La presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante una rueda de prensa

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante una rueda de prensa BCE

Bancos centrales

El BCE echa el freno al recorte de tipos: mantiene el precio del dinero en el 4,25%

La institución dirigida por Christine Lagarde avisa de que las presiones inflacionistas internas siguen siendo intensas. 

18 julio, 2024 14:15
Estrasburgo

El Banco Central Europeo (BCE) echa el freno al nuevo ciclo de recortes de los tipos de interés apenas un mes después de haberlo iniciado. La institución dirigida por Christine Lagarde ha decidido este jueves mantener sin cambios el precio del dinero en niveles máximos del 4,25% con el argumento de que las presiones inflacionistas siguen siendo intensas.

De cara al futuro, el Consejo de Gobierno reitera que no puede comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de recorte de tipos. Tomará las decisiones reunión a reunión, dependiendo de la evolución de precios y salarios, con el propósito de garantizar que la inflación baje al objetivo del 2%. Los analistas sólo esperan dos recortes adicionales este año, probablemente en septiembre y diciembre.

"Las presiones inflacionistas internas siguen siendo intensas, la inflación de los servicios es elevada y es probable que la inflación general continúe por encima del objetivo hasta bien avanzado el próximo año", reza el comunicado hecho público al término de la reunión del Consejo de Gobierno.

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Tras el frenazo del BCE de este jueves, el tipo de interés general se queda en el 4,25%. La facilidad marginal de crédito (lo que pagan los bancos por la financiación a un día) sigue en el 4,5%; mientras que la facilidad de depósito (la remuneración a las entidades por aparcar su dinero en Fráncfort) se mantiene sin cambios en el 3,75%. 

"Aún nos enfrentamos a incertidumbres relacionadas con la inflación en el futuro, especialmente sobre cómo evolucionará el nexo entre beneficios, salarios y productividad y si la economía se verá afectada por nuevas perturbaciones de oferta. Y nos llevará tiempo reunir datos suficientes para estar seguros de que hemos dejado atrás los riesgos de un nivel de inflación por encima del objetivo", dijo Lagarde a principios de mes en el foro del BCE en Sintra.

En junio, el índice de precios de consumo armonizado de la eurozona bajó una décima, hasta situarse en el 2,5%. Sin embargo, la inflación subyacente -que excluye energía, alimentos, alcohol y tabaco, los elementos más volátiles- se mantuvo persistente en el 2,9%. Este es un indicador estructural clave para el Banco Central Europeo (BCE) a la hora de decidir sobre los tipos de interés.

Al mismo tiempo, el mercado de trabajo sigue exhibiendo un nivel de resiliencia sin precedentes en un entorno hostil marcado por la elevada incertidumbre geopolítica, la vuelta a un crecimiento anémico tras la recesión técnica de la segunda mitad del año pasado y los elevados tipos de interésTanto en la eurozona como en el conjunto de la UE, el paro se mantuvo estable en mayo en mínimos históricos del 6,4% y del 6%, respectivamente. 

En cuanto a la actividad económica, tras haber tocado fondo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un modesto repunte del 0,9% para la eurozona en 2024 (una décima más de lo que había calculado en abril), gracias a un mayor impulso de los servicios y las exportaciones. El crecimiento se acelerará hasta el 1,5% en 2025 gracias en parte a la bajada de tipos, aunque la recuperación será mucho más lenta en Alemania, el principal motor de la eurozona.

El BCE ejecutó el pasado 6 de junio el primer recorte de tipos en ocho años, del 4,5% al 4,25%. Este cambio de orientación se produjo tras una abrupta subida del precio del dinero entre julio de 2022 y septiembre de 2023 (con diez alzas consecutivas en apenas 15 meses, pasando del 0% al 4,5%) para combatir la crisis inflacionista provocada por la guerra de Ucrania y la energía. El ciclo alcista fue seguido de ocho meses de pausa (entre octubre de 2023 y junio de 2024), periodo en el que los tipos se mantuvieron en máximos históricos.

Ahora Lagarde ha optado por una nueva pausa antes del segundo recorte de tipos, por miedo a que la inflación vuelva a reputar.