A menos de mes y medio de que 'caduquen' tras la última prórroga, los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) activados por la Covid se mantienen vivos para atenuar el perjuicio de la pandemia en empresas y trabajadores. Al mismo tiempo, la Inspección de Trabajo y Seguridad Social ha mantenido la labor de vigilancia para controlar que no se comete fraude con esta herramienta. Sin embargo, los casos en los que las empresas 'hacen trampa' han aumentado un 9,5% en solo dos meses.
Así lo indican los datos del Ministerio de Trabajo. A mediados de noviembre, la cifra de casos de fraude en ERTE Covid, que permiten prestaciones públicas para los trabajadores afectados y exoneraciones de cuotas sociales para las empresas, ascendía a 5.832. A mediados de enero, estos números subieron hasta 6.388, es decir, 556 casos más.
A 11 de enero de este año se habían iniciado 47.717 inspecciones, de las que se han finalizado 39.179. Con estos datos en la mano, un 16,4% de los ERTE investigados han mostrado ya señales de fraude, un fenómeno que se mantiene constante en los últimos meses.
El importe de las sanciones logrado a través de la localización de estos fraudes supera los 30 millones de euros. ¿Son estas cifras elevadas? Para empezar, hay que tener en cuenta la dimensión de la crisis que ha obligado a usar los ERTE. Aunque no hay cifras concretas de cuántas empresas han estado en ERTE desde mediados de marzo de 2020, en lo peor de la pandemia cuatro de cada diez estuvieron en esta situación, en torno a 1,5 millones.
Por ello, fuentes de los inspectores de Trabajo y Seguridad Social consideran que no se pueden hacer generalizaciones. "No hay que criminalizar a las empresas. La regla general no son los ERTE fraudulentos", aseguran.
Coste
Aún así, quien la hace la paga. La legislación tipifica los diversos fraudes como infracciones muy graves. Los empresarios 'cazados' incurriendo en ellos pueden sufrir multas que van de los 6.251 a 187.515 euros, además de tener que pagar las cuotas a la Seguridad Social de las que hasta ahora se habían exonerado.
En general, el fraude más habitual que cometen las empresas es recuperar a un empleado para la actividad sin avisar al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Es decir, hacerle trabajar pero sin pagar la Seguridad Social.
En esta categoría de 'habitualidad' se encuentran también los empresarios que obligan a hacer su horario habitual a trabajadores que están en ERTE de reducción de jornada, de nuevo sin informar al SEPE.
En estas situaciones, el trabajador no recibe ningún tipo de sanción a no ser que se pruebe que está en connivencia con la empresa para 'engañar' al SEPE y mantenerse en ERTE.
Caída de los ERTE
Cabe recordar que la progresión de la pandemia ha permitido que los ERTE Covid hayan caído en desuso. Incluso con la sexta ola provocada por ómicron a toda marcha, las cifras de trabajadores protegidos por ERTE han seguido cayendo en 2022.
A 13 de enero, según los datos de Seguridad Social, la cifra de trabajadores en ERTE Covid era de 100.761, cuando a finales de diciembre llegaba a los 102.548 personas.
Esta modalidad de ERTE se mantendrá activa hasta finales de febrero. En marzo entrarán en vigor los nuevos ERTE formulados por la reforma laboral, que incluyen fórmulas como los ERTE de impedimento o limitación de actividad que se idearon con la pandemia.