Los mercados se están tomando muy en serio los últimos mensajes lanzados por el Banco Central Europeo (BCE). En solo cuatro días -entre el pasado viernes y este lunes- se han disparado las posibilidades de que la institución presidida por Christine Lagarde suba tipos 75 puntos básicos en la reunión que celebrará el 8 septiembre.
El mercado -que da por hecho un incremento de 50 puntos básicos- descuenta con una probabilidad del 67% un alza de 0,75 puntos. El pasado viernes, las posibilidades eran del 24%, según datos de Refinitiv.
El cambio de sentimiento se ha producido tras las filtraciones publicadas por Reuters, que apuntan a que miembros de su Consejo de Gobierno quieren, al menos, discutir un incremento de 0,75 puntos básicos.
Varios de ellos se pronunciaron el pasado fin de semana, durante la celebración del simposio de Jackson Hole, en ese mismo sentido. Así lo hicieron el representante de Letonia, Martin Kazaks, quien consideró que el banco central debería optar por una gran subida de tipos en septiembre.
"Deberíamos estar abiertos a discutir tanto 50 como 75 puntos básicos”, señaló en una entrevista a Reuters, en la que además consideró que una recesión en la zona del euro era muy probable y alertó de que por si sola no reducirá la inflación.
Más halcones -como se conocen a los miembros más duros del BCE- dejaron ver la necesidad de que la institución sea más agresiva en la cita que celebrará la próxima semana. Robert Holzmann, el representante de Austria, y Klaas Knot, el de Holanda, se pronunciaron en ese sentido.
"El problema de la inflación en Europa es tan grande en este momento que creo que es nuestro deber subir las tasas de interés cada seis semanas hasta el momento en que los precios se estabilicen", subrayó Knot a la emisora holandesa NOS.
Isabel Schnabel, miembro del Consejo de Gobierno, reiteró la necesidad de que los bancos centrales deben actuar con mano dura para combatir la inflación, incluso si eso arrastra a las economías a una recesión.
Olli Rehn, el gobernador del banco central finlandés y también miembro del BCE, consideró que “es momento de actuar” y pidió un incremento de tipos “significativo”, igual que lo hizo François Villeroy de Galhau, presidente del Banco de Francia.
Halcones contra palomas
La voz discordante la ha puesto su economista jefe Philip Lane, uno de los miembros menos agresivos del BCE. Este lunes abogó por subir los tipos de interés a "un ritmo constante", es decir, "ni demasiado lento ni demasiado rápido", porque permitirá "hacer correcciones a mitad de camino" en caso de que sea necesario.
El pasado 21 de julio, el BCE elevó el precio del dinero por primera vez en once años. Lo hizo 50 puntos básicos, el doble de lo que la propia institución había comunicado en su cita anterior. En esa ocasión solo unos días antes de que se celebrase la cita, también la agencia de noticias británica informó de que un incremento de esa proporción estaba sobre la mesa.
A cambio de que los halcones se llevasen el gato al agua en lo que a subida de tipos se refiere, las palomas obtuvieron la herramienta antifragmentación, que será utilizada si las primas de riesgo de los países periféricos se disparan.
El BCE nunca ha llevado a cabo una subida de tipos de interés de 75 puntos básicos en una de sus reuniones ordinarias. Si finalmente decide incrementarlos en esa proporción, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación -las subastas semanales- pasaría del 0,5% al 1,25%.
El de la facilidad marginal de crédito -al que el BCE presta a los bancos en un día- alcanzaría el 1,5% y el de facilidad de depósito, al que la institución remunera el exceso de reservas, el 0,75%.
El objetivo de incrementar los tipos hasta esos niveles es atajar la inflación, cuya tasa interanual en la eurozona se situó en julio en el 8,9% frente al 8,6% registrado en junio. Fue el mayor encarecimiento de los precios en la región del euro de toda la serie histórica. Los datos de agosto se conocerán este miércoles solo siete días antes de la reunión del BCE.
Como la Fed
Las posibilidades de que el BCE incremente el ritmo de subida de tipos se han sumado a las perspectivas de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) mantenga el suyo. También en Jackson Hole, el presidente del banco central estadounidense, Jerome Powell, insistió en la necesidad de luchar contra la inflación a pesar del “dolor” que pueda causar a empresas y hogares.
La reacción de las bolsas europeas no se ha hecho esperar. Las caídas rondan el 3% en solo dos sesiones, desde que se conoció que algunos miembros del BCE quieren, al menos, debatir una subida de tipos de 75 puntos básicos y Powell dio su discurso en Jackson Hole.
Los precios de los bonos europeos también han caído, provocando que la rentabilidad exigida por los inversores aumente. De media, el interés de los bonos europeos a 10 años ha subido unos 30 puntos básicos en el mismo plazo, incremento con el que el lunes alcanzaron máximos de finales de junio.
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