Antón Costas (CES): "El crecimiento económico ya no mejora por sí solo la calidad de vida de todas las personas"
- "España es la cuarta economía de Europa, pero tenemos unos niveles de pobreza inaceptables".
- Más información: El trabajo ya no garantiza una vida digna: el 13,7% de la población ocupada vive en situación de pobreza
España vive una primavera económica donde la desigualdad está a la orden del día. El panorama, por muchos motivos, no es halagüeño, pero también ofrece una importante oportunidad. Antón Costas (Vigo, 1949), presidente del Consejo Económico y Social (CES), cuestiona lo que hasta hace poco era un mantra: que el crecimiento económico llevaba directamente a una mejora de la calidad de vida de todos los ciudadanos.
En una entrevista con EL ESPAÑOL-Invertia, el líder de este órgano consultivo defiende la importancia de desarrollar políticas que traduzcan la prosperidad en beneficios tangibles, centradas en la vivienda y la lucha contra la pobreza infantil. Para Costas, la solución también pasa por la creación de más empleos de clase media y la inversión en formación.
Además, el economista aboga por un Estado social que apoye a los ciudadanos en todas las etapas de la vida y cree oportuno reorganizar el mercado laboral para incluir a los trabajadores sénior y no desperdiciar su talento. La longevidad y la flexibilidad, apunta, deben ser clave en el diseño de las política laborales.
Estamos en el máximo de afiliación, pero sigue habiendo problemas de precariedad. ¿Qué medidas considera necesarias para mejorar la calidad de empleo?
Necesitamos aumentar el número de buenos empleos de clase media, y esto pasa por dos vías. Una es reducir el coste que tienen para las familias de bajos ingresos ciertos elementos de su cesta de compra, especialmente la vivienda. No es admisible que una familia pueda gastar entre el 60% y el 70% en vivienda; es tremendo.
Frente a la concepción anterior, en los últimos años, hemos aprendido que para este tipo de familias, la vivienda es lo primero, seguida por el empleo y otras mejoras. La experiencia de Sareb con la vivienda social en estos años es un ejemplo a expandir.
La otra vía es mejorar las capacidades laborales y la formación. Nuestro informe sobre formación dual en España ha sido revelador, como una epifanía: permite mejorar la calidad de los trabajos de muchas personas y a la vez mejorar la oferta de buenos trabajadores por parte de las empresas.
¿Se quedó a medias la reforma laboral?
No. Fue un avance espectacular por ser el resultado del diálogo y acuerdo entre agentes sociales. Aunque hay aspectos laborales que mejorar, no los consideraría deficiencias de la reforma, que ha mejorado tanto las condiciones como la calidad de muchos contratos.
Tiene 75 años y sigue trabajando. ¿Está a favor de combinar empleo y pensión?
La compatibilidad es un principio que se impondrá en muchos ámbitos de la organización social y empresarial. Rechazo la palabra "envejecimiento" y prefiero hablar de "longevidad". El principal logro del siglo XX fue el aumento de la esperanza de vida. Este triunfo no debería verse como una carga para la sociedad. Hay que reorganizar la sociedad y la empresa para adaptarse a este nuevo paradigma, evitando desperdiciar el talento de las personas de más edad.
¿Y esa compatibilidad o flexibilidad se puede aplicar a las bajas laborales?
El lenguaje es importante; quizá "bajas laborales flexibles" no es adecuado. Sin embargo, el tema está en la mesa del diálogo social, y confío en que habrá algún tipo de avance, pero no por la vía de ese lenguaje.
¿Qué opina de la reducción de la jornada laboral? ¿Puede servir para mejorar la productividad?
No tengo una posición porque el CES no aborda temas que están en la mesa del diálogo social. Sin embargo, la negociación colectiva está incorporando una reducción progresiva de la jornada en aquellos sectores y empresas donde ha habido mejoras de productividad.
¿Cree que debe subir el SMI?
Hace años, después de muchos de prácticamente no subir el salario mínimo, mi idea era que un incremento razonable no iba a tener consecuencias sobre el empleo, y creo que así ha sido.
El aumento del SMI ha mejorado las condiciones de vida de muchas familias, especialmente beneficiando a los niños en esos hogares, y no ha tenido efectos negativos en el empleo. También es un elemento importante de aumento de la demanda agregada, que vuelve a las empresas a través del consumo.
La mejor solución sería que el próximo incremento del SMI resultara de un compromiso en el diálogo social, lo que minimizaría cualquier inconveniente.
Las cifras macroeconómicas de España son buenas, pero parecen no llegar a los ciudadanos. ¿Qué se puede hacer?
España vive desde 2022 una primavera económica, pero no calienta por igual a todos los hogares. Hay un aumento de la desigualdad y de la pobreza infantil que me cuesta entender. Aceptamos ser el país de la Unión Europea, a excepción de Rumanía, que tiene mayores niveles de pobreza infantil y donde más crece.
Hemos sido, un poco en general y los economistas en particular, un poco condescendientes y muy confiados en la idea de que el crecimiento por sí solo acaba beneficiando a todo el mundo. Esta idea, que aún sigue siendo muy dominante en el debate económico y político, es una idea que tenemos que cambiar. Ya no es verdad que el crecimiento por sí solo mejore las condiciones de vida de toda la sociedad.
No podemos decir que España sea un país pobre, pero sí hay mucha pobreza…
España es la cuarta economía de Europa, pero seguimos muy dominados por la idea de que el crecimiento económico resolverá todos los problemas, lo cual no es cierto. Hoy el crecimiento no garantiza buenos empleos ni una mejora de vida para todos. Es necesario fortalecer el Estado social, enfocándose en la vivienda y en erradicar la pobreza infantil.
¿Por dónde empezamos?
En el CES hemos propuesto una prestación universal por crianza de 0 a 3 años y hacer universal y gratuita la escolarización en esa etapa, y lo ideal sería que eso se extendiese como mínimo de 0 a 6 años. Esto es fundamental, ya que toda la evidencia muestra que el tratamiento esos años define el resto de la vida. Proteger a la infancia es esencial para el futuro del país.
Nuestro Estado social tiene que avanzar hacia la protección efectiva de nuestra infancia, porque si hay algún indicador que te puede pronosticar cómo le irá a un país dentro de 20 o 30 años, es ver cómo trata hoy ese país a su infancia, porque será la generación que dentro de 20 o 30 años tendrá que llevar adelante el país.
¿De cuánto sería esa prestación?
No tenemos una cifra exacta, pero debe cubrir el coste real de la crianza. En España ya existen avances como el complemento de crianza en el ingreso mínimo vital, pero la prestación universal evitaría los obstáculos administrativos y burocráticos que limitan el acceso a esta ayuda para muchas familias necesitadas.
Hace unos meses hablaba de las reglas fiscales europeas como "castidad fiscal". Ahora que conocemos el nuevo marco, ¿qué opina?
Europa necesita equilibrio financiero y reglas fiscales que promuevan la contención del déficit. Pero también es responsabilidad de la UE proveer ciertos bienes públicos como fondos de desempleo y vivienda. Esta "castidad fiscal" debería equilibrarse con una estructura europea que apoye a los países en cumplir sus metas de equilibrio fiscal sin comprometer su bienestar.
¿Y la UE ha asumido esa responsabilidad?
Los fondos europeos son un avance importante, un momento hamiltoniano, en referencia a Alexander Hamilton, primer secretario del Tesoro del gobierno de George Washington. Pero hacen falta bienes públicos europeos adicionales, como ese seguro de desempleo, así como una actuación decidida en el ámbito de la pobreza y la vivienda. De lo contrario, la UE se debilitará.
En el plan enviado a Bruselas se estima un ajuste de 50.000 millones de euros hasta 2030. ¿Se avecinan recortes?
No conozco los datos exactos, pero podemos mejorar este ajuste no sólo reduciendo gastos, sino creciendo económicamente. La idea de equilibrio fiscal no debe basarse únicamente en la reducción de gastos, como se hizo en la crisis de 2008, que originó problemas en las democracias europeas actuales.
Hay una expresión de Mario Draghi que tenía preparada en mi libreta de notas. "A medida que nuestras sociedades envejecen, nuestro modelo social europeo se pone más a prueba. Al mismo tiempo, quiero decirlo al principio de este discurso, para los europeos el mantenimiento de altos niveles de protección y redistribución no es negociable".
No podemos volver a hacer lo que hicimos en la crisis del 2008-2013, recortando gastos. Muchos de los problemas que tienen las democracias liberales europeas hoy tienen su origen en aquel comportamiento de la política económica de aquellos años.
¿Es buena idea que alguien pase del Gobierno al Banco de España?
La independencia de las instituciones debe formar parte de su ADN. La institución debe ser capaz de mantener su independencia, independientemente de la persona que esté al frente. Esto es aplicable también a grandes empresas, que necesitan mecanismos internos para evitar conductas lesivas o fraudulentas.
¿Está justificado el temor de que el Ejecutivo se inmiscuya en el Banco de España?
Creo que no ocurrirá, entre otras cosas, porque la propia institución tiene reglas internas. Hoy los bancos centrales nacionales son apéndices del Banco Central Europeo, que garantiza su independencia. No estamos hablando de los bancos centrales de los años 70; el BCE establece las reglas en materia monetaria y financiera.
¿Cómo se lleva con Yolanda Díaz? Ella siempre se refiere a usted como "querido Antón".
Y es para mí un halago. Me llevo muy bien con ella y con otros miembros del Gobierno, al igual que con personas de la oposición. Sus términos cariñosos me halagan, pero no me condicionan en absoluto.
¿Qué opina de la intención del Gobierno de modificar los actores del diálogo social? Ya ha ocurrido con el CES.
El diálogo social es más amplio que el CES, que tiene una ley propia como institución de diálogo social. Otros órganos tienen diferente regulación, y el CES, por ser constitucional, es distinto y está más regulado. Lo que queda fuera, no es mi negociado.
¿Es buena idea gestionar los flujos de migración como lo hace Italia?
No puedo opinar sobre casos específicos, pero la gestión de los flujos de personas debería regularse de manera similar a los bienes y capitales. Me parece sorprendente que a lo largo de las últimas décadas la Organización Mundial de Comercio haya regulado los flujos de bienes, servicios, y capitales ym sin embargo, no hayamos sido capaces de algo similar con los flujos de personas, que son una realidad a lo largo de la historia.
Este es un desafío clave para las democracias desarrolladas: gestionar estos flujos de manera respetuosa para los inmigrantes y aceptable para los ciudadanos de los países receptores.
Hay fuerzas que explotan la percepción negativa de la inmigración y otras que tratan de convencer por motivos económicos. ¿No son ambas mala idea?
La realidad migratoria puede percibirse desde diferentes perspectivas: algunos ven efectos positivos, y otros perciben impactos negativos en la seguridad. Estas percepciones deben gestionarse y no ignorarse, ya que tienen consecuencias reales. La hipocresía en este tema es común, pues, aunque hay rechazo hacia los flujos migratorios, estos son fundamentales para el funcionamiento de muchos servicios de los que todos dependemos.