La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, está convencida de que la reducción de la jornada laboral a 38,5 horas semanales es una medida "clave" para mejorar la productividad y recortar el diferencial negativo de seis puntos que España tiene con Europa. Su objetivo es acabar con las "jornadas infinitas" sin que acarree una reducción salarial.
La mesa de negociación, que arrancará este jueves, 25 de enero, parte ya de posiciones discordantes entre los sindicatos y la patronal, también en lo referente a la productividad. Las organizaciones sindicales defienden que más presentismo no implica mayor productividad, mientras que los empresarios pronostican un fuerte impacto en este indicador si se reducen las horas de trabajo.
El dato más reciente sobre la productividad española es el que ha desvelado esta semana el Observatorio de Productividad y Competitividad en España (OPCE), creado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). España acumuló entre 2000 y 2022 una reducción del 7,3% en este indicador, frente al repunte del 11,8% de Alemania en el mismo periodo.
Pese a esta caída, el informe constata que la productividad española acumula entre 2021 y 2022 un repunte del 2,8%, con una recuperación más rápida que en crisis anteriores. La productividad por hora trabajada, resultado de dividir el PIB por el total de las horas trabajadas por los ocupados, sólo avanza una media del 0,7% anual desde el año 2000. En la Unión Europea, ese porcentaje es del 1,1%, según datos del OPCE.
La directora de Proyectos Internacionales del IVIE, Matilde Mas, experta en productividad y una de las autoras del informe del OPCE, asegura a EL ESPAÑOL-Invertia que España "por primera vez en décadas tiene una buena noticia" y es que "la productividad del trabajo se comporta como en los países desarrollados".
"La productividad es el cociente resultado de dividir cuánto produzco entre el número de trabajadores necesarios para ese output. Cuando las cosas vienen mal dadas, lo primero que se hace es tirar trabajadores y destruyes empleo a más velocidad que la producción. Eso hace que la productividad del trabajo aumente (en cifras)", explica.
La diferencia es que, en los últimos años, España ha seguido el ejemplo de "los países avanzados" en cuanto a productividad. "Si tú tienes trabajadores formados y viene una crisis, querrás mantenerlos, no tirarlos. Es reconocer el capital humano que ha acumulado la empresa", agrega.
El problema de España en las crisis anteriores, profundiza Mas, es que "se ha destruido empleo con una alegría que ha llevado a una tasa de paro descomunal". "Es una ineficiencia de las muy, muy gordas. Es gente que no está contribuyendo a producir y es una pérdida de riqueza para todos", advierte.
Frente a las situaciones del pasado, Mas destaca la "gran ventaja" que se introdujo en el mercado laboral con la utilización de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Con esta figura, en lugar de recurrir a los ajustes de plantilla, las empresas pueden quedarse con los trabajadores que han formado.
Mantener plantillas
En el Instituto de Estudios Económicos (IEE), el centro de Estudios de la CEOE, remiten a su Informe de Coyuntura Económica de diciembre para hablar de productividad. El texto defiende que las empresas españolas "han seguido esforzándose por mantener a sus plantillas de trabajadores", pese a moverse en un entorno "de costes laborales y financieros más elevados".
El IEE avisa, también, de que ese contexto está marcado por una reducción de la productividad. "Los niveles de productividad por ocupado en los tres primeros trimestres de 2023 están un 4,3% por debajo de los niveles precrisis (mismo periodo de 2019)", apunta el informe.
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El centro de estudios de la patronal, con datos del Instituto Nacional de Estadística, fija la evolución interanual de la productividad por ocupado en el tercer trimestre de 2023 en -1,6%, mientras que la del coste laboral unitario fue del 5,9%. En el mismo trimestre de 2019, antes de la pandemia, la productividad por ocupado bajó -0,9%, en tanto que el coste laboral unitario subión un 3,6%.
Sólo durante 2022 "la productividad mostró cierta recuperación", si bien la cifra más alta quedó en un 2,5% en el tercer trimestre de ese año. El IEE considera que "el pobre desempeño de la productividad" impacta en el potencial de crecimiento de la economía española y, también, en la convergencia en términos de renta per cápita con las economías avanzadas.
Aunque el estudio del IEE no alude a la reducción de jornada, el informe de diciembre pide "eliminar cualquier obstáculo en el entorno que produzca un desincentivo" y reclama "un clima más favorable a las empresas y a sus procesos de inversión y creación de empleo". "Son las palancas fundamentales para poder impulsar el crecimiento de la productividad", añade.
A la espera de conocer sus propuestas en la mesa de diálogo social sobre la reducción de jornada, la CEOE no se ha opuesto de forma rotunda a la rebaja de horas, si bien prefiere que se haga convenio a convenio y no de forma general por ley. Los empresarios advierten del impacto que puede tener en la productividad y piden introducir en el debate el absentismo laboral.
"Clara tendencia alcista"
El Ministerio de Trabajo y Economía Social, en su memoria del análisis de impacto normativo del proyecto del real decreto del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), señala que la productividad por hora trabajada en el tercer trimestre de 2023 "se ha mantenido estable" respecto a 2022.
El documento también revisa la relación entre salario y productividad por hora trabajada entre 2008 y 2012, cuando "se produjeron incrementos salariales más elevados que la productividad".
En 2012, la productividad superó a los salarios, mientras que los costes salariales por hora permanecieron invariables hasta 2018, según Trabajo.
"La senda de la productividad está marcada por la constante subida desde 2008 a 2021, con clara tendencia alcista. En 2022, sufre un incremento muy pronunciado debido al aumento del PIB", agrega.
El secretario general de CCOO, Unai Sordo, una vez anunciada la convocatoria para la mesa de diálogo de la reducción de jornada, defendió en su cuenta de X (antes Twitter) que "reducir la jornada laboral es una forma de repartir las mejoras de productividad". En su publicación, agregó que el crecimiento de la productividad laboral media entre 1999 y 2013 fue el doble que el incremento de los salarios medios.
Sordo apeló a la negociación colectiva para la concreción de la futura ley que reduzca la jornada laboral. En cuanto a la productividad, advirtió de que "no es deseable" basar este indicador en "trabajar más horas con menos salarios" y abogó por proyectos que busquen "otras formas de mejorar la productividad".
Problema histórico
El diferencial negativo de productividad entre España y Europa no es nuevo. Mas recuerda que es "un problema histórico" al que no se le ha dado importancia y que no depende de una única causa. De hecho, son tan variadas como las diferentes regulaciones regionales, la escasa inversión en I+D, el tamaño de las empresas o la formación.
Sobre si hay que trabajar más o menos horas, la directora de Proyectos Internacionales del IVIE tiene claro que en España "se trabaja demasiado para la productividad que tiene". También ve "poco eficientes" algunas costumbres, como la de partir la jornada durante dos horas durante la comida o el "abuso" de las horas extra.
"No veo mal hablar de reducir la jornada", admite, al tiempo que avisa de que eso "no es magia". En este sentido, propone estudiar "en qué dirección" se hace esa rebaja de horas semanales para analizar si "hace ser más productivo en el trabajo que con 40 horas".
Al margen de las cuestiones puramente económicas, Mas evidencia que con las jornadas largas "uno está cansado" y, cuando uno está cansado, "produce menos". "Si la gente está mejor y más feliz, puede producir más", señala, sin perder de vista que "hay muchos factores que tener en cuenta".
Por el momento, cree que los "experimentos" que se han hecho en cuanto a reducción de jornada no son concluyentes y que los resultados no se pueden basar sólo en las respuestas en cuanto a la felicidad o conformidad de los encuestados.
En cuanto a los datos de productividad de otros países, Mas también precisa que hay que entenderlos en su contexto. Estados Unidos es el país con la productividad más elevada, pero también donde se trabajan más horas. En Europa, donde "hay más red protectora y se trabajan menos horas", el país más productivo Alemania.
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La diferencia entre ambos es que Alemania opta por menos trabajadores pero más cualificados, mientras que Estados Unidos se decanta por la fórmula contraria, muchos trabajadores pero poco cualificados. "No hay una conclusión, no va a misa", aclara en cuanto a fórmulas de productividad.
En cuanto a la reducción de jornada con el mismo sueldo, Mas tiene sus reservas. "Puedes pagar salarios más altos cuando la productividad aumenta. El salario tiene que estar relacionado con la productividad. Si no aumenta, la empresa quiebra", aclara.
La baja productividad en España, además de ser un problema que viene de lejos, también aqueja a todas las ramas de actividad. "El dato es la suma de la productividad de todas las empresas que hay en España. Las hay líderes y muy productivas, pero eso es un grupo. El grueso de las empresas no se encuentra ahí", reconoce la experta del IVIE.
Están peor "los sectores tradicionales", y se salvan, aunque sólo en parte, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), "el más productivo en España".