Preocupación en CEOE por el rechazo frontal de los socios parlamentarios de Sánchez al acuerdo de la reforma laboral
Los problemas que pudiera tener el Ejecutivo para aprobar el texto en el Congreso formaron parte de las negociaciones entre Gobierno y Sindicatos.
27 diciembre, 2021 05:30Noticias relacionadas
El rechazo frontal a la reforma laboral del Partido Nacionalista Vasco (PNV), ERC y Bildu ha hecho saltar las alarmas en la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Teme su equipo negociador que, cuando el texto consensuado llegue al Congreso, no salga adelante o sufra modificaciones sustanciales que cambien la línea del acuerdo alcanzado con Trabajo y sindicatos.
Los socios parlamentarios de Sánchez exigen que la nueva reforma laboral incorpore la prevalencia del convenio autonómico frente al sectorial y, por supuesto, frente al de empresa. Una cuestión que estuvo sobre la mesa, pero que fue descartada por la frontal oposición de la CEOE. Abre la puerta a 17 regulaciones diferentes, lo que convertiría en un infierno la negociación colectiva.
Confían, por tanto, en que el Partido Socialista y Unidas Podemos puedan tener la cintura parlamentaria necesaria como para salvar el pulso y sacar adelante el texto, que todavía debe ser aprobado por el Consejo de Ministros. Ese es, a juicio de la CEOE, el que debe aprobar la Cámara Baja. Sin más cambios, ya que cualquier otra modificación podría suponer alterar un pacto con el que Antonio Garamendi, presidente de CEOE, se ha dejado ya muchos pelos en la gatera entre los suyos.
Cómo aprobar el RD
Las cosas están complicadas. Sin PNV, ERC y Bildu, el futuro decreto no puede salir adelante por lo que al no pasar su tramitación parlamentaria decaería. ¿Qué opciones quedan entonces? Lograr la abstención del PNV o, en su defecto, atraer a Ciudadanos, que podría desempeñar un papel clave en el tablero parlamentario por primera vez en mucho tiempo.
Fuentes consultadas por EL ESPAÑOL-Invertia recuerdan que este problema ya se planteó durante las negociaciones. El Gobierno aseguró entonces que la aritmética parlamentaria no impediría la puesta en marcha de la primera reforma laboral en 16 años pactada con los agentes sociales. También que el texto que saldría del Congreso no depararía grandes sorpresas a los actores implicados, algo que en este momento muchos dudan en el equipo que lidera Garamendi.
Dentro de la directiva de la CEOE recuerdan que el apoyo a la reforma laboral que se ha dado está condicionado a que no haya cambios. Es por ello por lo que en la votación de la Junta Directiva del pasado jueves se dijo que se daba apoyo a "las líneas generales". Así que las fuentes con las que ha hablado este diario no descartan que la patronal pudiera retirarse del acuerdo llegado el caso.
Un paso atrás que supondría un duro golpe para Garamendi y su equipo. Lograr el sí de sus asociados al texto actual le ha costado sangre, sudor y lágrimas. Ha roto la tradicional imagen de unidad que suele exhibir CEOE (y que tanto gusta a Garamendi), dado que cuatro federaciones se abstuvieron: la madrileña CEIM, la catalana Foment, la del automóvil Anfac y la del sector agrícola ASAJA.
Pelea interna
Una abstención que, como ya ha contado EL ESPAÑOL-Invertia, fue tal tras una larga negociación para evitar que constara como un rechazo. Esas federaciones, y algunas más que finalmente optaron por el sí, creen que se podría haber conseguido más en las negociaciones. Así que si Garamendi tuviera que dar un paso atrás supondría un duro varapalo para él ante sus federaciones.
Precisamente esa división interna podría ser utilizada por CEOE para forzar al Gobierno a buscar aliados para sacar adelante la reforma laboral y no ceder a las exigencias de los partidos nacionalistas. Si finalmente el consenso no se respeta y se modifica la letra pequeña consensuada junto a los sindicatos, el diálogo social podría saltar por los aires.
Desde ese momento, a Garamendi le resultaría casi imposible que sus federaciones confiaran en el Gobierno. Por tanto, quedarían pocas -por no decir nulas- opciones de encontrar nuevos pactos en materia de diálogo social. Una situación que nadie quiere ya que son muchas las cuestiones que deben negociarse todavía. La más próxima, la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a la vuelta de las vacaciones de Navidad.
La partida parlamentaria comienza ahora. Antes el Gobierno tendrá que aprobar el Real Decreto que está redactando el Ministerio de Trabajo y que debería llevarse este martes al Consejo de Ministros. Un borrador que en estos momentos se está ultimando y que será analizado con lupa en las próximas horas por los sindicatos -pero sobre todo por la CEOE- para comprobar que, en efecto, no hay sorpresas inesperadas en la letra pequeña.