Un apicultor bañado en miel durante una concentración de las organizaciones profesionales agrarias y entidades relacionadas con el sector apícola frente al Ministerio de Agricultura, a 9 de marzo de 2023, en Madrid (España).

Un apicultor bañado en miel durante una concentración de las organizaciones profesionales agrarias y entidades relacionadas con el sector apícola frente al Ministerio de Agricultura, a 9 de marzo de 2023, en Madrid (España). Carlos Luján Europa Press Madrid

Economía

La miel da una victoria al campo español en la lucha por el control a las importaciones de terceros

Habrá que identificar la procedencia de la miel en las etiquetas. La oficina antifraude de la UE sospecha que el 46% llega adulterada. 

1 mayo, 2024 02:30

En la lucha del campo español por incrementar los controles a importaciones agroalimentarias de países terceros -uno de los asuntos por los que se movilizaron en febrero-, la miel se alza como victoria. La Unión Europea (UE) ha dado luz verde final a la revisión del etiquetado de la miel para que se especifiquen los países de los que proviene y los porcentajes, al menos, de los cuatro principales lugares de origen.

Es un gol a favor, sobre todo, de nuestro país. España es líder en número de colmenas dentro del bloque comunitario, con cerca de tres millones, y se considera, por tanto, especial damnificada de las entradas de miel de China, Ucrania, México, Argentina o Turquía, los principales países a los que compra miel la UE. 

Son entradas que no solo restan mercado, sino confianza en el producto en general. Según un informe elaborado el año pasado por la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) y el Centro de Investigación Conjunta de la UE, se estima que el 46% de la miel importada al bloque ha sido alterada. Y todo llegaba indistintamente al supermercado.

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Así las cosas, y cerca de un mes de que lleguen las elecciones comunitarias, el agro europeo, que ya ha logrado importantes concesiones de Bruselas en lo referido a la Política Agraria Común o la relajación de exigencias medioambientales, suma una victoria importante.

Importante porque deja la sensación de que una de las peticiones más complejas de conseguir, la de aumentar los controles a países terceros para que sean idénticos a los europeos, por ejemplo mediante cláusulas espejo, muy difíciles de concretar, encuentran así una suerte de vía alternativa: todos saben ahora a lo que se atienen comprando estos productos. Aunque el sector pide más; al final la victoria se hace algo amarga por ser pequeña.

Más de 500 millones en importaciones

La norma a la que da luz verde la UE, y cuyas medidas serán aplicables en el territorio comunitario en dos años, se enmarcan dentro del paquete más amplio conocido como 'directivas del desayuno'. La idea es que los consumidores tengan más información a la hora de elegir qué miel, zumos de frutas, confituras y mermeladas eligen.

Era algo especialmente relevante en el caso de la miel, por las sospechas sobre su origen adulterado. La UE pone coto a esto obligando a indicar claramente en el mismo campo visual que el nombre del producto los países de donde proviene la miel, en lugar de solo si proviene de la UE o no, como ocurre actualmente.

El apicultor de Madrid Miel en sus colmenas del sur de la Comunidad de Madrid.

El apicultor de Madrid Miel en sus colmenas del sur de la Comunidad de Madrid. Madrid Miel

También se deberán indicar los porcentajes de miel procedentes, al menos, de los cuatro principales países de origen. Si estos no representan más de la mitad del total de la miel, se deberán indicar los porcentajes de todos los países.

En la lupa se ponen ahora entradas de miel de China, Ucrania, Argentina o México. De esos países procede el 67% de la miel que el bloque importa de países terceros por valor superior a los 500 millones de euros. Es una cantidad que va en aumento. La UE es la segunda mayor importadora de miel del mundo, tras Estados Unidos, a pesar de ser también el segundo productor internacional de miel: genera unas 285.000 toneladas, el 13% mundial.

Un apicultor

Un apicultor Brágimo ICAL

Pero aún apenas cubre el 63% de la demanda, lo que le lleva a recurrir a líderes como China. El gigante asiático es el mayor productor global; genera el 27% de la miel. Y cada vez ha habido que recurrir más a él para paliar la caída de la producción.

Especialmente en nuestro país. La sequía y el abejaruco, un pájaro que se alimenta de abejas, han llevado a los apicultores a advertir pérdidas de entre el 40% y el 50% de la cosecha en los últimos dos años. Lo poco que conseguía llegar al mercado, insistían, llegaba en una desigualdad de condiciones.

Un paso adelante

"La decisión de la UE es un paso más, pero falta mucho por hacer", exponen a EL ESPAÑOL-Invertia desde Asaja. La organización agraria remarca que es un avance en cuanto a la lucha "contra el fraude al consumidor", que ahora al menos sabrá qué se lleva a casa.

"Queremos pensar que prefieren la miel española, los controles que pasamos nosotros no los tienen países terceros. Y si no, que al menos sean conscientes de lo que están comprando", apuntan.

Apicultores en una concentración, en una imagen de archivo.

Apicultores en una concentración, en una imagen de archivo. Europa Press

También piden más. "Es una reivindicación histórica que se ha hecho en los últimos años, un paso muy importante adelante, pero llega tarde", sostiene Pedro Loscertales, responsable sector apícola de COAG, teniendo en cuenta los problemas que genera la entrada de miel fraudulenta.

Por ello hace falta, subraya, una mayor agilidad en los métodos de análisis para detectar "mieles falsas", que actualmente tardan, asegura, unos cuatro años en completarse.