Hay vida después de la crisis del coronavirus. O, al menos, hay una nueva normalidad. Y el Gobierno está preparando el terreno para aterrizar en ella. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha informado de que el Gobierno se plantea fórmulas para ampliar la cobertura de la prestación por desempleo así como los cambios legislativos necesarios para ampliar con “carácter inmediato” el trabajo a distancia, “el mal llamado teletrabajo”.
“Tenemos que abordar el sistema de protección por desempleo. Hay personas por proteger todavía en esta crisis que son la prioridad de este Gobierno”, ha informado Díaz quien ha admitido la alta temporalidad de muchos contratos ha impedido que estos colectivos queden protegidos por los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) habilitados por el Covid-19. “Hemos hecho planteamientos, pero quedan trabajos por hacer”.
La otra gran prioridad para la era post-coronavirus está en el teletrabajo. La ministra, consciente de que ha sido un salvavidas para las empresas pero que está escasamente reglamentado, ha informado que se están trabajando en los cambios legislativos correspondientes “con carácter inmediato”, incluyendo las modificaciones necesarias en el Estatuto de los Trabajadores. Además, ha anunciado futuros cambios en las políticas activas de empleo, aunque no ha aclarado en qué dirección irán estas modificaciones.
Durante su comparecencia en la Comisión de Trabajo del Senado, la ministra ha pasado de puntillas por la derogación de la reforma laboral, que tanta polémica generó la semana pasada. Tan solo hizo hincapié en que son necesarios cambios legislativos para reducir la precariedad y la temporalidad del mercado laboral español y ha defendido que cualquier cambio ha de pasar por el Diálogo Social, es decir, por sindicatos y empresas.
"El Diálogo Social es clave en el desarrollo de los trabajos del Ministerio. Nuestra conexión con los interlocutores sociales es máxima", ha indicado. Ha asegurado que patronales y sindicatos han demostrado tener hasta ahora "altura de miras" y ha recordado los tres acuerdos ya logrados en este entorno: la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) a 950 euros mensuales, la activación de los ERTE excepcionales y su ampliación hasta el 30 de junio, que se podrá dilatar en el caso de determinados sectores.
Por debajo de Europa
La ministra ha recordado que los ERTE ya han asegurado prestación por desempleo para 3,4 millones de trabajadores y 550.000 empresas. Con todo, estas cifras están lejos de los países del entorno europeo.
Díaz ha indicado que en Francia los ERTE protegen ya a 12 millones de personas, en Alemania a 10 millones y en Italia a 7 millones.
Otra de las medidas puestas en marcha durante esta crisis es la prestación especial para las trabajadoras del hogar. En este sentido, la ministra considera que este subsidio "ha llegado para quedarse".
Por otro lado, la ministra ha recordado el impacto histórico de la crisis del coronavirus sobre el empleo. Sin embargo, ha indicado que ha sido inferior a la que ha sufrido la economía, algo que no suele ser habitual y que solo ha sido posible por la activación de los ERTE.
En cualquier caso, el mazazo de la destrucción de puestos de trabajo es abrumadora, afectado sobre todo a jóvenes y a los empleos temporales. "Tres de cada cuatro contratos que se han destruido son temporales", ha explicado. Por ello, ha pedido un gran pacto contra la precariedad que tocará abordar en la nueva normalidad.