La industria de la leche de oveja y de la leche de cabra pierde fuerza en España. Según un informe de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), la falta de relevo generacional en las granjas y las nuevas exigencias europeas en materia de sostenibilidad medioambiental, empujan a la baja la producción de estos bienes pese a que los ganaderos están recibiendo precios récord por su leche.

En el ovino de leche, el precio por litro alcanzó en octubre 1,81 euros, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, lo que supone casi doblar los precios que tenía desde 2015 hasta bien entrado 2021. Durante la mayor parte de 2022, el precio ha oscilado entre 1,00 y 1,20 euros, mientras que en 2023 no ha bajado de 1,40 euros por litro y en septiembre y octubre ha superado los 1,70 euros, lo que supone alcanzar un récord.

Evolución parecida, pero menos pronunciada, sigue el precio de la leche de cabra, que alcanzó en octubre de este año 1,14 euros por litro, el mayor pico de toda la serie. La tendencia en ambas variables invita a pensar que continuará creciendo.

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Sin embargo, la producción de ambos tipos de leche decrece en España: baja un 3,85% interanual en el caso de la leche ovina en el periodo que transcurre entre enero y octubre de 2023 y un 4,25% en el de la leche caprina.

Por contra, el consumo de leche y de queso durante este mismo periodo en España ha aumentado un 1,1% y un 0,2% interanual respectivamente, lo que hace que se hayan consumido un millón de toneladas de leche y 315.000 toneladas de queso.

Situación distinta se encuentra al estudiar el consumo de la leche de vaca: el precio en origen también está en máximos históricos, pero el acumulado de 2022 no varía sobre el de 2023: se consumen 6.145.000 toneladas.

Fenil apunta también a un claro damnificado por esta situación: la industria quesera tradicional, que elabora queso con leche pura de oveja, cabra o mezclas. Y también apunta a una amenaza. “La entrada masiva de más de 300.000 toneladas al año de quesos de bajo valor añadido de países del norte de Europa pone en jaque el sector quesero nacional”.

Menos exportación

En consonancia, desde esta asociación se denuncia que los quesos tradicionales españoles pierden posiciones en los estantes de los supermercados y en las cestas de las familias, pero también en mercados exteriores como Estados Unidos, Reino Unido o Australia. En particular, Holanda se ha posicionado como uno de los países más competitivos en el caprino de leche.

Luis Calabozo, director general de FeNIL, señala la necesidad de mejorar las condiciones para atraer personas y capital para estimular el crecimiento y la eficiencia de las producciones de leche de las tres especies: “La mejora de la competitividad a lo largo de toda la cadena, la colaboración de las administraciones y la toma de conciencia por parte del consumidor son esenciales para afrontar los retos presentes y futuros”.

Y también hace un llamamiento a los propios consumidores: “Es fundamental que los consumidores opten por lácteos elaborados en nuestro país, ya que ello tiene un impacto vital en la economía de las zonas rurales”.