Bruselas

El aumento de 0,25 puntos en los tipos de interés aprobado este jueves por el Banco Central Europeo (BCE), hasta situar el tipo general en el 4%, no es todavía el final del camino. Su presidenta, la francesa Christine Lagarde, ha anunciado que ejecutará un nuevo incremento en su próxima reunión del 27 de julio, aunque no ha desvelado su cuantía. La mayoría de los analistas esperan otra subida de un cuarto de punto.

Lagarde ha argumentado que, aunque la inflación ha disminuido, "se prevé que siga siendo demasiado alta durante demasiado tiempo". De hecho, el BCE ha revisado al alza sus previsiones de inflación hasta situarlas en el 5,4 % en 2023, el 3,0% en 2024 y del 2,2% en 2025. También eleva las cifras de inflación subyacente (excluyendo energía y alimentos) hasta el 5,1% en 2023, el 3,0% en 2024 y el 2,3% en 2025 debido sobre todo a los aumentos salariales.

La presidenta ha resaltado que estas cifras (en particular el 2,2% en 2025) no son satisfactorias y no indican que la inflación vaya a bajar "pronto" al objetivo del 2% del BCE. De ahí su decisión de seguir subiendo los tipos, que se ha adoptado con "un consenso muy amplio" tras una discusión "bastante armoniosa y profunda" en el Consejo de Gobierno.

[El BCE cumple el guión subiendo los tipos 0,25 puntos hasta el 4% pese a la pausa de la Reserva Federal]

"¿Hemos acabado nuestro viaje? No, todavía no hemos llegado al destino. Aún nos queda terreno por recorrer. Si no hay un cambio sustancial en nuestro escenario central, es muy probable que sigamos subiendo los tipos en julio, lo que probablemente no es una gran sorpresa. Es así porque estamos determinados a alcanzar nuestro objetivo pronto", ha dicho Lagarde en rueda de prensa.

La presidenta del BCE ha marcado distancias con la Reserva Federal estadounidense, que este miércoles decidió hacer una pausa en su estrategia de encarecimiento del precio del dinero. "Nosotros hemos subido los tipos y, a menos que haya un cambio sustancial en nuestro escenario central, los continuaremos incrementando en la próxima reunión, así que no estamos pensando en una pausa", insiste Lagarde.

¿Hasta qué nivel máximo llegarán entonces los tipos de interés de la eurozona? La presidenta del BCE no ha querido contestar a esta pregunta. "Es algo que sabremos cuando lleguemos", se ha limitado a señalar. El objetivo que persigue el BCE no es un techo determinado de tipos sino garantizar que la inflación baje al 2% pronto, alega.

Lagarde ha explicado que las perspectivas sobre la evolución de la inflación están marcadas por un alto grado de incertidumbre, de ahí que las decisiones del BCE se basen en los últimos datos disponibles. Los riesgos al alza incluyen posibles presiones renovadas sobre la energía y los alimentos, también relacionadas de la guerra de Rusia contra Ucrania.

"Un aumento duradero de las expectativas de inflación por encima de nuestro objetivo, o aumentos superiores a los previstos en los salarios o los márgenes de beneficio, también podrían impulsar la inflación al alza, incluso a medio plazo. Los acuerdos salariales recientes en varios países se han sumado a los riesgos al alza para la inflación", sostiene la presidenta.

En el extremo contrario, nuevas tensiones en los mercados financieros podrían reducir la inflación más rápido de lo previsto. Un debilitamiento de la demanda, por ejemplo debido a la subida de los tipos, también conduciría a menores presiones sobre los precios. Si la caída de la energía y los alimentos se traslada a otros precios más rápidamente, eso también ayudaría a regresar pronto al objetivo del 2%, según la evaluación del BCE.