El año pasado, en marzo, el Gobierno de Pedro Sánchez, a un mes y tres semanas de las primeras elecciones generales de aquel 2019, aprobó el RDL 6/2019 de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo.
Con él, se dotaba a los trabajadores de más capacidad para adaptar su jornada laboral para conciliar trabajo y vida familiar, fenómeno que se vino a denominar como jornada laboral ‘a la carta’.
Sin embargo, el gran número de solicitudes sobrevino a su vez en una importante ligiosidad (que todavía no ha salido de los tribunales provinciales) que hoy, casi un año más tarde, permite determinar las condiciones en las que las empresas se pueden negar a ceder en la adaptación de la jornada… que no son demasiadas.
Luisa Gómez y Javier Pera, directores de equipo del despacho Baker McKenzie, explican que las situaciones que facilitan que una empresa se puede negar a ceder en la adaptación de la jornada laboral y ganar un potencial pleito judicial.
Concretamente, la empresas pueden rechazar la petición del trabajador si el horario exigido impacta en la producción de la empresa y en el negocio de forma negativa. Eso sí, para ello hay que aportar pruebas y un análisis profundo del perjuicio en la actividad.
La negativa también se puede fundamentar cuando es irracional o desproporcionada o cuando no es útil ni siquiera para el trabajador. Por ejemplo, si pide un horario que no es compatible con llevar o recoger a hijos del colegio.
El rechazo a adaptar la jornada se puede apoyar también en las dimensiones de la empresa y en el “perjuicio acreditado” al resto de los trabajadores que puede provocar el cambio horario. Además, Gómez y Pera indican que todavía no está claro qué derechos se deben priorizar en caso de que haya varios empleados que hayan pedido la adaptación horaria.
Teletrabajo
Ambos especialistas, en un desayuno informativo organizado por Baker McKenzie, alertan de que el teletrabajo ha llegado para quedarse. “Ya hay sentencias que lo favorecen” y ven “chocante” que las propias empresas no lo favorezcan. “Los trabajadores lo valoran y los jueces son más tendentes a concederlo”.
De hecho, que la empresa posibilite el teletrabajo en sus plantillas juega a su favor en los litigios por no conceder un cambio de jornada. Esto, dar flexibilidad horaria en la entrada y salida del centro laboral e incluso acortar el tiempo de trabajo. “Con todo esto en un coctelera tendremos más éxito en un caso”.
Con todo, consideran que hay que tomar cautelas: todo el proceso de negociación entre la empresa y el trabajador debe estar acreditado y, durante el juicio, no se deben cometer ‘errores’ como valorar el apoyo del entorno familiar, la situación del otro progenitor o los servicios adicionales del colegio.