La economía española está perdiendo impulso y 2023 no va a ser un año fácil en términos de crecimiento. El lunes, el Gobierno rebajaba su previsión para este ejercicio hasta el 2,1%, el miércoles, el Banco de España lo hacía hasta el 1,4%. Y este jueves, BBVA Resarch ha recortado hasta el 1% la previsión de crecimiento del próximo año.
Tras la buena sorpresa que ha dado el crecimiento del PIB en el segundo trimestre del año, el servicio de estudios del banco también ha elevado su previsión para 2022, hasta el 4,4%, pero advierte que los próximos meses no serán fáciles.
De hecho, contempla una recesión técnica corta, de dos trimestres -entre octubre de 2022 y marzo de 2023-, en los que la economía sufrirá una caída del 0,3% en cada uno de ellos. Un hecho al que el banco concede una importancia limitada, siempre que sea breve y después, vuelva el crecimiento.
"La economía podría permanecer prácticamente estancada durante los próximos trimestres, o incluso registrar caídas moderadas, como consecuencia del aumento de la incertidumbre, del incremento de las expectativas de inflación y de la subida de tipos de interés", advierten los economistas del banco en una nota.
Todo ello en un contexto de alta inflación, aunque la escalada de los precios tenderá a moderarse de manera gradual.
BBVA Research espera una inflación promedio para 2023 del 4,9%, aunque a finales de año se situaría ya en el 3,5%.
Todo ello, si no se producen efectos de segunda ronda, por lo que es importante cómo evolucione la negociación colectiva y el pacto de rentas implícito que hay ahora mismo vigente, ha explicado el responsable de análisis económico del banco, Rafael Doménech.
En este contexto de débil crecimiento, la ejecución de los fondos Next Generation EU puede ser clave para los próximos meses. Todos los organismos denuncian una falta de transparencia sobre la ejecución de los fondos europeos, aunque hay señales positivas por el volumen de licitación oficial de obra pública, que se encuentra claramente por encima de años anteriores.
A nivel global, las perspectivas macroecnómicas también se han deteriorado. "La inflación será más alta, la política monetaria más estricta y el crecimiento más débil de lo previsto", advierte el servicio de estudios del banco. El crecimiento mundial pasará del 6,2% en 2021, al 3,2% en 2022 y al 2,4% en 2023 con una caída gradual de la inflación.
Sin embargo, esta vez, la economía española es "menos vulnerable, más resiliente a los embates, al shock energético o a la desaceleración o recesión de la economía europea porque no observamos desequilibrios en el mercado de la vivienda", ha señalado Doménech.