Este día de Todos los Santos, como cada año, hay un sector expectante: el de las flores. Jugándose hasta el 20% de sus ventas anuales en esta festividad, ha sufrido amenazas que poco tienen que ver con la temida inflación, más bien con el clima. Así, las subidas de precios quizá no espanten a los clientes más fieles, pero sí tienen que conformarse con menos flores nacionales entre las que elegir.
La culpa no es tanto de la sequía como del viento y la lluvia. Las recientes borrascas Aline y Bernard han impactado con fuerza en Andalucía, donde se concentra más de la mitad de la producción nacional, subrayan a este periódico desde COAG.
Unas 60 hectáreas dedicadas a la flor se han visto afectadas en un año en el que el calor también ha hecho de las suyas y algunas variedades se han adelantado, como el crisantemo o el tulipán.
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Todo eso ha provocado algunos cambios en las floristerías. Mínimos, precisan los propios floristas. Después de llegar al día de Todos los Santos de 2022 con un encarecimiento del 20%, este año han sujetado los precios. "Incluso algunas flores han bajado, como las rosas. Están un 5% más baratas", incide a EL ESPAÑOL-Invertia Fernando Ríos, vicepresidente de la Asociación Española de Floristas (AEFI).
La que es la principal patronal del sector es más que optimista. Esta es una de las tres fechas grandes del año, junto con el Día de la Madre y San Valentín. Pero, de todas ellas, el Día de Todos los Santos es la que cuenta con un cliente más fiel. Quien compra habitualmente esta jornada, aseguran, no deja de hacerlo. Aunque tenga que pagar más.
La previsión es que cada una de esas personas gaste 40 euros en ramos. También que se iguale la facturación del 2022. Es decir, que se vendan hasta 10.000 euros por floristería en esta campaña, que dura casi una semana. Eso apuntan los miembros de la AEFI.
Ellos son la cara de la moneda. La cruz aguarda en el campo, donde de nuevo el clima ha asestado un golpe más que se suma a todos los que sector agro ha sufrido recientemente. Entre ellos, los incrementos de costes de producción como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania.
"Las borrascas, sobre todo la última, han dañado muchos invernaderos en Cádiz. Hablamos de 60 hectáreas afectadas. La producción va a ser más pequeña", asegura a este periódico Luis Manuel Rivera, responsable de flor cortada de COAG.
Afirma que, a día de hoy, las empresas que se dedican a su cultivo ya no tienen apenas flores. Todas se han vendido enseguida a las floristerías. Quedan muy pocas, apenas las suficientes para el día a día normal.
Es un panorama ante el que Rivera pide ayuda a las administraciones. Cree que el sector está "en vías de extinción" en nuestro país y lamenta que no cuenten con ayudas. Que la gente consuma flores todo el año es la segunda petición que lanza Rivera.
En esta segunda cuestión coinciden los empresarios de floristerías, mucho más relajados ante la escasez de producto: si las flores no se consiguen en España se encuentran fuera. Aproximadamente el 60% de la demanda del mercado se importa, asegura la AEFI. Sobre todo desde Colombia, un gigante de este sector.
Los floristas ya están en niveles de venta prepandemia. Lo peor quedó atrás y su público aguarda paciente. "El cliente de Todos los Santos suele ser muy tradicional, sabe lo que quiere y puedes contar con que te va a encargar prácticamente lo mismo. No te deja espacio a la creatividad y también te encarga las cosas con antelación", explica Ríos.
Dicho de otra manera: "esta campaña probablemente sea la más sencilla de las tres grandes, con San Valentín y el Día de la Madre".