Los empresarios han sido los primeros en responder a la llamada de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. La CEOE y Cepyme proponen una subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) del 2,9% para 2024, hasta los 1.112,40 euros al mes por 14 pagas. Su planteamiento choca, de entrada, con el de los sindicatos, que quieren igualar esta renta mínima con el nivel de la inflación de 2023.
En cifras, eso se traduce en una subida de, al menos, el 3,7%, el dato de IPC registrado entre enero y octubre de este año, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). El Panel de Funcas también vaticina que 2023 cerrará en ese nivel. Con esa referencia, el punto de partida de los sindicatos sería de 1.119,96 euros al mes.
La CEOE, con su propuesta, defiende que el incremento estará en línea con lo acordado en el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), que para 2024 selló una revalorización de los salarios por convenio del 3%. No obstante, la estadística de convenios del Ministerio de Trabajo contempla ya una revalorización media de los sueldos del 3,46% y del 4,19% en los convenios firmados este 2023.
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CCOO y UGT están ultimando una posición conjunta para llevar a la mesa de negociación, de fecha aún desconocida. Sin embargo, ambos sindicatos ya han dejado entrever hacia dónde apuntan sus reivindicaciones.
Antes de que Díaz inaugurará su nuevo mandato con el anuncio de la convocatoria de los agentes sociales, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, adelantó en una rueda de prensa que su sindicato reclamaba que el SMI se situara "por encima de los términos de la inflación".
"Ya habrá tiempo de ir acomodando al 60% de la media salarial. No es un tope, es una base. En esta coyuntura de inflación alta, vale la pena", comentó.
El 60% de la media salarial al que aludió Sordo hace referencia a la recomendación de la Carta Social Europea, suscrita por España, que aconseja que los salarios mínimos equivalgan a ese nivel. Esta es la referencia que toma UGT para sus planteamientos del SMI.
Desde el sindicato liderado por Pepe Álvarez, recalcan que su posición es mantener el SMI, al menos, en el 60% del salario medio. UGT tiene claro que la cifra es ese 60%, pero duda del cálculo del salario medio establecido por el grupo de expertos de Yolanda Díaz e insisten en que "hay parámetros objetivos para conocer su valor".
CCOO ya ha informado de que reunirá a su Comisión Ejecutiva en la tarde del jueves. Fuentes de UGT han comunicado a EL ESPAÑOL-Invertia que esperan hacer lo mismo con sus órganos de decisión.
Letra pequeña
La CEOE considera "adecuada" su propuesta "para tratar de mantener una correlación entre la evolución del SMI y la del resto de salarios que se pactan en el marco de la negociación colectiva".
Su oferta sitúa esta renta en 1.112,40 euros al mes por 14 pagas en 2024 y en 1.145,77 euros en 2025. "En ambos casos, sería aplicable la cláusula de garantía prevista para estos ejercicios en el AENC", agrega el comunicado de la patronal.
Los empresarios se escudan, además, en que su planteamiento supera el incremento salarial del 2% aplicado a los funcionarios para 2024. Una afirmación con la que da a entender que su oferta con los trabajadores del sector privado es más generosa que la del Gobierno con los empleados públicos.
La patronal se ha adelantado a los sindicatos con una propuesta que, a priori, choca con las posiciones defendidas hasta ahora. Tanto en CEOE como en Cepyme se han mostrado reacios a los sucesivos incrementos del SMI, y no han dejado de alertar sobre sus efectos en la creación de empleo y en la supervivencia de las empresas.
Los empresarios tampoco estaban de acuerdo con un SMI universal y han expresado en varias ocasiones su intención de que esta renta se modifique en función de la comunidad autónoma y el sector.
Con estos antecedentes, el comunicado de la CEOE sorprendía con subidas cercanas al 3%. Sin embargo, el texto incluía letra pequeña.
Cuando ha tenido que hablar de SMI, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha recurrido al símil de quién pagaba la cena, y ha reprochado al Gobierno que invitara a cenar, pero pasara la cuenta a los empresarios.
Esta vez, ha sido Garamendi quien ha querido compartir esa cuenta metafórica con el Ejecutivo. La CEOE acepta subir el SMI casi un 3% con la "condición sine qua non" de modificar "la normativa de revisión de precios en los procesos de contratación del sector público", lo que implicaría indexar los contratos al SMI, "tal y como también se recoge en el V AENC firmado por las organizaciones empresariales y los sindicatos".
La otra petición de los empresarios al recién estrenado Gobierno de Pedro Sánchez es que "se establezca un régimen de deducciones aplicables al sector agrario, con una reducción del 20% sobre la cuota empresarial por contingencias comunes, que se sumaría a los incentivos ya vigentes".