El Consejo General de Economistas (CGE) han recortado su previsión de crecimiento de la economía española para 2022 en cuatro décimas, pasando del 5,6%-5,8% estimado anteriormente hasta el 5,2%-5,4%, debido principalmente al conflicto bélico provocado por la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Según se desprende del 'Observatorio Financiero' publicado este lunes por los economistas, la primera consecuencia económica de este conflicto es el impacto en el precio de la energía por la gran dependencia de Europa de la energía rusa, tanto del petróleo, gas, o metales preciosos e industriales, así como de otras materias primas. "Aunque se habría previsto que este primer semestre tendería a moderarse la inflación, estos acontecimientos van a surtir el efecto contrario", han alertado.
Así, la expectativa de una inflación más persistente a lo largo de 2022, en gran parte como consecuencia de la guerra Rusia-Ucrania, que en febrero ya se ha situado en el 7,4%, hacen prever que los ciudadanos se vean obligados a reducir su consumo y por tanto se entre en el círculo vicioso de que las empresas reduzcan su producción y el crecimiento económico se vea impactado negativamente, según han alertado los economistas.
Asimismo, el Consejo de Economistas ha alertado de que los posibles problemas en las cadenas de suministro, que ya parecía que se estaban relajando, pueden frenar la producción. En este sentido, han explicado que el Índice PMI compuesto de la actividad total de la zona euro en febrero ha sido de 55.8 frente a 52.3 de enero, constatándose una intensa aceleración del crecimiento económico que, por desgracia, esta situación puede truncar.
También alertan de que España "está en una situación muy compleja porque los ingresos públicos han aumentado", vía imposición indirecta, lo cual ha permitido reducir el déficit público Pero la expectativa de una inflación más persistente a lo largo de 2022, en gran parte como consecuencia de la guerra Rusia-Ucrania, que en febrero ya se ha situado en el 7,4%, hacen prever que los ciudadanos se vean obligados a reducir su consumo y por tanto se entre en el círculo vicioso de que las empresas reduzcan su producción y el crecimiento económico se vea impactado negativamente.
Moderación de la deuda pública
En cuanto al mercado de trabajo, los economistas han apuntado a que, aunque 2021 registró una reducción importante de la tasa de paro y en enero el comportamiento ha sido positivo, la desaceleración del crecimiento podría acarrear un incremento del número de parados. A este respecto hay que considerar la finalización del aplazamiento de los ERTE, a los que actualmente hay acogidos más de 100.000 trabajadores con empleo total o parcialmente suspendido.
Sobre la deuda pública a 31 de diciembre, según el avance mensual del Banco de España, el volumen ha ascendido a 1.428 billones euros, que representa el 118,7% del PIB, un comportamiento mejor de lo esperado tanto por el Gobierno como por los analistas, aunque es una cifra muy elevada y preocupante. Para 2022 se espera que siga moderándose, y se sitúe en torno al 117% del PIB.
Esta situación, como es lógico, también tendrá su efecto en la política monetaria tanto de Reserva Federal (FED) y del Banco Central Europeo (BCE), que podría hacer que se pospongan las posibles subidas de tipos de interés que se preveían para este año y suavizar las retiradas de liquidez. Se espera que en las próximas reuniones de la FED y del BCE de mediados de marzo se trate la estrategia a seguir.