Fue el 19 de junio. Unos días antes de comenzar el verano y sus contrataciones estivales, la Seguridad Social registró una cifra impensable no tanto tiempo atrás, los 20.956.577 afiliados. No es un número cualquiera sino el máximo de cotizantes diarios en España desde que existen registros.
La escalada encalló ahí y, medio año después, el país ha sido incapaz de superar esa marca. Ni siquiera ha logrado igualarla. En el último semestre de 2023, el número de afiliados a la Seguridad Social, en datos mensuales, ha oscilado entre los 20,7 y los 20,8 millones de cotizantes.
El año concluirá sin que España haya coronado sus ansiados 21 millones de afiliados a la Seguridad Social, pero el hecho de haber rozado esa cifra le ha servido al Gobierno de Pedro Sánchez para alardear del éxito de sus medidas durante un segundo semestre marcado por la convocatoria de elecciones anticipadas y casi medio año en funciones.
Los registros de paro y afiliación de este 2023 han sido los primeros que han recogido el efecto completo de la reforma laboral de Yolanda Díaz. Aunque la norma entró en vigor en enero de 2022, tuvo tres meses de vacatio legis hasta su aplicación íntegra. Este año, la reforma de Díaz ya contaba con recorrido suficiente para comenzar a evaluar su impacto en el mercado de trabajo.
Si bien los afiliados dependían de su colega, el entonces ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ahora en la cartera de Transformación Digital, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo es la que más ha presumido de datos. Díaz no ha perdido en este tiempo la oportunidad de recordar que su reforma es la que ha cumplido el sueño de su paisano, el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, que anhelaba llegar a los 20 millones de cotizantes, ya superados en 2023.
21 millones de ocupados
Las esperanzas de alcanzar los 21 millones de afiliados en 2023 se han postergado hasta el próximo año. "Llegarán", dijo el secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, Borja Suárez, en una rueda de prensa, sin presiones de fecha para un nuevo máximo.
Sin embargo, a lo largo de este año, España ha podido anotarse sucesivos récords en ocupación. El primer impulso llegó con la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre, cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) contabilizó 21.056.700 de ocupados.
España superaba por primera vez esa barrera y, lejos de perder fuelle, la hazaña se repitió en tres meses. En el tercer trimestre, la EPA registró 21.265.900 ocupados, máximo histórico hasta el momento.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, destacó entonces que esa cifra reflejaba "la fortaleza y el dinamismo" de la economía española "pese a las dificultades del contexto internacional". En términos similares se pronunciaba su vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, para quien "la buena marcha del empleo" era "clave para dar seguridad y estabilidad a familias y empresas".
Desde la Seguridad Social, el exministro Escrivá calificó de "muy buenas noticias" el resultado de la EPA correspondiente a julio, agosto y septiembre, mientras que Díaz subrayó que "nunca antes hubo tantas personas trabajando" en España.
"Es un récord, pero queda mucho por hacer. Vamos a por más", agregó entonces la titular de Trabajo en su cuenta de X (antes Twitter).
Casi 3 millones de parados
Desde su Ministerio, la labor pendiente, o una de ellas, es seguir reduciendo la tasa y el número de parados. Con datos de la EPA, España tenía una tasa de paro del 11,84% en el tercer trimestre del año, lo que se traduce en 2.855.200 desempleados.
En comparación con el primer trimestre de 2022, cuando entró en vigor la reforma laboral, ese porcentaje se ha reducido en 1,81 puntos porcentuales. Respecto al tercer trimestre de 2022, para valorar los mismos meses, el descenso ha sido de 0,83 puntos porcentuales.
La caída es más pronunciada si se toma como referencia el año de la pandemia. En el tercer trimestre de 2020, la tasa de paro escaló hasta el 16,26%, 4,42 puntos porcentuales más que en la actualidad. España llegó a registrar tasas de paro cercanas al 27% en la anterior crisis financiera.
Por su parte, los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) cifraron el número de parados en 2.734.831 en noviembre, último dato conocido y algo más contenido que el de la EPA. Pese al descenso del desempleo, en la cartera de Díaz admiten que no hay espacio para el conformismo.
El acuerdo de Gobierno entre PSOE y Sumar contempla, además, el compromiso de "alcanzar el pleno empleo" y de "lograr que la tasa de paro converja con la media europea a lo largo de la legislatura". En el mismo periodo de tiempo, el Ejecutivo de coalición también quiere llevar la tasa de empleo desde el 52,38% actual hasta superar el 70%.
En cuanto a la tasa de paro que tiene que alcanzar España para poder hablar de pleno empleo, el Gobierno ofreció a lo largo de la última legislatura distintos criterios. La ortodoxia académica baraja tasas de paro en el entorno del 3% para constatar el pleno empleo en un país. El SEPE sube ese indicador un punto, hasta el 4%.
A comienzos de julio de este año, Sánchez y Calviño dieron aún más generosidad a esa referencia y defendieron que en España se podría hablar de pleno empleo cuando la tasa de paro cayera al 8%. El número se fue matizando hasta quedar en un amplio y vago deseo de "converger con Europa", como sostienen desde Trabajo.
La armonización de la tasa de paro española con la europea no parece cercana. Los datos de Eurostat de octubre sitúan el indicador de los Veintisiete en el 6%. España lo dobla con una tasa del 12%, la más elevada de toda la Unión Europea y la única de doble dígito.
Paro juvenil
Otro de los problemas enquistados en el mercado laboral español es el paro juvenil. Una generación de jóvenes sufrió durante la crisis financiera tasas de desempleo superiores al 50%, incluso más próximas al 60%, como el 56,92% marcado en el primer trimestre de 2013.
Esos porcentajes quedan ya olvidados una década después, pero no corregidos. La EPA del tercer trimestre arroja una cifra de paro juvenil del 27,82%. En términos absolutos, implica que más de 518.000 españoles menores de 25 años se encuentran sin empleo.
[Radiografía del joven español: trabajos precarios, sin casa propia y un futuro incierto]
En esto, España suspende de nuevo si se compara la situación laboral de sus jóvenes con la de sus coetáneos europeos. Eurostat eleva la tasa de paro juvenil de España al 28%, a la cabeza de los peores alumnos de los Veintisiete, seguido de Italia, con un 24,7%, y de Suecia, con un 22,1%. La media de la UE estuvo en octubre en el 14,9%.
Para Díaz, las altas tasas de desempleo entre los menores de 25 años son el resultado de 40 años de políticas 'ninis', de Gobiernos que no daban "ni alternativas ni soluciones" a los trabajadores más jóvenes. El acuerdo de Gobierno entre PSOE y Sumar también mira a esta parte de la población, a los que les promete "una protección adecuada a través del Plan de Choque contra el desempleo juvenil".