también el Gobierno que el PIB de España crecerá al 7% en el año 2022. En realidad, los PGE no tienen ni mes y medio de vida y ya han sido enmendados de plano esta semana por la Comisión Europa.
Mientras Nadia Calviño comparecía el pasado jueves ante la comisión mixta para la Unión Europea, Bruselas publicaba sus previsiones para España. Según sus cálculos, nuestra economía se expandirá este año un 5,6% (es decir, un 20% menos de lo que dice el Ejecutivo). Un desvío de casi 17.000 millones de euros.
...y un reconocimiento explícito, envuelto en un vaticinio, de que tampoco este año España recuperará el PIB con el que se cerró 2019, el último año sin coronavirus. "Es una buena noticia que la Comisión confirme que en 2023 ya habremos eliminado el gap prepandemia"... habrán pasado cuatro años.
A pesar de ello, fuentes del departamento de la vicepresidenta primera prefieren quedarse, otra vez, con "la buena noticia". Es decir, que "Bruselas dice que vamos a ser la locomotora de Europa", que España va a encabezar a las grandes economías con crecimientos "sólidos y sostenidos en el entorno del 5%" y que eso nos coloca como la única de las cuatro grandes por encima de la media de la propia UE.
Aunque la Comisión, en realidad, habla de un 4,4% de subida del PIB para 2023, el departamento de Calviño insiste en que "el análisis es muy complejo en una situación de tanta incertidumbre como en la que estamos". Razón por la que esta portavoz pide "prudencia" y, sobre todo, atenerse "a los datos reales, los ya cerrados de recaudación y de creación de empleo, por ejemplo, que son muy buenos".
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