Bruselas

"Qué será, será". Christine Lagarde se ha refugiado en una alusión al título de la popular canción interpretada por Doris Day para no dar pistas sobre sus próximos movimientos en materia de tipos de interés tras el recorte de un cuarto de punto en la facilidad de depósito decidido este jueves. En todo caso, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE) ha alejado la posibilidad de una nueva bajada en la próxima reunión del 17 de octubre al insistir en que los datos de inflación doméstica no son satisfactorios.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, Lagarde ha relatado que el recorte de tipos se ha aprobado por unanimidad (a diferencia de lo que ocurrio en junio, cuando el representante austríaco votó en contra), aunque admite que hay discrepancias entre los miembros sobre las perspectivas de una reactivación del consumo y del crecimiento en la eurozona durante los próximos meses. "Algunos son más optimistas, otros más pesimistas", ha señalado.

"Hemos considerado que, teniendo en cuenta el proceso gradual de desinflación, era perfectamente apropiado moderar el grado de restricción de la política monetaria, recortando el tipo de la facilidad de depósito en 25 puntos básicos", ha señalado la presidenta del BCE. Sus nuevas previsiones confirman (por quinta vez consecutiva) que la inflación volverá al objetivo del 2% a finales de 2025, lo que refuerza la "confianza" de los banqueros centrales.

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Sin embargo, hay un indicador cuya evolución preocupa particularmente a Lagarde, la inflación doméstica. "No es satisfactoria, es resistente, es persistente. Este es el motivo por el que debemos ser resilientes en nuestro enfoque y permanecer muy atentos a todos los indicadores de inflación subyacente", ha explicado la presidenta.

Por eso, de cara a las decisiones futuras en materia de tipos, el BCE seguirá "dependiendo de los datos, lo que está particularmente justificado teniendo en cuenta la abundante incertidumbre". "Tomaremos decisiones reunión a reunión. Nuestra senda futura de (tipos), cuya dirección descendente es obvia, no está predeterminada ni en cuanto a la secuenciación ni en cuanto al volumen", ha insistido.

En todo caso, Lagarde ha querido destacar que el BCE no atenderá únicamente al dato del IPC de septiembre, que según ha adelantado marcará una bajada de precios debido al "efecto base de la energía". "La dependencia de los datos no significa fijarnos en una única cifra, sino en una batería de indicadores", ha subrayado. El nivel de precios volverá a subir en los últimos tres meses del año.

Primera reunión de Escrivá

La de este jueves ha sido la primera reunión en Fráncfort en la que ha participado el nuevo gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, cuyo salto a la autoridad monetaria desde el Gobierno de Pedro Sánchez, ha provocado duras crítidas de la oposición. Lagarde no se ha referido a la polémica y ha explicado que el resto de colegas del Consejo de Gobierno le han dado la bienvenida al "círculo de gobernadores".

"Le hemos felicitado y le hemos acogido en el círculo de gobernadores. Como otros gobernadores, ha realizado algunas contribuciones muy útiles. Y espero que, como cualquier otro gobernador, continúe no sólo aportando sus opiniones personales que puedan estar inspiradas por la situación española, sino que tenga también una dimensión europea que otros gobernadores también tienen cuando se sientan en la mesa del Consejo de Gobierno. Es un proceso y un viaje que espero que sea satisfactorio tanto para él como para el grupo de gobernadores", ha dicho la presidenta.