Santiago Niño Becerra (Barcelona, 1951) es doctor en Economía, catedrático emérito de la Universidad Ramón Llull y profesor de Estructura Económica. La claridad con la que divulga la economía le ha llevado a ser uno de los economistas con más seguidores en Twitter. Sin embargo, la profundidad de los cambios que dibuja en su obra deja muy cortos los 140 caracteres de la red social.
'Futuro, ¿qué futuro? Claves para sobrevivir más allá de la pandemia' (Ariel) es su último libro en el que anticipa un nuevo orden económico mundial, cuya implementación está acelerando -aún más que cuando el manual fue impreso a comienzos de 2022- la guerra en Ucrania.
"En los años comprendidos entre 2023 y 2030, será necesario realizar los ajustes precisos para recorrer la última fase del Sistema Capitalista en un momento en el que el Capitalismo ya está en declive, al haberse casi agotado la razón de su existencia", escribe Niño Becerra.
En este nuevo mundo, la tecnología y la inteligencia artificial serán tan protagonistas como los oligopolios. Habrá grandes corporaciones con más poder que muchos Estados. ¿Y España? Como cuenta en esta entrevista, se verá abocada a hacer ajustes. Y si las cosas ya han sido difíciles para los millennials (1984-2000), la generación Z (1996-2008) y la generación T (2008-2025) lo tendrán aún peor.
Si no cambian las cosas, el economista advierte que la salida al extranjero de esos jóvenes -muchos todavía niños- descapitalizará una España en la que "la renta básica, la marihuana legal y el ocio barato" serán la respuesta al negro horizonte de los españoles del mañana.
P. - ¿Cuál es el futuro después de la pandemia?
R.- La pandemia fue un cisne negro y actuó de acelerador constatando que cosas que pensábamos que podíamos hacer, realmente teníamos que hacerlas. Por ejemplo, la aceleración de la tecnología, de la inteligencia artificial, del internet de las cosas, etc.
El conflicto de Ucrania refuerza mi tésis. Hay un cambio en el orden internacional que se puso en marcha tras la disolución de la Unión Soviética, cuando se plantea un mundo en el cual hubo un ganador: EEUU, la economía liberal, democrática. A partir de ahí, quedó una Rusia destrozada, con una caída de su PIB del 40%. China en 1991 aún era muy enana.
Durante todos estos años, todo el mundo se había olvidado de Rusia. Pero de pronto nos damos cuenta de que, caramba, aquella Rusia que estaba destrozada se ha recuperado y está reclamando cosas. Y China se ha convertido en la segunda economía del mundo. Se está gestando un nuevo orden internacional. La economía de Estados Unidos estaba estancada ya antes del conflicto de Ucrania y Europa es la gran perdedora.
- ¿Y cómo se articulará ese nuevo orden?
- Lo que nos espera es un mundo cada vez más hiperconcentrado, un mundo de oligopolios, de grandes corporaciones globales. Es absolutamente falso que la pandemia y la guerra de Ucrania han matado a la globalización. Lo que pasa es que va a ser una globalización entendida de otra manera. Con mucha más robotización.
"Es absolutamente falso que la pandemia y la guerra de Ucrania han matado a la globalización"
Habrá producciones que retornarán a los lugares de origen porque la robótica y la IA lo permitirán. Pero el comercio internacional seguirá existiendo porque, evidentemente, los excedentes tendrán que colocarse. Pero esos excedentes se adecuarán mucho a través de la tecnología.
- Dice que Europa es la gran perdedora en un contexto en el que padece la dependencia de la energía de países como Rusia. ¿Va a ser capaz Europa de acabar su transición ecológica?
- El problema es que no existe una Europa, hay varias Europas. Hay una Europa rica que se lo puede permitir y hay una Europa pobre que no se lo puede permitir. No puede y tiene que seguir dependiendo de las energías sucias. Por ejemplo, aunque sea muy local, mire la sentencia contra la zona de bajas emisiones de Barcelona. No voy a criticar la sentencia jurídica, pero es absurdo porque el objetivo es ir por ahí y todas las ciudades potentes van a hacerlo, pero luego vemos que como dice la sentencia, no hay renta, no hay poder adquisitivo para cambiar de vehículo, para mejorar el transporte público, etcétera.
"Hay una Europa rica que se puede permitir la transición ecológica y hay una Europa pobre que no se lo puede permitir"
Va a haber un impacto en la puesta en marcha de las energías renovables por esta situación económica. Pero esto es imparable. Vamos a un mundo de energías limpias y, evidentemente, el que pueda tirará y el que no se quedará atrás.
- Hablamos de una Europa con países 'pobres' en un mundo de grandes oligopolios. ¿Cómo va a afectar esto a la desigualdad en el caso de economías como la española?
- Es muy importante que quede claro que España es un país pobre. Lo que pasa es que durante muchos años los políticos nos vendieron que España era un país rico, pero es y era un país pobre. La famosa gloria española juega la Champions League de la economía mundial. Los españoles nos lo creímos.
"Durante muchos años los políticos nos vendieron que España era un país rico, pero es y era un país pobre"
Pero los ingresos públicos no llegan. Medido sobre el PIB, el gasto público español es de los más bajos de Europa. Y en población activa, el número de funcionarios públicos en España es de los más bajos de Europa. ¿Cuál es el problema? El problema de España no es solo de gasto, es de defecto de ingresos. Luego, hay otros datos. El fraude fiscal en España más que duplica al de Alemania, el Estado gasta de manera ineficiente cada año 60.000 millones de euros, etcétera...
- ¿Y cómo se van a revalorizar las pensiones?
- Los pensionistas y los funcionarios públicos van a perder poder adquisitivo. Igual que los salarios del sector privado. Si ahora tenemos una inflación del 9,8%, de aquí a final de año podemos irnos tranquilamente a una inflación del 12%. El año que viene el poder adquisitivo de todo el mundo será menor. Las empresas no van a poder mantener el mismo empleo, el consumo bajará, los ingresos tributarios bajarán, perderemos poder adquisitivo y el Estado no va a tener fondos para hacer frente a estos aumentos del gasto público.
"Podemos irnos tranquilamente a una inflación del 12%. El año que viene el poder adquisitivo de todo el mundo será menor"
Europa nos está diciendo "echa el freno". España necesita más ingresos fiscales. ¿A quién van a pedir ese esfuerzo? ¿Van a salir de combatir el fraude fiscal? La gente ya no puede pagar más. El gasto público en España no da más de sí. Ahora, se ha comprometido un aumento del gasto en armamento. La única vía que queda es acudir a la deuda pública. Pero Europa ya está diciendo que hasta aquí. España está hipotecada.
Yo no hablo de política, pero recuerde que el año que viene hay elecciones y el Gobierno está absolutamente hipotecado. La oposición también sabe que no hay salida bonita. Alguien va a tener que salir en la tele en prime time diciendo: "Señores pensionistas, van ustedes a perder poder adquisitivo".
"Alguien va a tener que salir en la tele en 'prime time' diciendo: 'Señores pensionistas, van ustedes a perder poder adquisitivo'"
- España está hipotecada y en el punto de mira de Bruselas. ¿Es positivo que alguien mande poner en orden las cuentas públicas?
- Tenemos una deuda del 121,3% del PIB. Uno no puede emitir toda la deuda que quiere, sino lo que le dejan. Estoy convencido de que los grandes fondos, quiero decir BlackRock, Pimco, etc, ya tienen hecho un estudio de cuál es la máxima cantidad de deuda que puede permitirse un país. Creo -y esto es una deducción mía- que España está llegando ya a ese límite. Y si llega a ese límite, el coste de la deuda se disparará.
"En situaciones de inflación estructural la política monetaria no funciona a no ser que te vayas a tipos de interés del 20%"
Hay que tener en cuenta que en 2020, prácticamente el 100% de la deuda que emitió España la compró el BCE. Pero el BCE ya ha dicho que va a aminorar las compras de deuda. Y también ha hablado de subir los tipos de interés. En situaciones de inflación estructural, la política monetaria no funciona a no ser que te vayas a tipos de interés del 20%, que es lo que hizo Paul Volker en los años 70 en Estados Unidos. Entonces sí lo logró. Pero no estamos en los años 70.
Lo que veo en España es que desde Bruselas van a decir: "'venga para aquí, usted tiene esto, esto y esto… Haga esto, haga esto y haga esto". Se está hablando de hacer una especie de Pactos de la Moncloa. No con este nombre, evidentemente, pero creo que es posible que se haga algo así después del 23.
- ¿Y qué les espera a los más jóvenes en un país hipotecado con un modelo educativo siempre cuestionado?
- Nadie puede pagar la deuda pública. Ni siquiera Estados Unidos. Se hará una especie de pacto y se convertirá en deuda perpetua que va a quedar ahí aparcada.
El mundo tiene un problema. Pero España tiene un problema adicional por la tasa de paro juvenil. Los jóvenes que sean muy inteligentes y tengan contactos, tendrán salida. Pero fíjese en lo que digo: los que sean muy inteligentes y tengan contactos.
Me hace gracia cuando dicen que hacen falta ingenieros. Pero las ofertas salariales para los ingenieros no aumentan. ¿Usted cree, y es real, que se puede ofrecer a un ingeniero, especializado, con doctorado en química, inglés perfecto y cinco años de experiencia, 32.000 euros al año? ¿Qué están haciendo muchos jóvenes? Emigrar. Con lo cual, España encima se descapitaliza.
Los millennials -del 84 al 95- ya están empleados, aunque sea subempleados a tiempo parcial. Son unos supervivientes, aunque con la nueva reforma laboral, no sé qué va a pasar con esos empleos.
Los megajóvenes, es decir, los de la generación Z -que va del 96 al 08-, o la generación T -que va de 2008 a 2025- sinceramente, no lo veo. Creo que los que sean inteligentes y con contactos sí podrán salir adelante. También habrá mucho autoempleo, muchísimo trabajo a distancia, autónomo o llámelo como quiera, formas de coworking. Por eso creo que la Seguridad Social va a ir a lo que llamo el trinomio social: renta básica, marihuana legal y ocio gratis.