La Unión General de Trabajadores (UGT) reclama la regulación del derecho a la desconexión por ley, incluyéndolo tanto en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales como un derecho más. La ordenación del tiempo de trabajo ya se contempla en la Ley del Estatuto de los Trabajadores bajo el paraguas del diálogo social y sin perjuicio del papel que pueden jugar los convenios colectivos, cruciales a la espera de una "necesaria intervención legislativa".
El sindicato denuncia que cada vez resulta más complicado desconectar del trabajo y es más habitual encontrar a personas atendiendo, en cualquier momento y en cualquier lugar, un mensaje, una llamada del trabajo o correo electrónico, debido a que la "inadecuada gestión de las tecnologías de la información y comunicación en el entorno empresarial, esta difuminando la frontera entre el tiempo profesional y el personal o privado".
El sindicato avisa de que el aumento de la carga de trabajo y la interrupción del tiempo de descanso debilitan la salud mental de muchos trabajadores, al tiempo que la utilización de dispositivos electrónicos para el desempeño del trabajo conlleva la exposición a un exceso de información o "infobesidad", así como la toma de decisiones demasiado rápidas, sin oportunidad de pensar en ellas, pudiendo verse afectados por tecnoestrés laboral, sobrecarga o fatiga mental.
Incluso, añade que se puede desarrollar adicciones al uso de estas nuevas tecnologías, algo que la crisis del coronavirus ha agravado, además de la posibilidad de generar problemas entre los teletrabajadores, entre otros.
Para UGT, algunas empresas no respetan los tiempos de descanso de los trabajadores, lo que, unido al temor de estos a la pérdida del puesto de trabajo, dificultan o hacen "imposible" esa desconexión "tan necesaria para poder afrontar de nuevo el trabajo cotidiano pasado el periodo estival".
Registro de jornada y normativa sobre el teletrabajo
Así, defiende que en ningún caso la conectividad no debe ser sinónimo de "disponibilidad permanente" hacia las necesidades de la empresa, puesto que conlleva riesgos psicosociales e incrementa los niveles de estrés.
La organización sindical considera "fundamental" que la ley de desconexión incluya la necesidad de un registro de jornada obligatorio, tanto para los centros de trabajo como para las personas que teletrabajan en sus casas, con el fin de evitar abusos.
Además, el sindicato considera fundamental la actualización del marco normativo actual sobre pantallas de visualización de datos y regular la gestión de los factores de riesgo psicosocial asociados al uso de las TICs, incluyendo los asociados a la conciliación y al teletrabajo.
En este sentido, ve "indispensable" la nueva ley sobre teletrabajo que se está acordando en el diálogo social y subraya que tanto el teletrabajo móvil como el teletrabajo a domicilio presentan "claras dificultades" para llevar a cabo la evaluación previa del lugar de trabajo y las revisiones periódicas de las instalaciones y equipos, así como para que el empresario cumpla con su deber de controlar las medidas preventivas implantadas.
Por ello, cree que debería revisarse la legislación para adaptarla a estas nuevas formas de trabajo, así como fomentar la inclusión de cláusulas a través de los convenios colectivos que regulen los aspectos del teletrabajo.
Por otra parte, UGT propone que se regule de una forma más extensa los preceptos que debe incluir la política empresarial sobre desconexión digital, en la que se recojan las formas que tienen los trabajadores (incluidos los directivos) de ejercer su derecho a la desconexión, las acciones formativas y de sensibilización para evitar la fatiga informática, y para la elaboración de la misma, deben ser oídos los representantes de los trabajadores.
En su opinión, dicha política debería integrarse en la política preventiva de las empresas y dejar clara la frontera entre la vida laboral y la vida privada, viendo necesario por tanto regular por ley el "derecho a la desconexión" cuando se termina la jornada laboral, en los períodos necesarios de descanso o en las vacaciones, frente al "hiperpresentismo" digital