"Los últimos acontecimientos fortalecen nuestra confianza en que la inflación volverá al objetivo (del 2%) pronto. Lo tendremos en cuenta en nuestra próxima reunión de política monetaria en octubre", ha explicado Lagarde en una comparecencia este lunes ante el comité de Asuntos Económicos de la Eurocámara.

En su última reunión del pasado 12 de septiembre, el BCE rebajó en 0,25 puntos porcentuales el precio del dinero, hasta situar en el 3,5% la tasa aplicable a la facilidad de depósito, que se ha convertido en el tipo que guía la orientación de la política monetaria. En aquel momento, Lagarde se mostró muy cauta sobre nuevos recortes y destacó que la inflación doméstica seguía muy alta por las subidas salariales. 

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Sin embargo, los últimos datos sobre la evolución de los precios en septiembre muestran que la inflación de la eurozona está ya por debajo del objetivo del 2%. En Alemania, la tasa de inflación cayó con fuerza hasta el 1,6%, mientras que el nivel de precios se ha reducido al 1,2% en Francia, al 0,7% en Italia y al 1,5% en España. De ahí que la presidenta del BCE haya optado este lunes por un tono mucho más optimista.

"La desinflación se ha acelerado en los dos últimos meses. La inflación general cayó al 2,2% en agosto de 2024 y se espera que baje aún más en septiembre, debido principalmente a la caída de los costos de la energía", ha explicado la presidenta del BCE. La cifra del conjunto de la eurozona se publicará este martes. 

"El indicador de inflación interna, que solo incluye artículos con una baja intensidad de importación, se mantuvo alto en agosto, ya que los salarios siguieron creciendo a un ritmo elevado. Al mismo tiempo, el crecimiento general de los costes laborales se ha moderado en los últimos trimestres y los beneficios (empresariales) han amortiguado el impacto de los salarios más altos en la inflación", sostiene Lagarde.

De cara al futuro, la presidenta del BCE avisa de que "la inflación podría aumentar temporalmente en el cuarto trimestre de este año" debido al efecto escalón provocado por las fuertes caídas anteriores en los precios de la energía. No obstante, insiste en que la evolución de los precios refuerza su confianza en que el nivel de precios volverá a la meta del 2%, que el BCE identifica con la estabilidad de precios.

En cuanto al crecimiento, Lagarde ha señalado que la demanda doméstica se ha mantenido débil durante el segundo trimestre del año porque los hogares consumieron menos, las empresas redujeron la inversión empresarial y la inversión en vivienda cayó. La actividad en el sector industrial y en la construcción sigue siendo moderada, mientras que el sector servicios manifiesta signos de desaceleración. 

"La recuperación se enfrenta a vientos en contra", admite la presidenta. El BCE todavía espera que el crecimiento se fortalezca con el tiempo, desde el 0,8% de media en 2024 al 1,3% en 2025 y el 1,5% en 2026.

En todo caso, Lagarde ha repetido que el Consejo de Gobierno tomará las decisiones sobre tipos "reunión a reunión" y basándose en los últimos datos disponbles sobre la evolución de la inflación y del crecimiento. "Estamos decididos a garantizar que la inflación vuelva a nuestro objtivo a medio plazo del 2% pronto. Los tipos de interés se mantendrán suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para alcanzar nuestro objetivo. No nos comprometemos de antemano con una trayectoria de tipos concreta", ha insistido.