Una superficie afectaba por la sequía.

Una superficie afectaba por la sequía.

Economía

La contratación de pólizas del seguro agrario bajó un 6% en 2023 pese al aumento del 20% de las subvenciones

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En 2023, un año marcado por la sequía que puso contra las cuerdas a los productores de cereales, de aceite de oliva y hasta de la viña, y por el importante refuerzo de las subvenciones para los seguros agrarios que se acometió en un intento de protegerles en parte -y que fue de casi el 20%-, el número de pólizas contratadas cayó un 5,9%.

En total se suscribieron en el ejercicio 366.510 pólizas, una cifra que llama atención por el esfuerzo desde el sistema de seguros para estimular su crecimiento: las subvenciones de Enesa al coste del seguro se dispararon un 19,2%, hasta los 401 millones de euros.

Son cifras recogidas en el informe anual de la publicación Análisis y Prospectiva, un compendio de todas las estadísticas del sector primario referentes a 2023 que recoge el Ministerio de Agricultura. En el apartado de seguros surge la aparente paradoja: incrementar los apoyos mediante subvenciones -que representan, en promedio, casi el 40% del coste del seguro- no se tradujo en un aumento de pólizas. 

¿Por qué ha pasado esto? A juicio de COAG, se trata de algo "lógico". "El precio de los seguros subió ese año -y también este 2024- de forma importante", indica a EL ESPAÑOL-Invertia Pedro García, responsable de Seguros Agrarios de COAG. 

Sostiene que el incremento del precio de los seguros fue, en promedio, del 10%, lo que hizo de nuevo muy complejo para agricultores y ganaderos sumarse a esta protección.

Sube el capital asegurado

La subida, agrega, se nota si se observa con cuidado el incremento del capital asegurado, es decir, la cuantía económica máxima que el asegurado recibirá si se activan las cláusulas del seguro. 

Y, en efecto, ése es uno de los poquísimos indicadores que suben. De acuerdo con el informe, el capital asegurado se elevó en 2023 un 3,4%, hasta los 16.916 millones de euros. Si sube la cuantía máxima que puede recibir el asegurado, "sube el precio del aseguramiento", resume García.

En 2023, las líneas de seguro agrícolas supusieron el 74,7% del capital asegurado y las ganaderas el 25,3% restante. También aquí se ve la lógica: además del peso de la actividad agrícola, la tierra acaba siendo especialmente afectada por la falta de agua y los eventos climáticos adversos como heladas y pedriscos. Su protección se revaloriza.

La sequía y las heladas son eventos que azotaron las explotaciones el año pasado, así como el aumento de la energía y los piensos para animales. Fue un año muy difícil para el sector primario y, sin embargo, más allá del capital asegurado, los principales indicadores de aseguramiento retroceden en 2023.

Altos costes

Así, bajó un 12,5% la superficie total asegurada, un 3,5% la producción y un 2,7% el número de animales asegurados. COAG subraya que el principal cuello de botella sigue siendo el coste de los seguros, que suelen representar, según el informe, el 6% del capital asegurado.

Visto así parece un porcentaje modesto, pero el agricultor tiene otro cálculo: ¿cuánto cuesta el seguro por hectárea, una vez descontadas las subvenciones? Ésa es la cuenta clave para muchos productores, que incluso en un año agitado como lo fue 2023 prefirieron jugar a cara o cruz.

Algunos ejemplos recogidos en el documento permiten ver por qué se arriesgan. En el caso de los frutales, el cultivo más caro de proteger, el coste del seguro representa el 15% del capital asegurado. En las cuentas de un agricultor la traducción es que tendrán que pagar en torno a 1.000 euros por hectárea al seguro. 

Esto es así por la alta rentabilidad de la fruta. En una hectárea pueden concentrarse muchos frutales y su precio en el mercado es alto. Ese escenario cambia considerablemente en función del cultivo. Asegurar una hectárea de olivar, por ejemplo, cuesta en promedio entre 16 y 18 euros al agricultor. 

Debate con el ministerio

Es una situación que desde hace años es protagonista de los debates entre Gobierno de las organizaciones agrarias. Todos afirman que es necesario que suba el porcentaje de cultivos asegurados, que es muy dispar -del 100% del plátano de Canarias a menos del 10% del total de olivar- pero discrepan sobre cómo lograrlo.

"Nosotros estamos a favor de que el Gobierno instaure un sistema en el que los daños extraordinarios, como la sequía, no vayan por el sistema de seguros, sino a través de otra herramienta. Se trataría de que las calamidades extraordinarias no computen en los seguros", sostiene García.

Asegura que de esta forma los precios ordinarios de los seguros podrían bajar y con ello se extendería su contratación para cubrir otros imprevistos no tan extremos. Imprevistos que en 2023 dejaron números de récord en la historia del Seguro Agrario. 

El año pasado se alcanzó la cifra de indemnizaciones percibidas por los asegurados más alta registrada, superando los 1.181 millones de euros, un 57% superior a la de 2022 que, hasta entonces, era la cantidad más alta alcanzada.