A pesar de que el acuerdo parece difícil con los empresarios, los actores restantes del Diálogo Social no quieren pensar en una reforma laboral en la que no esté la CEOE. Por ello, tanto Gobierno como sindicatos están dispuestos a forzar los plazos lo máximo posible para tener a la patronal dentro de un eventual pacto.
En este sentido, Pepe Álvarez, secretario general de la Unión General de los Trabajadores (UGT) se ha mostrado de acuerdo con "estirar al máximo ese margen" si con ello se consigue sumar a la CEOE al acuerdo.
"Preferimos un acuerdo en el que esté la CEOE aunque aparentemente el acuerdo con el Gobierno nos pueda ser más favorable", señaló el líder sindical en el 12º Congreso Confederal de Comisiones Obreras (CCOO).
Precisamente, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, también se ha mostrado a favor de esta postura. Sordo señaló que "dos meses y una semana dan para mucho" y subrayó que su sindicato está dispuesto a negociar "siete días por semana, si es necesario".
Por su parte, Nadia Calviño, vicepresidenta primera de Asuntos Económicos, ha insistido constantemente en un acuerdo "amplio" y que incluya a todos los agentes sociales. De hecho, este jueves restó importancia a las desavenencias recientes de la CEOE con Pedro Sánchez por su insistencia en derogar la reforma laboral de 2012 o con el propio Ministerio de Trabajo sobre algunas de las medidas propuestas.
Trabajos preliminares
Concretamente, indicó que los contactos y encuentros hasta ahora han sido "preliminares" y que "no se ha iniciado la fase de negociación y de concreción del paquete" de cambios que incluirá la reforma laboral.
Consultadas por esta cuestión, fuentes del Ministerio de Trabajo no entran a opinar sobre estas declaraciones y solo indican que los trabajos para la reforma laboral "están muy avanzados". En este sentido, recuerdan que los plazos para cerrar el acuerdo con los agentes sociales no son ampliables.
La línea roja para tener la reforma laboral aprobada es el 31 de diciembre de 2021, el plazo prometido por el Gobierno a la Comisión Europea. De cumplir este compromiso dependen miles de millones de euros en 2022 vinculados al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
De hecho, según afirman diversas fuentes consultadas del Gobierno, no está sobre la mesa pedir a Bruselas un aplazamiento para cumplir con este compromiso. También lo hizo la propia Calviño, quien indicó que "a partir de estas próximas semanas tenemos que empezar a trabajar intensamente con los agentes sociales".
Elementos
Más allá de los trabajos que tiene en marcha el departamento de Yolanda Díaz, Calviño centra la reforma laboral en varios elementos. Concretamente, en la simplificación de los tipos de contratos, la generalización de la contratación indefinida y el desarrollo de los ERTE estructurales para facilitar la flexibilidad interna de las empresas.
También la reforma de la negociación colectiva y de la regulación a las subcontratas, uno de los puntos más difíciles de sacar adelante, según indicó Sordo. "La CEOE no está de acuerdo con la orientación de lo que hemos hablado en la mesa. Ahora hay que hablar de contratación, despido y flexibilidad interna. Cuando tengamos cerrada esta negociación, tenemos que ver si se dan las posibilidades de llegar a un acuerdo tripartito o no", ha explicado.
En cualquier caso, el acuerdo parece muy cuesta arriba. La patronal tiene mucho que perder y poco que ganar con una 'contrarreforma' que rechaza en un momento en que reina, todavía, la incertidumbre económica, sobre todo respecto al incremento del coste de la energía y la subida constante de la inflación.
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