Los inversores dan por hecho que la Reserva Federal de Estados Unidos subirá los tipos de interés 75 puntos básicos en la reunión que la institución mantendrá la próxima semana. Sin embargo, un incremento de 100 puntos básicos comienza a parecer posible. De producirse, sería la mayor alza de los últimos 40 años.
Las alarmas saltaron el martes, cuando se conoció el dato de inflación estadounidense de agosto. El índice de precios al consumo (IPC) se situó en el 8,3%, lo que supone un descenso de dos décimas con respecto a julio. Encadenó, además, dos meses de moderación.
Por el contrario, la subyacente -resultado de excluir del cálculo los precios de los alimentos y la energía por ser los componentes más volátiles-, alcanzó el 6,3%, cuatro décimas más que en el mes anterior.
La tasa interanual, por tanto, retrocedió menos de lo previsto y la tasa subyacente subió más de lo esperado. Como no podía ser de otra forma, la lectura de los mercados fue negativa. Los inversores, que todavía tenían alguna esperanza de que la Fed redujese el ritmo de subidas, dieron por hecho un incremento de 75 puntos básicos.
Las apuestas sobre una subida en dicha proporción por tercera reunión consecutiva se incrementaron, de la misma forma que la meta final de los tipos. Los inversores consideran ahora que las tasas alcanzarán un rango de entre el 4,25% y el 4,5% a principios de 2023.
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Pero el miedo va aún más allá. Tras conocerse las cifras de inflación de agosto, el mercado comenzó a descontar la posibilidad de que el banco central estadounidense lance una bomba monetaria.
Las posibilidades que el mercado da a una subida de tipos de 100 puntos básicos se han incrementado hasta el 35%, frente al 18% al que repuntaron tras el dato de IPC estadounidense. El lunes, los inversores no contemplaban un alza de tal calibre.
Para algunos analistas ese es ya el escenario principal. Es el caso de los expertos del banco japonés Nomura, que anticipan un incremento de un punto porcentual en septiembre y sitúan los tipos en Estados Unidos en el 4,5%/4,75% en febrero de 2023.
“Durante algún tiempo, hemos destacado el surgimiento de una espiral de precios y salarios como factores que podrían mantener la inflación persistentemente elevada durante más tiempo, lo que requiere una respuesta más contundente de la Fed”, subrayó la entidad nipona en una nota.
“Con los datos más recientes, creemos que esos riesgos están comenzando a materializarse”, añadió.
Los tipos de interés en Estados Unidos se encuentran ahora en el rango de entre el 2,25% y el 2,5%, después de que la Fed los haya incrementado en 225 puntos básicos en cuatro reuniones. Si la próxima subida es de un punto porcentual, pasarían directamente al 3,5%/3,5%.
Los expertos de Monex Europe, por el contrario, siguen considerando una subida de tres cuartos de puntos como hipótesis central. A pesar de sostener que 100 puntos básicos “es una opción muy exagerada”, advierten de que el riesgo reside en que la Fed esté filtrando información como ya lo hizo en junio.
Entonces, miembros del banco central estadounidense filtraron al Wall Street Journal la posibilidad de efectuar una subida de 75 puntos básicos, como finalmente terminó ocurriendo.
“La credibilidad de la Fed sobre la orientación de política monetaria se vio gravemente afectada en aquel entonces” y, por esa razón, piensan que no “decidirá hacer algo similar, al menos hasta el final del ciclo” de subida de tipos.
Sin embargo, economistas con un peso sustancial en los círculos de toma de decisiones políticas, incluido Larry Summers, el exsecretario del Tesoro de Estados Unidos, han solicitado a la Fed que efectúe una subida de 100 puntos básicos para reforzar sus credenciales de lucha contra la inflación.