A pesar de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, expresó que su idea es que el estado de alarma se mantenga durante la desescalada y que llegue hasta la ‘nueva normalidad’ (que no abarcaría la totalidad del país hasta, aproximadamente, finales de junio), las críticas del Partido Popular y de aliados parlamentarios como ERC a la estrategia gubernamental ponen en un brete esta estrategia.
De hecho, esta era la fórmula por la que el Ejecutivo quería emplear para mantener los expedientes temporales de regulación de empleo (ERTE) excepcionales a los que se han acogido más de medio millón de empresas hasta principios de verano. Sin embargo, el Gobierno ya trabaja en un plan B.
Según ha podido saber Invertia, el Ejecutivo ya ha puesto sobre la mesa que los ERTE pedidos por causas relacionadas por el Covid-19 y sus beneficios se mantengan hasta que comience la 'nueva normalidad', con independencia de que se renueve o no el estado de alarma. Así se lo ha transmitido a patronales y sindicatos, tal y como ha podido saber Invertia.
Es decir, que los beneficios que permite este tipo de ERTE (que los trabajadores cobren prestación de desempleo sin gastar derechos adquiridos y que las empresas queden exoneradas del pago de las cotizaciones de la Seguridad Social) se mantendrán hasta que llegue la ‘nueva normalidad’.
Sin embargo, cabe recordar que esta nueva normalidad llegará a ritmo diferente en cada comunidad autónoma, algo que también se tendrá en cuenta a la hora de suspender los ERTE.
En la nueva normalidad
Esta cuestión ya parece prácticamente pactada dentro de la mesa del Diálogo Social, aunque el acuerdo no está cerrado aún, ni mucho menos. Según las fuentes consultadas, quedan todavía importantes aspectos por aclarar, así como flecos por cerrar.
Uno de los aspectos que todavía no se ha finiquitado son los sectores y empresas en los que se mantendrán los ERTE excepcionales una vez la ‘nueva normalidad’ sea una realidad. Esta cuestión todavía no se ha acordado, puesto que sobre la mesa estaría el pedir nuevas condicionalidades a las empresas para acceder a esta extensión, según indican fuentes del Diálogo Social.
Cabe recordar que, por lo pronto, la condicionalidad a la que se someten las empresas que piden los ERTE excepcionales de fuerza mayor (que son los que permiten a las compañías librarse de pagar cotizaciones) es la de que no puedan hacer despidos en los seis meses siguientes a la finalización del susodicho ERTE.