La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha defendido que la aplicación de un plan concertado de estímulos fiscales en la Eurozona permitiría acelerar el crecimiento del PIB de la región, que el instituto emisor prevé del 1,1% en 2020 y del 1,4% en 2021.
"Un plan de estímulos concertado a nivel de la Eurozona ayudaría a acelerar el crecimiento", sostiene Lagarde en una entrevista concedida a la revista francesa 'Challenges', donde defiende el "sentido" de hacer uso de todas las herramientas disponibles para impulsar el crecimiento, lo que supondría también que la inflación se acercase al objetivo del BCE, ligeramente por debajo del 2%.
A este respecto, Lagarde defiende que la implementación de un "significativo" plan de estímulos fiscales ha sido una de las causas por las que el crecimiento de EEUU ha sido mayor que el registrado en la Eurozona, además de las menores restricciones fiscales, la mayor rapidez en el saneamiento de sus bancos y el privilegio del dólar como moneda de reserva internacional.
De este modo, la presidenta del BCE apuesta por un mix en el que la política monetaria mantendría la estabilidad de precios y la política fiscal debería emplearse, en los países donde fuera posible, como apoyo de esta, mientras que las reformas estructurales elevarían el crecimiento potencial de las economías del euro.
"Una mayor cooperación entre las autoridades competentes, sin infringir la independencia de sus funciones, permitiría optimizar los efectos multiplicadores de sus decisiones", añade.
ESTUDIA EL IMPACTO DEL DINERO DIGITAL
Por otro lado, Lagarde reitera que el BCE sigue evaluando los pros y los contras de emitir una moneda digital con el objetivo de que los ciudadanos puedan hacer uso de dinero de un banco central cuando eventualmente disminuye el uso de dinero físico, para lo que la institución creó a finales de 2019 un grupo de trabajo que colabora con los bancos centrales nacionales.
A este respecto, Lagarde reconoce que esta hipótesis podría conllevar implicaciones significativas para el sector financiero, así como para la transmisión de la política monetaria.
En cualquier caso, la presidenta del BCE considera que la perspectiva de este tipo de iniciativas por parte del banco central no debería desalentar o expulsar a aquellas soluciones lideradas por el sector privado para lograr sistemas de pagos más rápidos y eficientes.