A la espera de ver si es posible o no firmar un pacto de rentas, en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2023, el Ejecutivo ha evitado incorporar el dato del aumento de costes laborales que tendrán que soportar las empresas el próximo año. Esta omisión no es baladí, dado que esos costes condicionan la creación de empleo que el Ejecutivo espera que sea del 0,6% el próximo año con una caída de la tasa de paro al 12,2%.

Sin embargo, teniendo en cuenta que en el cuadro macroeconómico que acompaña a los PGE se promete un avance del PIB del 2,1% para el próximo año, es posible colegir que el Ejecutivo ha asumido una moderación salarial en el sector privado para 2023 que no ha aplicado al sector público. De hecho, en los PGE ha incorporado una subida del 8,5% para las pensiones y del 3,5% para el sueldo de los funcionarios.

Economistas consultados explican que la elasticidad histórica del empleo en España respecto a los costes laborales unitarios es del 0,4%, es decir, que a partir de ese incremento se destruye empleo. Así, con un crecimiento del 2,1%, como el que recogen los PGE, una subida salarial generalizada por encima del 1,5% implicaría que no sería posible generar ese 0,6% de empleo que promete Economía.

De este modo, el cuadro macroeconómico del Gobierno viene a asumir la práctica congelación de los salarios en 2023 o una subida muy moderada teniendo en cuenta que la inflación va a cerrar este año en el 8,5%, según las previsiones del Ejecutivo que son consideradas como optimistas por el Banco de España o Airef.

Posible aumento del paro

Aunque tímida, la proyección para el mercado laboral que incorporan los PGE fue calificada este lunes por el Instituto de Estudios Económicos (IEE) de optimista. El think tank ligado a la CEOE ve riesgos de que 2023 acabe con una destrucción de empleo.

El motivo de esa preocupación de las empresas radica en varios puntos. El primero, es que no comparten el escenario de crecimiento de PIB que prometen los PGE. Frente al 2,1% que calcula el Gobierno que crecerá la economía en 2023, el IEE reduce ese avance al 1,2% previa recesión técnica que arrancaría en el último trimestre de este año.

El segundo motivo es que el aumento de costes que van a experimentar las empresas en 2023 complicará la creación de empleo. De hecho, el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, afirmó este lunes que "la empresa española está al límite" por el incremento de los costes que ha tenido que asumir en distintos frentes.

[La presión fiscal sobre las empresas en España será del 11% en 2023, más de un punto superior a la media de la UE]

En concreto, citó los mayores costes energéticos -que han afectado a los márgenes-, los financieros -que se van a incrementar con las subidas de los tipos de interés-, los fiscales -que pasarán de ser del 10,7 al 11% el próximo año- y los laborales. En estos últimos, a la subida de las cotizaciones sociales que recogen los PGE se suma el anuncio del Gobierno de volver a incrementar el SMI el próximo año, tras la subida del 35% acumulada desde que Pedro Sánchez llegó al poder.

En este contexto, Fernández de Mesa recordó que el análisis que ha hecho el IEE del impacto del impuesto a bancos y energéticas tendrá un impacto negativo en el PIB y supondrá la destrucción de 72.000 empleos.

"Un mal diseño de los impuestos tiene un coste porque se generan desincentivos para la inversión", advirtió el también vicepresidente de la CEOE.

A todo esto se suma la evolución de la inflación, que según el documento con la valoración del proyecto de PGE 2023 que difundió ayer el IEE "sigue siendo un factor de riesgo preocupante".

De hecho, el informe advierte que "uno de los efectos más adversos que podría derivarse de este aumento de precios podría ser su traslación a salarios (efectos de segunda ronda), lo que podría lastrar el avance de la creación de empleo en 2023".

En esta línea, el director general del IEE, Gregorio Izquierdo, explicó que "el empleo es la variable más contingente del cuadro macroeconómico" y con el encarecimiento de las cotizaciones sociales que incorporan los PGE "no se puede descartar un signo negativo en el empleo" que no permita crear los 60.000 puestos de trabajo que promete el Ejecutivo en los PGE.

Pacto de rentas

La fragilidad del empleo es un riesgo del que son conscientes tanto el Gobierno como los agentes sociales. Además, es un factor que preocupa al Banco de España que lleva meses reclamando un pacto de rentas para evitar una espiral inflacionaria que empobrezca aún más a todos los españoles.

Sin embargo, en este momento, no hay visos de que se pueda sellar ese pacto y como recuerdan fuentes empresariales, el punto de partida que ha establecido el Gobierno en los PGE con la subida de salarios de pensionistas y funcionarios no ayuda.

El motivo no es otro que, como recordó en el Congreso el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, un pacto de rentas es un reparto del empobrecimiento que genera la inflación y el sector público debería participar en esos sacrificios.

Así fuentes empresariales reconocen que si esa espiral inflacionaria no se controla para contener los costes, también será otro factor determinante para que se acabe destruyendo empleo ya en 2023.