El empleo vive un espejismo. Los efectos del coronavirus todavía no se han dejado sentir con fuerza en el empleo, pese a que los datos de paro (a falta de conocer los del mes de junio que se publican este jueves) indiquen que hay más de 3,8 millones de parados.
Si hay algo en lo que coinciden los expertos es que el verano atenúa las consecuencias y que lo peor está todavía por venir. Tanto es así que el Consejo General de Gestores Administrativos estima que a final de año se destruirán 300.000 puestos de trabajo.
Es decir, empleos que se perderán y no se recuperarán. Algo a lo que hay que sumar unas estimaciones poco halagüeñas: el paro podría rondar los cinco millones de parados. Alcanzar esa cifra dependerá, exclusivamente, de las medidas que adopte el Ejecutivo. De ahí que el presidente de los Gestores Administrativos, Fernando Santiago, pida al Gobierno que “escuche a los negocios”.
ERE anunciados
Será esencial hacerlo si se quiere evitar la sangría que hemos visto en los últimos días. Desde que el pasado 21 de junio se desescaló el confinamiento, se han anunciado Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) para casi 5.000 trabajadores. Nissan, a la cabeza con 2.525 empleados, Airbus con 1.600, Alcoa con 534 y Siemens Gamesa con otros 239. Y lo que es peor, el sector industrial podría seguir anunciando medidas de este tipo en los próximos meses.
Se abre una gran incertidumbre sobre qué va a ocurrir. En primer lugar, por el miedo al ‘efecto champán’ del consumo. Aunque todavía no ha tocado techo, las datos de compras mejoran. Por poner un ejemplo, el gasto con tarjeta ya cae ‘sólo’ un 4% respecto al mismo período del año anterior, frente al 60% que retrocedía a mediados de abril.
Pero también existen muchas dudas sobre un posible rebrote. Los empresarios temen que haya que aplicar medidas duras de confinamiento y, por tanto, haya que volver a ‘hibernar’ la economía. En especial porque el margen para poder reaccionar va a ser mucho menor, ya que el ‘colchón’ prácticamente se ha agotado durante estos tres meses de parón. Sobre todo para aquellas empresas que ya han hecho ajustes.
Una encuesta de KPMG indica que el 58% de las empresas españolas han aplicado ya algún tipo de Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en los últimos meses. De ellas, apenas el 50% ha conseguido mantener el empleo y, por tanto, ha tenido que llevar a cabo algún tipo de despido en los últimos meses.
Vacaciones, la clave
De hecho, muchas de ellas (una cuarta parte) han optado por las vacaciones para evitar tener que hacer ajustes de personal. Algo que, por cierto, también podría estar aplicando el sector del automóvil. Fuentes del sector no descartan que, pasado el verano, veamos algún proceso de regulación de empleo en las empresas que operan en España.
Ante este panorama, resulta lógico pensar que casi una cuarta parte de las empresas esté pensando en recortar retribuciones. Lo harán en todos los niveles de la compañía, empezando por el consejo de administración. Todavía no hemos tocado fondo.