Santiago Carbó: "No es el momento de un Presupuesto expansivo porque puede reforzar la inflación"
Afirma que la señal que se ha mandado al pacto de rentas con la subida de todas las pensiones no es adecuada y pide más apoyo para los jóvenes.
9 octubre, 2022 03:15Santiago Carbó (Gandía, Valencia, 1966) es economista y columnista, lo que ha convertido su voz en un referente para analizar la economía española. Catedrático de Economía de la Universidad de Granada, es director de Estudios Financieros y del Observatorio de Digitalización Financiera de Funcas, además de consejero de Cecabank.
Recibe a este periódico en una semana marcada por el debate fiscal que se ha abierto con los Presupuestos y la subida de las pensiones. Afirma que este país debe ayudar más a los jóvenes y se muestra crítico con unas cuentas públicas que pueden inflar la inflación y lanzar una señal equivocada cuando hay que cerrar un pacto de rentas.
Comencemos hablando de inflación. ¿Hemos alcanzado ya el pico más alto?
Cuando terminó la pandemia pensamos que se nos habían terminado los males. La respuesta a si hemos alcanzado el pico es que de esta ronda, sí. De este primer impacto de la guerra sobre los mercados energéticos, parece que sí. Pero si hay sucesivos problemas, podría producirse una recaída o una nueva aceleración de la inflación.
¿Cuándo nos podremos reponer de este shock inflacionario?
Se plantea duro. Estamos reduciendo el consumo de combustibles y eso va a ayudar, pero está por ver a qué velocidad. Me gustaría que en 2023 volviéramos a una senda de inflación en torno al 5%, pero influyen muchos factores. Por ejemplo, posibles problemas de una segunda ronda que se pudieran derivar de la negociación salarial, problemas que no sepamos en este momento. Estamos esquivando ya lo peor, pero el proceso va a ser muy lento porque se ha encarecido todo y está costando bajar la inflación. Confiamos en que 2023 todo sea mejor, pero hay que esperar.
¿Es acertado plantear en este momento un Presupuesto expansivo?
En un contexto de inflación todas las políticas deben intentar contribuir a que la inflación baje. La inflación es un fenómeno que si permanece en el tiempo desequilibra todo: el crecimiento, las cuentas públicas… Es verdad que es un esfuerzo que no siempre es fácil de vender al electorado, pero hay que tener en cuenta que tanto la política monetaria -que ya ha empezado su proceso- como la política fiscal, tienen que ayudar a reducir esa inflación. Estos Presupuestos no están pensados para reducir la inflación. Faltan medidas quirúrgicas. Generar sistemas de ayuda para que las familias y empresas que lo necesitan puedan hacer frente a esas facturas, es una buena idea. Darlas para todos, no lo es.
Las pensiones van a subir un 8,5%. ¿Es lógico subirlas con el IPC?
Los Presupuestos señalizan la parte del pacto de rentas del sector público. Y ahí tampoco se hace suficiente. Es demasiado expansivo. Subir todas las pensiones e incluso la nómina de todos los funcionarios públicos -aunque de manera más modesta- no es acertado. Habría sido importante señalizar que las pensiones más altas no iban a tener ese incremento y habría sido bueno incluir medidas para mejorar la productividad. También echo en falta apoyo a los jóvenes.
Los Presupuestos señalizan la parte del pacto de rentas del sector público. Y ahí tampoco se hace suficiente
Siempre se está apoyando a las generaciones mayores en detrimento de los más jóvenes. Dicho todo esto, no es el momento de una política fiscal expansiva porque puede ayudar o reforzar la inflación. No es el momento, porque puede reactivar la inflación, o al menos no ayuda a pararla. Habría sido mejor que los componentes expansivos fueran solo para aquellos que están sufriendo más, no para todos.
Establecer umbrales es complicado, lo hemos visto en el debate fiscal, donde se ha fijado la protección para rentas menores a 21.000 euros. ¿Este salario es de la clase media?
Depende de donde vivas. 21.000 euros para una población rural es vivir maravillosamente, pero en general no. 21.000 euros son un salario bajo. La definición es complicada. ¿Dónde está la clase media? Parece que puede estar entre 30.000 y 60.000 euros, pero hay otros elementos como dónde vives, el coste de la vivienda y suministro, cuánta familia tienes. Esto es una decisión personal, pero a lo mejor hay que ayudar a una persona que gana 40.000 y tiene seis hijos.
A lo mejor hay que ayudar a una persona que gana 40.000 y tiene seis hijos
En la rebaja fiscal se dejan fuera las rentas medias porque realmente es ahí donde está la mayor parte de la recaudación de IRPF. Cambiar eso podría haber generado problemas de ingresos. Europa se habría preocupado más y hemos visto lo ocurrido en el Reino Unido.
Tenemos un elevado déficit y deuda y se aprueban impuestos a sectores concretos, como bancos y energéticas, o a las grandes fortunas. ¿Es ese el debate fiscal que necesitamos?
No. Es un debate superficial. La política fiscal requiere un debate público, un análisis serio de qué Estado de bienestar queremos y cómo plantearlo. En este momento tenemos un problema de suficiencia de la recaudación de ingresos. ¿Por qué? Porque realmente no llega a cubrir los gastos. Pero, la recaudación extra anunciada no nos resuelve ningún problema. Son muchos años de déficit.
La recaudación extra anunciada no nos resuelve ningún problema. Son muchos años de déficit.
Deberíamos ver qué modelo de país queremos en los gastos y también, en la recaudación. Ver si queremos algún cambio en el IVA, en el IRPF y Sociedades, si nos tomamos en serio el tema del fraude y una cosa importante que es que nunca se quiere hablar, si podemos hacer más eficiente la Administración pública. Sin tocar educación, sanidad, lo básico, ver si podemos aligerar el peso de la Administración y un montón de cosas sobre las que en este país no se quiere debatir.
La pandemia ha relocalizado industrias, lo que encarece la producción. Y la transición ecológica es cara. ¿Deben hacer autocrítica los bancos centrales por no ver un escenario en el que los precios iban a ser más altos?
Todo es criticable y el BCE ha sido sustancialmente más lento que otros bancos centrales, pero las condiciones de Europa son bastante distintas. Nadie pensaba que íbamos a tener un reforzamiento tan grande de las presiones inflacionistas por la guerra. Tenemos problemas de la deuda soberana, un menor crecimiento.
El empleo en Europa ha resistido y es una señal que podía haber anticipado la inflación
Eso eran hechos objetivos que el BCE tenía que valorar. Es verdad que el empleo en Europa ha resistido y es una señal que podía haber anticipado la inflación. Sí, hay que hacer algún ejercicio de autocrítica y aprender, pero con shocks así siempre va a ser más difícil acertar. Además, como decía al principio, el shock era muy motivado por lo energético y en eso, poco podía hacer el BCE.
Se dice que 'esta crisis no la van a pagar los de siempre', pero la inflación está empobreciendo la sociedad. Los trabajadores somos más pobres.
El consumo energético es un bien esencial, afecta más a los que tienen menos porque no pueden reducir ese consumo, no pueden dejar de cocinar o de utilizar el transporte. No veo cómo se va a poder esquivar que las rentas medias bajas o bajas sean las que más sufran porque la factura está subiendo para todos. Y la cesta de la compra se ha encarecido. Podemos reducir el gasto en ir a restaurantes, ir de viaje, renovar el vestuario... pero de otras cosas, no. Me temo que otra vez, la inflación genera desigualdad. Y el impacto es mayor en las personas que tienen menos recursos.
No veo cómo se va a poder esquivar que las rentas medias bajas o bajas sean las que más sufran porque la factura está subiendo para todos.
Pese a todo, este año, la economía va a crecer un 4,4%.
Tenemos algunas fuerzas que mueven el crecimiento. El turismo o que España esté en el suroeste con una temperatura más benigna y una menor dependencia de las calefacciones. La dependencia de las empresas del gas es menor que en otros países y tenemos una estrategia de salida con las renovables, el hidrógeno. Son fuentes de energía que pueden atraer inversión. Y puede que esto esté empezando a ocurrir. Es decir, que nosotros estemos un poquito mejor.
Tenemos una economía menos especulativa desde 2008, desde la intervención de 2012 de la Unión Europea. Una economía que elige mejor sus proyectos o en la que la gente no se embarca en tantos problemas. Y luego, hay que aprovechar bien los fondos de Next Generation. Ojalá sea así porque realmente es una oportunidad.
De momento, la ejecución de los fondos parece muy lenta...
En este país iría todo mucho mejor si hubiera algún tipo de consenso de los dos grandes partidos, algo que parece imposible porque cada vez se está polarizando todo más y en todas partes. Lo vemos en Brasil, Italia... En el Reino Unido incluso se ha polarizado el debate con dos personas conservadoras. Aquí es algo parecido, lo que importa es mandar, pero no se piensa en políticas que puedan permanecer en el tiempo.
En este país iría todo mucho mejor si hubiera algún tipo de consenso de los dos grandes partidos
En el Reino Unido, los mercados reaccionaron a su paquete fiscal. En España, ¿deberíamos empezar a pensar en una reducción de la deuda ante el debilitamiento de la zona euro?
Lo importante es que no se genere más déficit público. Aquí no habríamos podido hacer lo mismo que Liz Truss, no nos lo habrían permitido en Europa y mucho menos, los mercados. Hubiera sido una catástrofe. Tenemos más cautela, el Reino Unido ha perdido un poco el norte. Esas medidas recuerdan a los años 60 y 70, que fueron muy convulsos. Además, llegan en un momento en el que el Banco de Inglaterra está luchando contra la inflación. Que el Gobierno lance unas medidas que no sabemos hacia dónde van, pero que van a aumentar la inflación, no se entiende.
El rescate a una parte del sector financiero es una herencia de la última crisis, que todavía penaliza las cuentas públicas. La banca padece desde entonces un problema de reputación y esto vuelve a aflorar con un nuevo impuesto.
La banca ha vivido en un entorno casi imposible de tipos de interés negativos. Eso está cambiando. Pero no es motivo para un impuesto porque ni se justifica por la normalización de la política monetaria, ni la banca va a tener beneficios extraordinarios. Ya veremos lo que sale de ahí. Porque también es verdad que el contexto de subida de tipos va a generar mayor morosidad tarde o temprano.
Volver a una cierta normalización del entorno monetario debía ayudar a la banca a hacer su negocio, no sé cuánto. En los últimos días hemos tenido ruido por algunos bancos europeos que están en situación difícil y hay riesgos.
La subida del euríbor va a afectar a muchas familias con hipoteca. ¿Cómo va a impactar en sus economías?
El euríbor está en un contexto que es donde debe estar. Es decir, debe ser positivo y no subir mucho. Se dice que se ha encarecido, pero tener un euríbor negativo no es normal. Es decir, que te den dinero o no te cobren por tomar prestado no era lo normal. Hay gente enfadada con hipotecas de interés variable, pero lo que tienen que hacer es buscar otra solución. Es decir, pueden cambiarla a tipo fijo.
Que te den dinero o no te cobren por tomar prestado no era lo normal
¿Y en el mercado de la vivienda?
Una de las cosas que pretende el BCE es enfriar un poco economía y enfriar las hipotecas. Eso es lo que se está haciendo. No se oculta. Y afectará al mercado de la vivienda. ¿De una manera grave? No debe. Puede enfriar el crecimiento de los precios, pero no preveo un ajuste significativo. En todo caso, tampoco sería bueno que hubiera subidas significativas en la vivienda porque también hay que pensar en la accesibilidad a la vivienda. La gente joven se ha olvidado ya de comprar vivienda.
Hablando de los jóvenes, el último informe de la OCDE dice que un tercio de los jóvenes españoles no tiene el bachillerato o la FP media necesaria para poder trabajar. ¿Se debe invertir más en formación?
Tenemos un gap en el nivel de formativo. Y sería bueno que se focalizara el esfuerzo en quienes tienen 17 o 18 años porque les quedan muchos años de trabajo. Es un grupo de gente muy productiva. Todos lo somos, pero a los 30 años ya nos quedan 10 años menos y así sucesivamente. Sería bueno utilizar fondos europeos para que esas personas al menos tuvieran una profesión, un oficio o una capacidad de reciclarse.
Hay otro debate abierto, el de topar los precios de los alimentos...
Aquí están las leyes del mercado. No tenemos un problema de falta de suministro en un país que tiene tanta capacidad agraria y ganadera, como España, y que, además, está en Europa, con su Política Agraria Común. No sé cómo se haría porque si el precio no es rentable, no se va a producir. Es una ley básica de microeconomía.
Tampoco parece claro que sea posible convencer a las distribuidoras porque a ellos también les cuesta más caro producir el pan y lo tienen que cobrar. Hay que dejar funcionar y observar el mercado. Estar encima por si hay tensiones y en esos casos, crear planes para ayudar a las personas que no pueden acceder a los productos, como se ha hecho con la electricidad.
¿Vamos a un mundo más desigual?
Hemos tomado mucha conciencia de la desigualdad. Y también de otros problemas en temas de género, sostenibilidad... ¿Se ha hecho mucho? Claro que se hacen políticas en ese ámbito en España, como el Ingreso Mínimo Vital. El problema es que no es tan fácil porque en el momento en el que viene una crisis, siempre van a sufrir más los que menos tienen, salvo que tengamos programas que lo arreglen. Al menos, ahora, está en el ADN de la sociedad intentar reducir esas desigualdades. Lo más importante es garantizar la igualdad de oportunidades.