La tasa de paro entre los menores de 30 años se ha situado en el 21,22% en el tercer trimestre de 2023, según la EPA. Si se reduce la edad hasta los 25 años, ese porcentaje es mayor: 27,82%. Dicho de otra manera, España lidera la tasa de paro juvenil no sólo en Europa, también en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
Varias son las causas que inciden en que esto sea así. Entre ellas, el sector educativo, un mercado laboral que no se adapta al estudiante o la propia cultura mediterránea. Un ejemplo: según datos de Eurostat, el 80% de los estudiantes está fuera del mercado laboral. Estudiantes que no trabajan, pero que tampoco buscan empleo.
Esta situación se conjuga con otra: la falta de relevo profesional en determinados sectores. Por ejemplo, en la construcción. Sólo el 9,2% de los trabajadores del ‘tajo’ tienen menos de 29 años (datos de 2022). Si echamos la vista atrás, a 2008 (justo antes del estallido de la crisis del ladrillo), ese porcentaje era del 25,2%.
Los sectores más envejecidos
El caso de la construcción no es el único. Hay otros más donde el peso de los trabajadores sénior es superior al del resto de rangos de edad. También sucede en el campo, en el transporte, en las aulas… sectores que podrían ser una especie de puerta abierta para que nuevas generaciones se incorporen al mercado laboral.
Si nos fijamos en el informe ‘Dimensiones económicas de la longevidad’, publicado por la Fundación BBVA, hay una serie de sectores cuyo número de trabajadores próximos a la edad de jubilación es elevado.
El documento, elaborado por Alba Catalán y Joaquín Maudos, del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), se centra en el grupo de trabajadores de entre 55 y 64 años de edad.
“Si nos fijamos en la distribución sectorial del empleo de este grupo más mayor de edad, los que concentran porcentajes más altos de población de 55 a 64 años en España son el comercio (13,1%), las manufacturas (11,2%), la sanidad y servicios sociales (10,9%) y las administraciones públicas (10,7%)”, exponen.
Y hacen la siguiente matización: “Si nos comparamos con la euroárea, en siete ramas productivas la presencia de los mayores es más alta en España: agricultura, comercio y reparación, hostelería, actividades profesionales, Administraciones públicas, actividades culturales y recreativas, y trabajo en el hogar”.
En algunos de estos sectores, el trabajo físico es importante: la construcción, el transporte, la hostelería y el trabajo en el hogar. En estos dos últimos sectores, el peso en España está en torno al doble que en la euroárea.
El escalafón de profesiones
Más allá de los sectores, hay profesiones que tienen una mayor proporción de trabajadores próximos a la edad de jubilación (y, por ende, son una puerta abierta para los más jóvenes). Y lo más alto del podio corresponde a la industria del tabaco, con casi un 38,9% de personas mayores de 55 años.
A continuación, las actividades de apoyo a las industrias extractivas (29,4%), la Administración Pública y Defensa y Seguridad Social obligatoria (26,8%), la industria del cuero y del calzado (25,2%), los servicios a edificios y actividades de jardinería (24,1%), y la captación, depuración y distribución de agua (23,4%).
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Les siguen las actividades de los hogares como empleadores de personal doméstico (22,9%), las actividades sanitarias (22,7%), la extracción de minerales metálicos (22,1%), la agricultura, ganadería, caza y servicios relacionados con las mismas (21,9%), el transporte terrestre y por tubería (21,5%), y las actividades postales y de correos (21%), entre otras.
¿Y en el otro lado de la balanza? Pues las profesiones menos envejecidas (con menos trabajadores de entre 55 y 64 años) están encabezadas por aquellas relacionadas con las tecnologías de la información: solo un 3,9 % de su plantilla en esas edades.
Peones del transporte, ocupaciones militares, cajeros y taquilleros (excepto bancos), dependientes en tiendas o almacenes y profesionales de las ciencias físicas, químicas, matemáticas y de las ingenierías figuran en el grupo con porcentajes inferiores al 10%. En estos últimos, el relevo generacional no es tan problemático.