La última prórroga aprobada para los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) termina el 30 de septiembre. La moratoria ampliaba el plazo de este tipo de expedientes por causa de fuerza mayor. Con esto se pretendía impedir la destrucción del tejido empresarial y ayudar a las empresas a mantener sus plantillas.
Según el estudio "Recuperación del mercado laboral en titulares", elaborado por Randstad Research, los datos oficiales estiman en 3,4 millones de trabajadores en ERTE durante la temporada en la que se paralizó toda actividad.
Desde entonces, el mercado ha ido avanzando en su vuelta a la situación previa. "A medida que se ha ido produciendo la desescalada, se han ido abriendo negocios y se han ido absorbiendo trabajadores", explica Valentín Bote, director del Randstad Research. Esto ha producido que a día de hoy se registren 1,8 millones de trabajadores en esta circunstancia.
La recuperación de la plantillas
"Si una empresa no factura lo mismo que antes de la crisis, no está recuperada como para asumir a toda la plantilla", señala el director de Randstad Research. La cuestión, comenta, pasa por disponer de las medidas necesarias para que el mercado continúe recuperándose y reabsorbiendo a los trabajadores que actualmente se encuentran 'suspendidos'.
Los cálculos que contempla Randstad suponen que existirá una prórroga adicional para los ERTE de algunos sectores, ya que para "el 30 de septiembre la mayoría de sectores verán la recuperación como algo todavía muy lejano".
Por ello, desde la compañía animan a que durante las negociaciones entre agentes sociales y Gobierno se mantenga una actitud "generosa con la realidad empresarial". Pese a todo, las estimaciones no permiten ser especialmente optimistas a la hora de establecer una fecha para la recuperación. Según las cifras que maneja Randstad Research, no es posible hablar de una vuelta a la situación precrisis hasta 2022.
Medidas para la recuperación
En paralelo al estudio ya comentado, Randstad Research ha elaborado otra encuesta en la que han participado 16.000 empresas españolas durante el periodo de mayo y junio. Entre las preguntas que se les hacía, se hacía referencia a las medidas que se deberían poner en marcha para la recuperación del tejido empresarial. Las respuestas se encuadran en tres grandes bloques.
En primer lugar, con medidas de tipo fiscal. Las empresas que respondieron la encuesta de Randstad Research consideran los aplazamientos de determinados impuestos o pagos fraccionados del IRPF.
Además, se ven oportunas disposiciones destinadas a flexibilizar el mercado de las relaciones laborales. La principal de estas medidas supone una nueva prórroga de los ERTE. Son varios los agentes sociales que consideran que esta medida extraordinaria debería prolongarse hasta finales de 2020, con el objetivo de asegurar que las empresas recuperan su volumen de negocio.
Por último, las empresas que realizaron la encuesta solicitan ayudas directas, que podrían beneficiar a muchos sectores. Aunque ya se ha puesto en marcha planes para la reactivación del turismo y la automoción, la encuesta sugiere otros sectores que demandan ayudas.
Bote indica que uno de los sectores más perjudicados, además de los anteriormente comentados, es el mundo del espectáculo. Este comprende las actividades recreativas, artísticas y de entretenimiento, que se podrían ver muy beneficiado de una ayudas de este tipo.
Las perspectivas del mercado laboral
Si se alcanza un nuevo acuerdo, y se ponen en marcha otras medidas adicionales para ayudar a los sectores más afectados por la crisis, se podría mantener la disminución de personas afectadas por ERTE.
A pesar de que sí es posible concebir una recuperación progresiva de la actividad, a finales este año la tasa de paro se situará por encima del 20%. Por tanto, es necesario esperar a 2021 para comprobar efectos concretos de la recuperación.
El impacto en la economía española
Todo esto sucede en un contexto en el que BBVA daba a conocer las previsiones económicas y estimaba una caída del PIB en un 11,5% este año. Esta previsión llega tras una primera aproximación que cifraba un descenso menos acusado.
Estas previsiones empeoran las emitidas por el Gobierno, que calculaba una caída del PIB del 9,2%. Según el estudio elaborado por la entidad bancaria, el agravamiento de las previsiones se debe a la duración del confinamiento. Esto provocó que a lo largo del primer semestre del año el PIB recibiera una bajada del 20%.
Con estos datos, parece necesario que el diálogo social logre un nuevo acuerdo. De lo contrario, muchas empresas se podrían ver obligadas a iniciar un proceso de ERTE por causas económicas o directamente enfrentar una reducción de plantilla.