
Bandera de Marruecos.
Ceuta y Melilla buscan instaurar una Zona Económica Especial para combatir la asfixia de Marruecos
El objetivo es fortalecer el tejido empresarial, atraer nuevas inversiones, crear empleoy no depender de las políticas aduaneras de Marruecos.
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En un contexto de intensa competencia económica global y de marcadas tensiones geopolíticas, los empresarios de Ceuta y Melilla abogan por implantar en las ciudades autónomas una Zona Económica Especial al estilo de las Islas Canarias (ZEC), como recomiendan los economistas. Es la única que existe en España, y ha demostrado ser efectiva a la hora de atraer inversiones y generar empleo, particularmente en el ámbito de la tecnología.
La Zona Económica Especial (ZEE) ofrece incentivos como exenciones fiscales, regulaciones laborales flexibles y facilidades para la importación y exportación de bienes. En el Impuesto de Sociedades, por ejemplo, el tipo de referencia para el conjunto del territorio nacional asciende al 25%, mientras que en Canarias se aplica un 4% sujeto a distintas condiciones, como la creación de empleo en el archipiélago. Asimismo, en una ZEE se permite la exención del IRPF a los no residentes, lo que atrae a nómadas digitales y otros tipos de trabajadores en remoto.
En todo caso, no todas las empresas pueden acogerse al régimen especial. En primer lugar, deben ser compañías cuya forma jurídica sea la de sociedad anónima y limitada. Además, una de las exigencias de la ZEC es la de crear al menos entre 3 y 5 puestos de trabajo.
El objetivo principal de las ZEE es impulsar el crecimiento industrial, la innovación y la generación de empleo en áreas estratégicas. Además, en el caso de Ceuta y Melilla supondría depender menos de Marruecos, que no acaba de permitir la reanudación de la actividad comercial en la frontera; y del excesivo peso del sector público.
En el mes diciembre de 2023, la Seguridad Social registraba un total de 3.383 empresas en Ceuta y Melilla, por lo que en el régimen especial se espera contar con una base de unas 34 empresas en las ZEE. Este modelo aumentaría el empleo en un 1,5% y la producción en un 3,7%, ayudaría a crear entre 162 y 480 nuevos puestos de trabajo, según recoge el mismo análisis.
Algo que aplauden las dos confederaciones de empresarios. “La ZEE planteada es una herramienta que posibilitaría la atracción de inversión. Pensamos que toda acción dirigida a ampliar los beneficios económicos y atractivos fiscales, incluyendo la eliminación de barreras y la agilización de trámites administrativos, para las empresas o agentes que operen en Ceuta es interesante, pueden activar inversiones que favorecieran el comercio y el empleo. De esta forma podríamos equilibrar las desventajas de nuestra situación geográfica y transfronteriza”, asegura a EL ESPAÑOL-Invertia Arantxa Campos, presidenta Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE).
Autonomía económica
Actualmente, Ceuta y Melilla en el norte de África, con una posición geográfica única, cuentan con regímenes especiales orientados a incentivar el desarrollo económico, la inversión y la integración en las cadenas de valor europeas. Sin embargo, “diversos factores, incluidos aspectos geográficos y la dependencia de ciertos sectores económicos, limitan sus posibilidades de desarrollo, lo cual subraya la necesidad de políticas adaptadas que potencien su competitividad y autonomía económica”, alerta el Observatorio de Ceuta y Melilla en el informe “La ZEE de Ceuta y Melilla: Una apuesta por el desarrollo y la prosperidad de las ciudades autónomas”.
“A diferencia del modelo actual, basado en bonificaciones dispersas y una carga regulatoria bastante notable, el modelo que se propone plantea un entorno amigable con el crecimiento y el desarrollo de industrias claves para el presente y el futuro económico de Ceuta y Melilla”, especifica Diego Sánchez de la Cruz, analista económico y autor del documento que ha estudiado otras ZEE en Europa.
Para ello las ciudades autónomas españolas están dispuestas a ofrecer más beneficios fiscales, que mejorarían la rentabilidad de sus empresas y la entrada de otras de fuera. Con esta propuesta se busca transformar ambas ciudades en centros de exportación de servicios de alto valor añadido, como los tecnológicos y digitales, lo que les permitiría reducir su vulnerabilidad ante las fluctuaciones del comercio exterior y las políticas aduaneras. Asimismo, se busca atraer inversiones dentro del marco regulatorio europeo, ofreciendo incentivos que no comprometan las normativas fiscales comunitarias, con la expectativa de aumentar el empleo.
Por lo tanto, “este modelo posicionaría a Ceuta y Melilla estratégicamente frente a las tendencias de la economía global, aprovechando oportunidades en sectores emergentes como la tecnología y los servicios digitales, fortaleciendo así su integración con Europa”, asegura Diego Sánchez de la Cruz. De esta manera, la ZEE quiere posicionar a las dos ciudades como puntos clave para el intercambio comercial y tecnológico entre continentes, aprovechando su ubicación estratégica y su régimen fiscal favorable.
Hay que tener en cuenta que en estos momentos, a pesar de las ventajas, se enfrentan a limitaciones significativas que impiden un desarrollo económico más amplio y diversificado. Una de estas restricciones es la gran dependencia de las relaciones económicas y comerciales con Marruecos. Aunque, el país vecino ofrece oportunidades de comercio, también hace que las economías de Ceuta y Melilla sean más vulnerables a las fluctuaciones políticas y económicas del país magrebí. “Tal dependencia limita la capacidad de las ciudades para diversificar sus economías y reduce la eficacia del régimen fiscal especial y su capacidad de fomentar un crecimiento autónomo y sostenido y un modelo de crecimiento más insertado en las cadenas de valor de la economía europea”, advierte este experto económico.
Es evidente que detrás de la parte económica, se esconde también una estrategia política del Observatorio de Ceuta y Melilla, creado en 2020 con el cierre de las fronteras, “avanzar a paso firme hacia el objetivo de consolidar los territorios españoles en el norte de África, dándoles la visibilidad que merecen, identificando oportunidades, que las hay y son muchas, e invitando a quien corresponde, sean actores públicos o privados, a adoptar fórmulas y a aplicar instrumentos para ello”, mantiene su director, Carlos Echeverría.
“No molestar a Marruecos”
La demanda de establecer una ZEE en Ceuta y Melilla se ha intensificado con las elecciones europeas de junio de 2024. No obstante, la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME) lleva dos años pidiéndola, “ya que solo depende de que España lo solicite en Europa, solo hay una en España (Canarias) y Ceuta y en Melilla reunimos todos los requisitos para solicitarla”, manifiesta su presidente, Enrique Alcoba, en declaraciones a EL ESPAÑOL-Invertia.
El empresario melillense considera que no se da ese paso desde el Ejecutivo central “por no molestar a Marruecos”, y recuerda que “el Gobierno de España tampoco ha expuesto oficialmente en Europa que tenemos cerrada la aduana comercial y estamos sin régimen de viajeros”. Mientras, el último informe económico sobre la posibilidad de instaurar las ZEE en Ceuta y Melilla resalta que “la creación de este tipo de áreas podrían ser la estrategia clave para el futuro de las dos ciudades autónomas”.
Durante la presentación del informe en Melilla, el 20 de febrero, el vicepresidente de la CEME, Chakib Mohamed, destacó que las medidas propuestas en el informe permitirán reducir la actividad económica con Marruecos y disminuir la carga administrativa. Asimismo, lamentó que tanto los políticos como los empresarios no hayan podido implementar este cambio necesario, y señaló la urgencia de sustituir el modelo de zona franca por una ZEE similar a la de Canarias, ya que la economía de Melilla atraviesa una profunda depresión. “La incertidumbre es lo que hace morirse a las empresas y no querer generar un proyecto de impacto”, afirmó Mohamed.
Alternativas desde Melilla
El Gobierno local melillense no está muy convencido de que la ZEE se instale y trabaja en otros “tres ejes fundamentales: turismo, universidad, y la captación y creación de empresas alrededor de las nuevas tecnologías, aprovechando las ventajas fiscales de la ciudad”, según detalló su presidente, Juan José Imbroda, en una entrevista con EL ESPAÑOL el pasado mes de enero. Además, se quejó de llevarlos a cabo sin ayuda del Ejecutivo central. “Estos tres ejes deberían ser apoyados fuertemente por el Gobierno nacional, pero desgraciadamente nos encargamos en el Gobierno de Melilla, mientras ellos están dedicados a otra cosa”, lamentó.
En esta línea, el 13 de febrero el equipo del arquitecto Norman Foster Institute (NFI) viajó a Melilla para empezar a trabajar con la Administración local en el proyecto piloto de investigación, que forma parte del Máster en Ciudades Sostenibles del NFI. La ciudad autónoma fue seleccionada como una de las tres ciudades piloto para 2025, junto con Ciudad del Cabo y Freetown, para un programa de estudio de un año de duración centrado en estrategias urbanas sostenibles. “El proyecto explorará el contexto sociopolítico y geográfico único de Melilla, identificando retos y oportunidades para desarrollar propuestas que mejoren la sostenibilidad urbana y la calidad de vida”, explica el Instituto en su página web.