La bonanza petrolera se enfría: las caídas de demanda y de los márgenes del refino golpean al sector en 2024
- Compañías como Repsol, Shell, BP y Exxon han informado en la última semana de fuertes caídas de sus diferenciales y su producción.
- Más información: La OPEP vuelve a ajustar a la baja su pronóstico sobre la demanda petrolera mundial
La época de grandes bonanzas para el sector petrolero, que fue impulsada por la invasión de Ucrania, se queda atrás. La caída de la demanda de crudo y el desplome de los márgenes del refino (diferencia entre el coste del petróleo y los ingresos generados por la venta de productos refinados) están afectando a compañías como Repsol, Shell, BP y Exxon.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) traía este lunes su tercer recorte consecutivo en el pronóstico del consumo global de crudo, coincidiendo con la llegada de varios pronósticos pesimistas de los baluartes del sector petrolero.
Y es que muchas de las grandes petroleras que vieron sus cuentas de resultados impulsadas por la escalada de precios energéticos en 2022 y parte de 2023 han anticipado fuertes impactos en sus cuentas con motivo de las reducciones en sus márgenes de refino.
BP fue la última en comunicar esta situación. La petrolera británica —que en los seis primeros meses de 2024 ya redujo sus ganancias en un 79%— informó el pasado viernes que sus márgenes han disminuido cerca de un 20% en el tercer trimestre de 2024, alcanzando un promedio de 16,5 dólares por barril.
Este desplome se traduce en un impacto negativo estimado de entre 360 y 550 millones de euros en sus ganancias. Además, advirtió que esta situación que afecta al sector petrolero también se traducirá en un incremento de su deuda.
El anuncio de BP se produjo sólo unos días después del de su principal competidor, Shell. Según comunicó el gigante del petróleo y gas, sus márgenes de refino han caído casi un 30% en los tres últimos meses, hasta los 5,5 dólares por barril.
En una actualización previa a sus cuentas trimestrales, que presentará a finales de octubre, Shell reveló que espera que los resultados comerciales de su división de productos químicos y petrolíferos sean inferiores a los del segundo trimestre como consecuencia de esta drástica disminución de la demanda de productos refinados a nivel mundial.
En España, Repsol también dejaba ver en datos comerciales un panorama muy similar. Según detalló a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la producción de crudo se ha reducido un 7,2% en el tercer trimestre y ha registrado una caída del 70,6% en el margen de refino durante el mismo periodo.
Ante este contexto, los analistas de Barclays han decido recortar sus estimaciones de ingresos operativos y beneficios netos en un 20% y un 10% respectivamente, "reflejando márgenes más débiles de lo anticipado en los indicadores de refinación y productos químicos, menor producción en upstream (exploración y producción de petróleo y gas), y el impacto de dos meses de limitación de producción en Libia", aseguran.
En concreto, desde el banco de inversión anticipan una disminución del beneficio antes de intereses e impuestos (ebit) del el negocio de upstream de más del 30% en el tercer trimestre, hasta 428 millones de euros. Por su parte, en el área industrial recortan sus estimaciones de ebit en este periodo en un 4%, a 201 millones de euros.
La complicada situación que atraviesa el sector va más allá de Europa. Al otro lado del charco, la estadounidense ExxonMobil también advirtió a principios de octubre que los menores precios del petróleo y los márgenes de refinación tendrán un impacto negativo en los resultados del tercer trimestre.
El gigante petróleo indicó en una presentación a las autoridades correspondientes que esta situación ha reducido las ganancias del tercer trimestre en cerca de 1.500 millones de euros en comparación con el período anterior.
"Parece que el superciclo de refinación que hemos experimentado en los últimos años puede estar llegando a su fin, con el suministro de las refinerías recientemente inauguradas finalmente alcanzando a la demanda de combustible de crecimiento más lento", aseguró el analista de Commodity Context, Rory Johnston.
Demanda china
Una de las principales causas de esta situación es la debilidad de la economía china, que llevó en septiembre al petróleo a tocar su precio mínimo anual, por debajo de los 70 dólares por barril. Cabe recordar que en 2022, año de beneficios récord en el sector, el barril llegó a superar los 100 dólares.
En las últimas semanas, varios bancos han ajustado a la baja sus proyecciones de precios del petróleo, en respuesta a las malas perspectivas de demanda, así como sus expectativas de ganancias para el sector.
De acuerdo con una encuesta realizada el mes pasado por Bloomberg a actores del sector asiático, se estima que la demanda de petróleo en China no aumentará más de 300.000 barriles diarios el próximo año.
Este país, que ha sido un motor del crecimiento de la demanda global durante las últimas dos décadas, está experimentando una desaceleración estructural debido a la creciente adopción de automóviles eléctricos y camiones que funcionan con gas natural licuado.
"Con la moderación de los precios del petróleo y los márgenes de refinación bajos, 2025 podría considerarse un año perdido para el sector", afirmó el analista Biraj Borkhataria de RBC Capital Markets.