El Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado este martes que seguirá desplegando todo su arsenal de estímulos monetarios pese a la sentencia del Tribunal Constitucional de Alemania que pone en cuestión su programa de compra de deuda pública. La institución dirigida por Christine Lagarde ha resaltado que el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), cuyas resoluciones son vinculantes para todos los Estados miembros, ha dado su aval a la adquisición de bonos de los Estados miembros.
El Consejo de Gobierno del BCE, su principal órgano de decisión, ha celebrado durante la tarde del martes una reunión de emergencia para examinar la sentencia. Tanto el gobernador del Bundesbank, Jens Weidmann, como los servicios jurídicos de Fráncfort han trasladado sus primeras impresiones. El BCE se limita de momento a "tomar nota" del fallo, asegura el escueto comunicado difundido al término del encuentro.
Al margen de lo que diga el Tribunal Constitucional alemán, el Consejo de Gobierno resalta que "sigue plenamente comprometido a hacer todo lo que sea necesario dentro de su mandato" para cumplir su objetivo de inflación del 2% y para garantizar que sus decisiones de política monetaria "se transmitan a todas las partes de la economía y a todas las jurisdicciones (países, en jerga de Fráncfort) de la eurozona".
"El Tribunal de Justicia de la UE dictaminó en diciembre de 2018 que el BCE está actuando dentro de su mandato para la estabilidad de precios", concluye el comunicado. También la Comisión Europea ha resaltado que las decisiones del TJUE son vinculantes para los Estados miembros, Alemania incluida, y tienen primacía sobre las legislaciones nacionales.
El BCE no dice nada de momento del ultimátum de 3 meses que le ha dado el Tribunal Constitucional de Alemania para que demuestre que el programa de compra de deuda que puso en marcha en 2015 y que sigue en vigor respeta el principio de proporcionalidad. Es decir, que sus beneficios en materia de política monetaria superan a los efectos secundarios negativos.
El presidente del Bundesbank, que sistemáticamente se ha resistido a todos los programas de compra de deuda del BCE, ha dicho este martes que apoyará los esfuerzos para cumplir las exigencias del Constitucional alemán, demostrar que las compras son proporcionales y permitir así la supervivencia de este instrumento.
Weidmann asegura ahora que los límites que se ha autoimpuesto el BCE, como no comprar más del 33% de la deuda de un país o respetar la clave de capital de la institución, garantizan que no está incumpliendo la prohibición de financiar directamente a los Estados miembros establecida en los Tratados.
El fallo del Tribunal Constitucional pone en riesgo la capacidad del BCE en el peor de los momentos, en plena crisis del coronavirus. De hecho, es la única institución de la UE que ha adoptado decisiones contundentes para mantener bajo control la prima de riesgo de Italia y España, con su programa especial contra el Covid-19 de 750.000 millones de euros.
Aunque la sentencia de Alemania no afecta a este programa especial para amortiguar el impacto de la pandemia, puesto que el recurso se presentó mucho antes de que se pusiera en marcha, sí que dificulta su puesta en marcha y abre la puerta a otras muchas demandas similares.